El que estuvo ahí, no lo olvidó más. Algo tuvo de especial ese partido que quedó para siempre en la memoria de quienes lo presenciaron. ¡Y cómo no!, si nunca más se volvió a repetir algo similar. El Coquimbo Unido de Daniel López, Miguel Ardiman, Francisco Rotunno, Jorge Díaz y el brasileño André, se enfrentó a la poderosa selección chilena comandada por dos portentos del fútbol mundial: Iván Zamorano y Marcelo Salas. A continuación, la historia de un partido singular e irrepetible, jugado en una fría noche de invierno en el Francisco Sánchez Rumoroso.
Promoción en la prensa escrita del partido que revolucionó Coquimbo. (Diario El Día, 24 de Junio 2000).
Las playas de Coquimbo fueron muy codiciadas por los clubes de Santiago durante la década de los 90 para hacer sus famosas pretemporadas en La Herradura o Puerto Velero. Disfrutar de las bondades veraniegas, la tranquilidad del lugar y la exigencia física que imponía la arena, hacían de estos lugares una mezcla perfecta para preparar un año deportivo o un partido importante. Seguramente fue lo anterior lo que motivó al entrenador de la selección chilena, Nelson Acosta, a realizar el trabajo previo de un partido trascendental con miras a clasificar al Mundial de Corea-Japón 2002.
Las clasificatorias no habían partido bien para ‘La Roja’, una aplastante derrota 4-1 en Buenos Aires frente al seleccionado argentino, un empate 1-1 en Santiago frente a Perú y una derrota en Montevideo, por 2-1, marcaron un inicio gris para una selección chilena que seguía teniendo grandes futbolistas, con una base conformada prácticamente por los mismos jugadores que clasificaron a Francia 1998, pero quizás sin la ambición de cuatro años antes.
En un ambiente tenso, con duras criticas de los medios capitalinos a los estandartes de la selección y con una hinchada que pedía a gritos la salida de Nelson Acosta, lo mejor era escaparse por algunos días de Juan Pinto Durán, respirar aire marino y volver a tomar energías para no perder de vista el objetivo que los podía llevar hacia el mundial asiático.
El 20 de junio, la selección chilena aterrizó en el Aeropuerto La Florida y emprendió rumbo hacía Puerto Velero, ubicado aproximadamente a 50 kilómetros al sur de Coquimbo. Los días de preparación para el partido del 29 de junio frente a Paraguay y las actividades que se realizarían no habían sido elegidas al azar. Todo estaba cuidadosamente planificado por quien en ese momento ocupaba el puesto de presidente interino de la ANFP (el presidente titular, Mario Mosquera, desde hace ya un tiempo padecía una enfermedad que lo imposibilitaba ejercer plenamente el cargo), el abogado y ex presidente de Coquimbo Unido, Miguel Bauzá Fredes.
Una vez en el balneario, casi tan importante como entrenar, era reconciliarse con la prensa nacional que arremetía constantemente con duras críticas relativas al funcionamiento futbolístico del equipo y también a temas disciplinarios. Por lo mismo, los reporteros gráficos y periodistas pudieron entrar al lugar de concentración, aunque en el primer encuentro, Nelson Acosta, un poco cascarrabias, se molestó con un fotógrafo del diario La Tercera que lo seguía incansablemente, sin embargo, después todo estuvo en paz, lo que aprovechó la Revista Triunfo para hacer un completo reportaje (en su edición Número 732, del 26 de Junio del 2000), de la selección en su lugar de estadía, y una extensa entrevista al líder y capitán de ‘La Roja’, Iván Zamorano, que con autocrítica asumía el bajo nivel mostrado en los primeros encuentros.
Aquella tarde del 21 de junio, los seleccionados entrenaron privadamente en el Francisco Sánchez Rumoroso de Coquimbo y al día siguiente visitaron el estadio La Portada de La Serena, donde el entrenador puso en práctica su ya conocido esquema 1-3-5-2. La nota negra de la jornada corrió por parte de los hinchas, que sobrepasando todas las medidas de seguridad, invadieron la cancha en busca de una fotografía o un autógrafo de sus ídolos.
La planificación siguió al pie de la letra, hasta que una inesperada y torrencial lluvia hizo que el partido de entrenamiento entre la selección y Coquimbo Unido se tuviera que suspender a los 21 minutos de iniciada la contienda.
Fue imposible continuar con la práctica, incluso al día siguiente todo se tuvo que realizar a medias debido a la preocupación del cuerpo médico y técnico por las posibles lesiones de jugadores debido al mal estado del campo de entrenamiento. El único apretón fuerte que le quedaba a la selección previo al partido por clasificatorias frente a Paraguay sería el domingo 25 de junio, nuevamente frente a Coquimbo Unido, pero esta vez a estadio lleno. Ahí, frente a ‘Los Piratas’, ‘La Roja’ tenía que disipar todas las dudas futbolísticas.
El campeonato nacional, que había comenzado en el mes de abril, estuvo detenido por dos semanas en el mes de junio para dar dedicación exclusiva a la preparación del seleccionado chileno. Los aurinegros dirigidos por Fernando ‘Palito’ Cavalleri venían desarrollando un torneo bastante regular, con triunfos de local sobre Huachipato, Provincial Osorno y Deportes Puerto Montt, y de visita dos derrotas y dos empates, siendo el más resonante el 3-3 frente a Colo Colo, en el Monumental David Arellano. La figura de los piratas era el talentoso volante ofensivo de nacionalidad argentina, Jorge ‘Pestaña’ Díaz, quien al final de la competencia se empinó entre los goleadores del torneo, con 16 dianas.
El histórico dirigente coquimbano Miguel Bauzá, quien ocupaba en ese momento el máximo cargo en la A.N.F.P., recuerda como se gestó ese partido entre la selección y Coquimbo Unido: “Yo era el presidente, se lo pedí a Acosta y me aceptó. Tuvimos estadio lleno y gran recaudación. La selección con equipo absolutamente titular y jugando con un club en un partido formal, fue un hecho inédito en Chile”.
A las 18:00 horas, el árbitro Christian Lemus, dio el pitazo inicial de la contienda, en un Sánchez Rumoroso totalmente copado de banderas amarillas y negras, que a decir verdad dejaban bastante de lado las banderas chilenas. El reporte oficial informó un público superior a las 12.000 personas y una recaudación de 19 millones 759 mil pesos, lo que al día de hoy correspondería a un monto cercano a los 40 millones de pesos, los cuales fueron donados a la Intendencia Regional para ayudar a los damnificados de las inclementes lluvias de los días previos, las cuales habían causado estragos en gran parte del país.
Ficha del partido:
COQUIMBO UNIDO 1-1 CHILE
25/06/2000. Estadio Francisco Sánchez Rumoroso. Público: 12.000 aprox. Recaudación: $19.759.000. Árbitro: Christian Lemus.
COQUIMBO UNIDO: Carmelo Vega; Miguel Ardiman, Daniel López y José Ramón González; Francisco Rotunno, José Correa, Cristian Gómez y Sergio Rivero; Jorge Díaz (Felipe Yáñez 56’); Pascual De Gregorio (Víctor Retamal 46’) y André Gomes. DT: Fernando Cavallieri.
CHILE: Nelson Tapia; Pedro Reyes, Ronald Fuentes y Javier Margas (Ricardo Rojas 45’); Moisés Villarroel, Marco Villaseca (Pablo Galdames 67’), Rodrigo Tello y Fabián Estay (David Pizarro 66’); Claudio Núñez, Iván Zamorano (Sebastian Rozental 58’) y Marcelo Salas (Héctor Tapia 46’). DT: Nelson Acosta.
GOLES: Tello 27’; De Gregorio 37’.
“Cuando ambos equipos íbamos saliendo a la cancha, el defensor aurinegro Sergio Rivero, en voz alta, para que escucharan todos, le dice a Zamorano: ‘Iván, mira hacia allá ¿Ves la cruz, esa grande que está allá arriba del cerro?’ (refiriéndose a la recién construida Cruz del Tercer Milenio). ‘Sí, claro que la veo’, le respondió Iván. ´Esa está en el patio de mi casa poh, allá vivo yo’, le dijo Rivero, desatando la risa generalizada de todos los jugadores. Más allá de la broma, lo que le quiso decir Sergio, era que él y la mayoría de los jugadores de Coquimbo Unido, eran nacidos y criados en el rigor y la humildad del sector Parte Alta de Coquimbo”. La anécdota la recuerda el jugador Francisco Rotunno, quien estuvo en cancha esa noche y llamó la atención del entrenador del seleccionado chileno debido al incansable trajín que tuvo aquel día en el terreno de juego, sobre todo en su labor de bloquear y perseguir al volante Moisés Villarroel, que había sido la precisa instrucción de Fernando Cavallieri.
La Selección Chilena partió inclinando la balanza hacia el arco de Carmelo Vega y los piratas no lograban inquietar al mundialista Nelson Tapia. Fue así como tras una excelente habilitación de Marcelo ‘Matador’ Salas, el movedizo Rodrigo Tello convirtió el gol de Chile al minuto 27 de la primera etapa. Parecía que sería un partido de trámite fácil para ‘La Roja’, sin embargo, 10 minutos más tarde, una triangulación entre José ‘Cañita’ Correa y el brasileño André terminó en los pies del delantero del Bari de Italia, Pascual de Gregorio, quien fusiló al meta Nelson Tapia para conseguir el 1 a 1. Fue un estallido de alegría en el Sánchez Rumoroso, que ya a todas luces alentaba para que los aurinegros consiguieran el triunfo.
“Yo estaba de vacaciones en Coquimbo, me había ido a jugar al Bari de Italia el año anterior, y se dio la oportunidad de integrarme como refuerzo en este partido. Siempre mantuve muy buenas relaciones con el entrenador y mis compañeros. Mi club me dio permiso para jugar un tiempo y felizmente pude convertir”, rememora De Gregorio, quien además hace hincapié en la excelente relación que mantenían ambos entrenadores (Acosta y Cavalleri) y por la cual fue posible gestionar más rápidamente este encuentro.
Si en el primer tiempo Coquimbo Unido había logrado equiparar las acciones, en la segunda mitad, los piratas hicieron ver derechamente mal a los seleccionados, que en menos de una semana jugaban frente a los paraguayos. André, Jorge Díaz y el delantero Felipe Yáñez exigieron en varias oportunidades a Tapia, mientras que la delantera chilena sucumbía ante las marcas de Ardiman, López y Rivero. El único que causaba estragos en la defensa coquimbana era Claudio Núñez, el veloz delantero formado en Santiago Wanderers.
Francisco Rotunno luchando el balón con Claudio Núñez. (Diario El Día, 24 de Junio 2000).
Los coquimbanos se tomaron el encuentro con total seriedad. Les habían recalcado que debían ser lo más parecidos a los jugadores de la selección de Paraguay: duros, aguerridos, con pierna fuerte, lo que claramente a Coquimbo Unido no le costaba. En ese contexto, Rotunno recuerda otra anécdota de Sergio Rivero, que casi termina en conflicto dentro de la cancha. “Hubo un roce fuerte con Claudio Núñez porque Sergio le fue fuerte y lo tiró al piso. Llegaron Zamorano y Estay a increparlo por la fuerte entrada. ‘Y que querí, seguro que con Paraguay les van a hacer cariño ¿y sabí que más?, están en Coquimbo y acá en Coquimbo se juega así’”, replicó Rivero.
El público asistente aquella noche al Sánchez Rumoroso, ya se había inclinado con notoriedad a favor de Coquimbo Unido, incluso en la segunda mitad las pifias para el seleccionado chileno cada vez que tocaba la pelota se hacían sentir desde la galería. “Al principio todo se vivió como una fiesta, pero mientras iba avanzando el partido y se veía la posibilidad de ganar, la gente fue aleonando a los jugadores coquimbanos y efectivamente se sentían algunas pifias cuando Chile tomaba el balón”, comenta Francisco Varela, quien fuera el preparador físico de Coquimbo Unido en esa jornada y en el periodo de Cavalleri. Además, el histórico formador coquimbano agrega que “fue como el inicio o una prueba más, que Coquimbo finalmente fue tornándose una República independiente, más identificada con su equipo que con la selección”.
El partido finalmente concluyó en empate 1-1, dejando muchísimas dudas en el seleccionado nacional. “La sensación final fue extraña, porque el equipo de club terminó siendo más consistente que la selección. Chile careció de ritmo y continuidad”, indicó Diario El Día en su edición del lunes 26 de junio. Por su parte, Iván Zamorano no escatimó en elogios para los coquimbanos: “Estaban muy motivados y fueron un buen rival. Corrieron mucho, hicieron un gran partido y nos ayudará para enfrentar a Paraguay”.
El delantero Felipe Yáñez persigue al imparable Claudio Núñez, una de las figuras de aquella noche. (Diario El Día 26 de Junio 2000).
La revista Triunfo, en su edición del 26 de junio, manifestaba su preocupación por el futuro de Chile: “La oncena que paró el técnico nacional en Coquimbo, será prácticamente la misma que saldrá el jueves al gramado del Estadio Nacional, y en ese sentido no deja de preocupar el hecho de que fueran incapaces de sobreponerse a un elenco pirata, que por mucho que haya dejado el corazón en la cancha, no es más que la selección paraguaya”.
Las criticas le llovían a la Selección y los elogios para los coquimbanos se multiplicaban. El diario El Mercurio se preguntaba con ironía después del ver el rendimiento de ‘La Roja’ ¿y si mejor juega Coquimbo (contra Paraguay)?.
Finalmente, el partido frente a los coquimbanos fue un fuerte apretón para los chilenos, en el que quedaron en evidencia sus debilidades, las cuales, felizmente pudieron subsanar a tiempo, porque cuatro días después, la selección chilena se impondría a los guaraníes por 3-1, con goles de Zamorano, Salas y autogol de Denis Caniza, en su primer triunfo rumbo a Corea-Japón 2002.
En Coquimbo, hasta el día de hoy la gente recuerda aquel partido, no sólo por el buen rendimiento de Coquimbo Unido, por las figuras de la selección o por el resultado, sino más bien, por la permanente sensación que se ha ido consolidando con el tiempo, que para el coquimbano Chile ocupa en un lugar muy grande dentro de su corazón, pero nunca más que el de su aurinegro querido.
Fuentes:
- Revista Triunfo
- Diario El Mercurio
- Diario El Día
- Entrevista a Miguel Bauzá
- Entrevista a Pascual de Gregorio
- Entrevista a Francisco Rotunno
- Entrevista a Francisco Varela