Inicio Clubes Coquimbo Unido, el último chileno entre los cuatro mejores de Sudamérica

Coquimbo Unido, el último chileno entre los cuatro mejores de Sudamérica

Por Felipe Fernández

En un incierto contexto de crisis social y sanitaria, un club recién ascendido, un inexperto en copas internacionales, una institución sin el presupuesto de los equipos de Santiago, sacó la cara por el fútbol chileno en Sudamérica después de largos nueve años. Acá se cuenta la historia de un equipo que, a pesar de sus debilidades, tuvo en el amor propio de sus jugadores y en la desenfrenada pasión de sus hinchas, el soporte para instalarse donde quizás nadie lo hubiese pensado jamás. Un relato, que, como buena historia de piratas, tuvo momentos de drama, suspenso y finales inesperados.

El estallido social del 19 de octubre obligó a suspender el Torneo Nacional antes de tiempo y en las oficinas de Quilín se acordó respetar la última tabla de posiciones. El equipo comandado por Patricio Graff desde la banca y por jugadores como Matías Cano, John Salas, Sebastián Galani, Rubén Farfán y Mauricio Pinilla en el campo de juego, había logrado llevar de vuelta a Coquimbo Unido a una copa internacional después de 29 años.

El proceso de Graff que iba en una marcada curva ascendente se acabó de raíz con su partida y con la del plantel, que fue prácticamente desmantelado por completo. Dejaron la institución para el campeonato 2020 los jugadores Fernando Cornejo, Sebastián Cabrera, Sebastián Silva, Diego Oyarzún, Sebastián Galani, Jonathan Benítez, Esteban Carvajal, Jaime Soto, Cristian Canío, Jesús Ramírez, Gerardo Navarrete, Giovanni Bustos, Pedro Muñoz, Mauricio Yedro, Eduardo Melo, Ulises Castagnoli y Diego Carrasco.

La molestia del público con la partida de los jugadores se fue poco a poco calmando con la renovación de Mauricio Pinilla y la llegada de Joe Abrigo, más el arribo de Federico Pereyra y Fernando Manríquez que eran nombres más consolidados en la Primera División. A los anteriores jugadores se sumaron: Raúl Osorio, Guillermo Orellana, Andrés Montero, Felipe Villagrán, Juan Carlos Espinoza, Cristofer Salas, Joaquín Abdala, Víctor González, Flavio Rojas, Luis Pedro Figueroa, Byron Saavedra, Mathías Pinto, Gaspar Iñíguez, Maximiliano Lugo, Diego Vallejos y Jorge Gatica.

Se mantuvieron en el club Benjamín Vidal, John Salas, Mauricio Pinilla, Matías Cano, Nicolás Berardo, Rubén Farfán, Daniel Retamal y Diego Aravena, mientras que la dirección técnica quedó bajo el mando del trasandino Germán Corengia.

El debut copero frente a los venezolanos a jugarse en el Sánchez Rumoroso estuvo en duda hasta el último momento debido al problema generado por el ingreso de hinchas a la cancha en el encuentro frente a Audax Italiano por el Torneo Nacional. Hubo rumores que el partido frente a Aragua se jugaría en otra ciudad o bien sería sin público en las tribunas, no obstante, finalmente las autoridades dieron la aprobación para que el cotejo fuera con hinchas, pero con un aforo bastante más reducido de lo programado en un comienzo.

Cerca de siete mil personas llegaron en aquella soleada tarde del martes 4 de febrero al principal recinto deportivo de la ciudad. A pesar de lo ocurrido días antes, la previa del encuentro se vivió con alegría y nostalgia. Habían transcurrido casi tres décadas desde el último partido de Coquimbo Unido en un torneo internacional y varios de los que vivieron aquellos momentos como niños pequeños, ahora lo podían disfrutar con sus hijos y los más afortunados con sus propios padres, que, en la mayoría de los casos, habían sido los causantes de tanta pasión hacia los colores aurinegros.

Los 45 minutos iniciales fueron de análisis, aunque Coquimbo Unido se vio levemente superior a los aurirojos, pero sin la capacidad de convertir las ocasiones creadas. El primer tiempo terminó sin goles, incluso ya avanzada la segunda etapa los locales no lograban desequilibrar el marcador. Felizmente en la banca el técnico Corengia contaba con un jugador que marcó diferencias desde su ingreso al minuto 60. El mundialista Mauricio Pinilla gatilló inmediatamente un cambio en la actitud del equipo, arrastrando marcas entre los defensores visitantes y dejando espacios para que otros jugadores piratas pudieran convertir.

Sólo cinco minutos después del ingreso del carismático goleador, el defensor argentino Federico Pereyra logró meter el balón en la portería defendida por Yhonattan Yústiz tras un control de Pinilla. 

De ahí en más el partido fue completamente para los locales. Al minuto 70 Joe Abrigo desde la derecha sirvió con precisión un centro a la altura del punto penal y apareció totalmente libre de marca Víctor González, quien desde la línea del área menor logró batir por segunda vez al portero venezolano. Los visitantes perdieron todo orden defensivo y en una mala salida el volante Pedro Luis Álvarez perdió el balón casi en mitad de cancha, cayendo en los pies de Joe Abrigo, quien con decisión y velocidad emprendió un recorrido frontal en demanda del arco rival, cediendo con exactitud para el escurridizo Rubén Farfán, quien desde la derecha sacó un furibundo remate cruzado que después de golpear en el vertical se metió con velocidad al arco de Yústiz. Era el tercero y la fiesta ya se había desatado en el Sánchez Rumoroso.

A pesar de los temores previos con respecto a la seguridad del espectáculo, el partido fue una fiesta de principio a fin, incluso un buen número de venezolanos llegó al recinto porteño desde distintos lugares de Chile, haciéndose notar en la galería que da con el Hospital San Pablo de Coquimbo. El partido fue finalmente el único de toda la Copa que el público coquimbano pudo presenciar en el estadio. 

Ahora los esperaba el calor y la humedad de Caracas.

 

LA TRAVESÍA DE LOS HINCHAS

Cuando se supo el rival de Coquimbo Unido para este primer partido de Copa Sudamericana, hubo alegría por parte de los hinchas al tratarse de un contendor al cual se le podía ganar, pero a su vez, hubo tristeza porque muchos esperaban poder viajar fuera de Chile para ver a su equipo, y Venezuela era sin duda el destino más complicado que podía tocar. Y no sólo por lo costoso del viaje, sino también por la cantidad de documentos que se exigen para poder entrar al país caribeño, sin embargo, hubo una mujer coquimbana que superó todas las barreras y llegó hasta el mismísimo hotel donde se hospedaban los jugadores, siendo testigo privilegiado del partido en el Olímpico de Caracas, su nombre: Mylikza Aguilera González.

 

“Me fui con mucho miedo y nerviosismo por el acontecer social en que se encontraba ese país. Al momento de llegar al hotel, no podía creer que al fin lo había logrado, que ya estaba ahí y que no había vuelta atrás. En un momento vi un bus con la insignia de Coquimbo Unido pegada en el costado y yo muy inocentemente me fui a sacar una foto con el bus, pero no me había dado cuenta que venía con todos los jugadores llegando de entrenamiento. Los jugadores y cuerpo técnico me miraban con una cara de asombrados, nadie podía creer que yo estuviera ahí. Me empezaron a saludar y a conversar. La verdad es que estaba muy nerviosa en esos momentos”. Recuerda Mylikza tiempo después de su aventura.

 

Solo la coquimbana pudo llegar hasta Caracas, pero no fue la única persona que lo intentó. Pablo Basanta, vecino de La Portugal e integrante del piño de los “Piratea2” viajó en avión hasta Bogotá y luego siguió rumbo a Barranquilla. Su idea era pasar por tierra desde Colombia a Venezuela, claro que por falta de tiempo no pudo lograr obtener la Visa requerida. De todas maneras, Pablo partió cargado de esperanzas hasta la frontera. Fueron interminables horas de pensar e imaginarse en el Olímpico de Caracas alentando al aurinegro, pero también existía la posibilidad de que no lo dejaran pasar.

Pablo, se internó por uno de los pasos fronterizos más riesgosos del continente, le llaman “La Raya” ya que literalmente es sólo una línea la que separa a la ciudad colombiana de Maicao con el estado venezolano de Maracaibo.Ahí el tránsito de un lado a otro es multitudinario, pero el principal problema es la seguridad y el descontrol. Se le conoce como “Tierra de Nadie” o “Pueblo sin Ley”. Prolifera el comercio ilegal, los saqueos, “los coyotes”, los niños ofreciendo servicios de transporte de un lado a otro y las bandas de delincuentes esperando que te despistes por un segundo para sacarte tu teléfono o lo que pueda tener cierto valor.

 

“Finalmente llegué a ´La Raya´ y logré hacer los trámites para salir de Colombia. Me preparé para realizar migración a Venezuela sabiendo a lo que me podía enfrentar por no contar con la Visa. Al notar que era chileno y no contar con la documentación, se me negó la entrada. La policía venezolana me invitó de una forma muy cordial a pasar ilegalmente por un paso fronterizo autorizado por ellos pagándoles una suma de 1.500 dólares. Aunque hubiese querido pagarles y seguir en ruta, me negué explicándole que estaba con la plata justa y había tenido muchos gastos para llegar hasta ahí. Me registraron y revisaron al revés y al derecho, al ver mucha ropa de barrista creyeron que era parte de algún grupo criminal o de alguna banda, y ahí fue cuando todo se complicó un poco, ya se pusieron más pesados y me dejaron en una celda, esposado y solo con bóxer. Todo eso en medio de un calor brutal, imposible de describir. Era tanto el calor, la humedad, el cansancio y el miedo de estar sólo ahí en un lugar increíblemente peligroso, que me afectó incluso para tomar decisiones. Finalmente, una persona me ayudó, no sé qué le dijo a la policía, pero me soltaron, claro que me dieron 15 días para salir de Colombia. Me demoré 14, y en llegar de vuelta a Chile fueron casi dos meses recorriendo por tierra y trabajando en algunos campings en Ecuador y Perú para juntar la plata que me permitiera seguir avanzando”.

 

Mientras Pablo buscaba algún bar en Cartagena de Indias para ver el partido, un bus blanco con la frase “Ministerio del Poder Popular para el Transporte Terrestre y Obras Públicas del Gobierno Bolivariano de Venezuela” recogía en el hotel al plantel aurinegro con destino al estadio, que, por un tema logístico, sería el Olímpico de Caracas y no el Olímpico Hermanos Ghersi Páez de Maracay donde el Aragua FC hace tradicionalmente de local.

Ya instalados en el estadio, eran tres los coquimbanos que se vieron por las imágenes de la televisión, uno de ellos era el Presidente de la Corporación Coquimbo Unido, Cristian Miranda, por supuesto Mylikza, con su tradicional lienzo “MyliAuri”, y un caballero que a simple vista se empinaba por sobre los 60 años de edad y que vestía una indumentaria completamente aurinegra con un gran pirata en la parte frontal de su camiseta, ¿Quién era?, se trataba de Hernán Rodríguez, un coquimbano que desde hace más de 30 años vive en Venezuela. Dicen que puedes cambiar de ciudad, de país, de religión, de familia, pero jamás de pasión.

Con esos tres aurinegros pletóricos de alegría en la galería del Olímpico de Caracas, salió al césped Coquimbo Unido en su reaparición en canchas extranjeras.

El Aragua desde un primer momento tuvo la intención de emparejar rápidamente el marcador adverso del partido de ida, fue así como a los 13 minutos el delantero Guillermo Fernández recibió un pase entre líneas del volante Diego García, definiendo con precisión ante la estéril salida de Matías Cano.

Cuando el partido ya expiraba, un encontrón entre el defensor Pedro Luis Álvarez y Mauricio Pinilla le terminó costando a ambos una torpe expulsión, sin embargo, lo más torpe corrió por cuenta del árbitro, quien en un “blooper” para el recuerdo, no se percató que el jugador local no había abandonado la cancha y siguió jugando por dos minutos más, tiempo en el que incluso se dio el lujo de quitar un balón a Rubén Farfán. La situación no pasó a mayores y el juez Méndez optó por terminar el partido, clasificando a Coquimbo Unido a una histórica segunda fase del torneo internacional.

 

EL PRIMER GOL Y PRIMER TRIUNFO EN EL EXTRANJERO

 

Cuando parecía que los torneos internacionales no volverían por largo tiempo debido al cierre de las fronteras y a los estrictos protocolos sanitarios que los países sudamericanos exigieron debido al Covid-19-, la CONMEBOL informó el viernes 10 de julio del 2020, que el martes 27 de octubre se reiniciaría la CONMEBOL Sudamericana.

Coquimbo Unido, ahora al mando de Juan José Ribera, quien reemplazó al despedido Germán Corengia, comenzó a preparar el duelo que los enfrentaba nuevamente con un equipo venezolano, esta vez el rival fue el Estudiantes de Mérida, subcampeón del Torneo Nacional de Venezuela. 

Los rojiblancos eran asiduos participantes en torneos internacionales, incluso disputaron la fase de cuartos de final de Copa Libertadores 1999, lo que sumado a otras participaciones nacionales e internacionales, lo ubican de acuerdo a los datos de la Federación Internacional de Historia y Estadística de la FIFA (IFFHS) como el mejor equipo venezolano del siglo XX.

El pirata llegó envalentonado y con la solidez que buscaba su entrenador al primer partido de la llave ante Estudiantes de Mérida en Coquimbo. El equipo de Ribera fue claro dominador de las acciones, pero los goles tardaron en llegar. Recién en la segunda etapa se hizo efectiva la superioridad de los aurinegros, tras una jugada de laboratorio ejecutada a la perfección por Manríquez y Farfán, la que terminó en una zambullida brillante del ‘Expreso del Colbún’, Diego Vallejos.

De ahí en más, todo fue para los locales. Diego Vallejos entregó con velocidad para Abrigo por el sector izquierdo. El talentoso volante llegó a línea de fondo y envió un centro que pasó delante de la mirada del portero visitante sin lograr retenerla, mientras que raudo por la derecha apareció Juan Carlos Espinoza centrando con maestría para la cabeza de Diego Aravena, quien también con zambullida de por medio, logró conectar y meter por segunda vez el balón en la portería del Mérida.

Los venezolanos tuvieron el descuento en los pies de Ronald Rivas, pero Benjamín Vidal logró rechazar. Fue la única clara de los visitantes.

Al minuto 70 abandonó el terreno de juego el excelente Diego Vallejos, para dar paso a uno que sorpresivamente se convertiría en histórico. El hombre venía desde San Felipe con la artillería afinada y calibrada en su máxima expresión, no tardando ni un minuto en ponerla en práctica. Definió con un cabezazo al palo izquierdo del arquero, a quien solo le quedó la opción de mirar como el balón encontraba por tercera vez la red de su portería. Era la presentación en grande del argentino Lautaro Palacios.

“Me toca entrar y convertir en la primera pelota que me queda y además consolidar ese triunfo por 3 a 0. Fue una mezcla de emociones, de felicidad. Fue una alegría enorme. Mi familia y amigos no podían creer el debut que había tenido”, recordó el goleador.

En el partido de vuelta jugado en la cancha del Metropolitano de Mérida, ocurriría un hecho histórico para los aurinegros. Cuando corrían recién ocho minutos de la primera fracción, el intratable Farfán llegó a línea de fondo, se perfiló para su pierna derecha y buscó un centro cargado de veneno que casi se cuela en la portería de Araque. El meta logró manotear, pero dejó el balón servido para que apareciera Joe Abrigo, quien desde el vértice del área menor, remató con potencia al centro del arco aprovechando que el portero venezolano aún estaba en el suelo. Fue el 1 a 0 para los aurinegros, pero más allá del marcador circunstancial, ese gol pasó a la historia por ser el primero de Coquimbo Unido jugando en el extranjero por un torneo internacional.

El resultado global con ese gol quedó 4 a 0 a favor de Coquimbo, algo que permitió a los visitantes manejar el partido a su merced y prácticamente no pasar ningún tipo de zozobras. En ningún momento peligró la clasificación. Los aurinegros fueron absolutamente superiores, por eso no sorprendió cuando llegó el gol de Lautaro Palacios.

El pitazo final del árbitro ecuatoriano Luis Quiroz cerró el telón de un capítulo inolvidable para el fútbol coquimbano. Después de tanto bregar en el fútbol profesional, Coquimbo Unido conseguía así su primer triunfo en el extranjero, lo que traería de la mano uno de los recibimientos más inolvidables que se recuerden en Coquimbo.

 

El APOTEÓSICO RECIBIMIENTO

“Este fue el primer triunfo fuera del país por parte del club porteño y esos hitos históricos los atesora y agradece el hincha aurinegro que ayer colmó la Ruta 5 desde Huanhualí en La Serena, hasta la entrada de la Herradura. Todo el tramo lo tiño con sus colores, porque familias completas llegaron con camisetas, banderas y lienzos a alentar al cuadro porteño tal como lo hicieron en la previa del viaje”, destacaba la crónica de la periodista Silvia Ramírez para el diario La Región de Coquimbo del día sábado 7 de noviembre.

 

Lentamente el bus de la empresa San Bartolomé pudo abrirse paso entre la multitud logrando avanzar a no más de 30 km por hora en una Ruta 5 que tenía autos estacionados a ambos lados de la vía, dejando muy poco espacio para el tránsito de los vehículos particulares. El sonido ensordecedor de las bocinas, los cánticos y fuegos artificiales anunciaban la llegada a eso de las 19:55 horas al sector de Peñuelas, donde nuevamente miles de familias con sus mascotas incluidas, ovacionaron a sus ídolos que con la misma algarabía recibían jubilosos la aclamación. Matías Cano, Fernando Manríquez, Federico Pereyra, Rubén Farfán y Joe Abrigo fueron los más aplaudidos de aquella tarde, aunque, a decir verdad, el agradecimiento era claramente extensivo para todo el plantel sin nombres propios.

FOTO 1. Estacionados al medio de la carretera panamericana que une a ambas ciudades para vitorear a los jugadores del plantel aurinegro. (Fotografía Libro Muy en Alto Nuestras Banderas. Créditos Felipe Fernández)

 

De ahí en más, el recorrido no superó los 20 km por hora, teniendo que detenerse en cada punto donde el tumulto era mayor. La cantidad de gente que bajó desde todos los sectores de Sindempart, San Juan, Punta Mira y La Herradura para congregarse en la zona de la bomba de bencina, superaba incluso el número que se había reunido en las paradas previas. En ese lugar la caravana se transformó en un verdadero carnaval de fuegos artificiales con el himno de Coquimbo Unido de fondo coreado por todos los que llegaron a esa inolvidable jornada.

 

A eso de las 22.30 el chofer de la máquina volvía a poner primera para avanzar lentamente hacia el complejo Las Rosas, donde los integrantes del plantel tomarían sus autos para finalmente llegar a descansar a sus residencias. Los hinchas siguieron al bus hasta el mismísimo complejo ubicado en el sector de La Herradura Oriente, lugar donde les brindaron ya pasadas las 23:00 horas, la última ovación. ¡Fueron casi 4 horas de recorrido en un trayecto de solo 15 kilómetros!

 

“Son sinceramente la mejor hinchada y la más fiel. Fueron momentos muy lindos que llevaré siempre conmigo” expresó Joe Abrigo. Por su parte el central Federico Pereyra, algunos meses después de aquella magnífica recepción recordó con nostalgia aquel momento: “Que ganas de volver a vivirlo. Llegamos al aeropuerto en la tarde y fueron horas y horas para llegar hasta el complejo Las Rosas. Mientras más tiempo pasaba más gente iba llegando. Fue inolvidable”.

 

Para el delantero Diego Vallejos “fue un momento muy lindo, a mi hasta el día de hoy se me eriza la piel al recordarlo. Siempre se hablaba del cariño de la hinchada, pero haberlo vivido ahí superó todas las expectativas, fue realmente algo inexplicable. No hay palabras para describir lo que vivimos esos días”.

 

“Llevo más de 30 años en el club, pero lo de ese día no lo había vivido nunca. Fue impresionante, me emocioné al máximo. La verdad que hasta las lágrimas”. Así lo vivió un verdadero estandarte del club, el utilero Efraín Saavedra.

 

RIVAL PERUANO EN CUARTOS DE FINAL

Después del triunfo sobre los venezolanos de Aragua y Estudiantes de Mérida, los piratas debieron enfrentar a los peruanos de Sport Huancayo, quienes venían precedidos de una excelente campaña en la Copa, no perdiendo ningún compromiso y dejando fuera de competencia a Argentinos Juniors en primera ronda y a Liverpool de Uruguay en la siguiente fase. Era un escollo duro para un Coquimbo Unido que venía de derrotar al campeón del Torneo Nacional 2020-2021, Universidad Católica, y en la fecha siguiente de caer derrotado ante el subcampeón Unión La Calera.

Los aurinegros nunca lograron encontrar la regularidad en el torneo local, sin embargo, en la competencia internacional la situación fue diametralmente distinta.

Aquel día del partido frente al Sport Huancayo, el Sánchez Rumoroso fue testigo mudo de un emotivo minuto de silencio en honor a Diego Maradona, quien había fallecido ese 25 de noviembre del 2020. El encuentro no estaba para festejos. El empate a cero dejaba todo incierto para definirse en Lima.

En la noche coquimbana del 2 de diciembre no volaba una mosca. A las 21:30 horas el pueblo aurinegro estuvo pendiente del partido de vuelta frente a los peruanos, que de ganar, metía a los piratas entre los ocho mejores de la Sudamericana. Los que llegaron tarde al pitazo inicial del ecuatoriano Augusto Aragón, seguramente aún lo lamentan, porque cuando el partido recién comenzaba y el cronómetro no llegaba al minuto de juego, una jugada por la derecha de Juan Carlos Espinoza, llegó finalmente a los pies de Farfán en la medialuna del área, quien de punta cedió a la izquierda para Joe Abrigo. El formado en Magallanes, desde el vértice del área mayor remató rasante buscando la pierna goleadora de Diego Vallejos. El nacido en Linares, se metió sorpresivamente entre los centrales Balta y Valoyes y con un excéntrico golpe de taco logró batir al meta Pinto.

En la segunda mitad, Sport Huancayo intentó mediante Carlos Neumann, Marcos Liuly y Charles Monsalvo, pero todos sus esfuerzos por inquietar caían en las manos de Cano o se iban distantes de su portería. El partido le acomodaba a Coquimbo, que con el 1 a 0 a favor puso en práctica su libreto más exitoso. Se defendió de manera muy ordenada y buscó la salida rápida para “matar” en el contragolpe con la velocidad de Farfán o del argentino Palacios que ingresó a los 80 minutos del cotejo.

Cuando el ‘Tanque’ Palacios, recién llevaba un minuto en la cancha, recibió un balón de Abrigo y encaró con velocidad, potencia y habilidad pasando entre dos defensores peruanos. Se perfiló para su pierna derecha y batió con un remate preciso que se anidó en el rincón izquierdo del arco defendido por Pinto. Era el 2 a 0 que aseguraba la clasificación y el inédito paso a cuartos de final.

El gol de Lautaro Palacios, fue su tercer tanto en la Copa Sudamericana, cifra con la que igualaba a Pedro ‘Heidi’ González como máximo artillero del club en competencias internacionales.

Miles de coquimbanos celebraron en el puerto saliendo a las calles y congregándose en la Plaza de Armas de la ciudad, pero también hubo cuatro privilegiados hinchas aurinegros que vivieron la clasificación en la misma capital peruana. 

Jorge Fernando Moraga, Camilo Calderón Elgueta, Marcelo Portilla Garay y Daniel Cortés llegaron hasta las puertas del estadio Nacional de Lima. Los policías peruanos, no entendían el fanatismo que movía a ese puñado de hinchas aurinegros que se sobrepuso a todos los protocolos y medidas sanitarias. Lamentablemente el ingreso al recinto deportivo fue imposible. Tuvieron que ver el partido en un pub y luego ir a celebrar en el hotel junto a los jugadores.

 

LA GESTA HEROICA DE BARRANQUILLA

En voces de los entendidos en el fútbol sudamericano, sin lugar a dudas, el partido contra Junior de Barranquilla fue uno de los desafíos más complicados que tuvo Coquimbo Unido en la Copa Sudamericana 2020. Un equipo con prestigio internacional, con tradición, con excelentes jugadores y con una condición climática que siempre ha sido poco agradable para los jugadores chilenos.

La misma mañana en que se jugaría el partido en Barranquilla, se conoció una noticia que removió la previa del encuentro. Medios colombianos informaron de doce casos de coronavirus en el plantel de Junior, lo que encendió inmediatamente las alarmas. Se habló de suspensión, de que Junior jugaría con juveniles y que la causa de este contagió había sido el partido que los colombianos habían tenido que jugar en la fase previa frente a Unión La Calera, equipo que estaba en proceso de investigación por una supuesta suplantación de identidad de un jugador en la toma de muestra de su examen PCR.

A pesar de la gran cantidad de bajas que tuvo Junior en su plantel, finalmente sólo cuatro jugadores (tres por el virus y uno por suspensión) que habían sido titulares en su último partido de la Copa Sudamericana frente a Unión La Calera no pudieron estar frente a Coquimbo Unido. El lateral derecho Marlon Piedrahita que fue reemplazado por Fabián Viafara (titular en el último partido del campeonato local y en el partido de ida frente a Unión La Calera), el lateral izquierdo Gabriel Fuentes por David Murillo y el mediocampista Leonardo Pico quien fue reemplazado por Fabián Ángel que venía ocupando puesto de titular en los últimos partidos de la liga local.

El jugador suspendido era sin duda el más importante para Junior. Se trataba del experimentado delantero de 35 años Teófilo Gutiérrez. Histórico jugador del Junior, campeón de Copa Sudamericana y Copa Libertadores con River Plate, y mundialista con la selección colombiana en Brasil 2014. El goleador había sido expulsado en el minuto 84 del partido de revancha frente a Unión La Calera al propinar un fuerte codazo al defensor cementero Cristian Vilches.

A las 19:30 horas de Colombia, 21:30 de Chile, los equipos salieron al imponente Metropolitano de Barranquilla para disputar el partido de ida por los cuartos de final de la Copa Sudamericana bajo las órdenes del árbitro venezolano Jesús Valenzuela. En el túnel de acceso a la cancha, el volante Fernando Manríquez recuerda que los ánimos ya estaban crispados: “Los colombianos nos decían ‘los vamos a matar’, ‘vamos a matar a estos chilenos’, ‘vamos a ganarles’, ‘son puros pendejos’, así que eso al final fue mejor porque entramos con más ganas aún”.

La primera llegada de relativo riesgo la tuvo Coquimbo Unido a los trece minutos, cuando Abrigo no pudo empalmar correctamente un centro de Espinoza. Cinco minutos después de esa jugada, Cetré filtró un pase entre los centrales González y Pereyra que llegó a los pies de Borja, quien, a la entrada del área, según el discutido criterio del árbitro, fue derribado por el portero Matías Cano, no obstante, quien salió más dañado fue el propio Cano, que sufrió un fuerte pisotón en sus testículos. “Tenía una erosión en la piel del escroto de 10 a 12 cms. Con el toperol marcado y con Matías gritando de dolor. Le comenté al árbitro lo que pasaba, fundamentalmente porque existe la opción de que el VAR pueda revertir el cobro una vez que se ha evidenciado una lesión posterior al cobro”. Así recuerda la situación el médico aurinegro Rodrigo Araya quien se trenzó en una tensa conversación con el árbitro que a la larga generaría minutos más tarde su inédita expulsión.

Después de largos ocho minutos, entre el análisis VAR y la atención del cuerpo médico de Coquimbo a Cano, el partido se reanudó desde los doce pasos. Miguel Borja no perdonó y clavó un potente disparo al lado izquierdo del portero coquimbano quien se lanzó hacia la derecha.

El 1 a 0 parecía difícil de equiparar y más complejo aún de sobrepasar, pero los piratas siguieron haciendo su fútbol y no se desesperaron. Por su parte los movedizos Borja y Rangel fueron perdiendo protagonismo ante los centrales visitantes que con el pasar de los minutos los mantenían alejados de la portería de Cano, que estaba a punto de sucumbir al fuerte dolor a los testículos que aún le continuaba. El portero coquimbano cayó al césped y el médico debió volver a ingresar para revisarlo, mientras el juez de la contienda apuraba para que el juego se reanudara, generándose nuevamente un fuerte diálogo con el “Doctor Emoción”, quien le pedía que por favor no lo apurara porque el arquero podía ser atendido dentro de la cancha. Claramente al árbitro venezolano ya no le caía en gracia el médico aurinegro y lo tenía entre ceja y ceja.

En la etapa complementaria, Junior lo tuvo en los pies de Cetré, quien capturó un pase con ventaja de Rangel que lo dejó mano a mano con el arquero coquimbano que puso toda su humanidad para defender la estantería pirata. El furibundo derechazo del colombiano, a menos de tres metros del portero-capitán, impactó de lleno en el rostro de Cano. El balón salió desviado hacia el costado, alejando todo peligro para los aurinegros. 

El partido se jugaba con dureza y el cuerpo médico (Compuesto por médico y paramédico) tuvo nuevamente que volver a entrar a la cancha, esta vez para atender a Rubén Farfán que había sufrido un fuerte golpe en la cara por parte de un defensor de Junior. El doctor Araya, lo recuerda así: “Rubén entró en un diálogo con el guardalíneas para que revisara la jugada en el VAR, porque el codazo podía ser para roja. Nosotros con Yayito (Hernán Espindola, el histórico paramédico del club) nos paramos al lado del guardalíneas, con quien ya habíamos tenido una discusión por el cobro del penal y le reclamamos con dureza porque la falta estaba quedando sin sanción. Él, enojado nos grita: ‘respeto, tengan respeto señor’ y yo le digo ‘ahora nos pide respeto después de todo lo que nos tramitaste con el VAR y no pasó nada”. El guardalineas informó al árbitro y cuando estoy en la banca veo que me saca la roja, no lo podía creer”.

Avanzaba el segundo tiempo y Junior se fue quedando sin arranque ofensivo, mientras que Coquimbo Unido presionaba en la zona media, intentando con éxito robar balones en el armado de juego de los colombianos. Fue así como el excelente Fernando Manríquez recuperó una pelota que estaba en los pies de Fabián Ángel y cedió con criterio para Joe Abrigo, el que desde veinticinco metros sacó un potente disparo rasante que se levantó al rebotar en los pies de Dany Rosero, descolocando al portero Viera que no logró evitar el empate de los visitantes cuando aún quedaban 17 minutos de partido.

 

Los locales, a pesar de los ingresos de Daniel Moreno y Luis Sandoval, no lograron reaccionar y encontrar los caminos para inquietar a la defensa aurinegra. Por su parte, el estratego coquimbano Juan José Ribera, después del gol del empate, dispuso el ingreso de Arace por Farfán y al minuto 86 el ingreso de Cristofer Salas por Abrigo. En su primera jugada, el joven delantero nacido futbolísticamente en Deportes Concepción se fue decidido en dirección al área rival, y cuando ya no pudo seguir acumulando rivales, cedió con precisión para Lautaro Palacios, quien también había ingresado en la segunda etapa. El “Tanque” argentino recibió de espaldas al arco y con la marca asfixiante de Dany Rosero que le respiraba en el cuello, se dio media vuelta con el balón pegado al pie, se acomodó y con categoría definió con potencia a la esquina superior derecha del arco defendido por Viera. Era el 2 a 1 para Coquimbo a solo 2 minutos del final del partido. Palacios corrió hacía la esquina de la cancha para lanzarse un “piscinazo” y fundirse en un abrazo eterno junto a sus compañeros. 

 

“De los cinco goles en la Copa, el más importante fue ese contra Junior. Ellos eran los favoritos no solo de la llave, sino de la Copa, así que ese gol fue el más importante de mi carrera. Recuerdo que esa noche llegué al vestuario muy emocionado, todo era alegría y felicidad. Con Nico Berardo nos dimos un abrazo apretado que hasta hoy me pone los pelos de punta. Nos pusimos a llorar de pura emoción. Me acuerdo del momento y se me hace un nudo en la garganta, no me salen las palabras para recordar lo que vivimos esa noche”, rememora el goleador argentino.

 

Los titulares de los principales medios del país (Radio Cooperativa, Radio ADN, La Tercera, El Mercurio, Publimetro, CDF, entre otros) rindieron homenaje a los héroes de aquella memorable jornada. “Coquimbo Unido logró un triunfazo ante Junior en Colombia y dio el primer golpe en cuartos”, “Coquimbo Unido logró un heroico triunfo ante Junior en Colombia”, “Tremendo, espectacular. Con esos adjetivos se puede calificar lo que hizo Coquimbo Unido esta noche”, “Coquimbo Unido superó un horror arbitral y trae una victoria histórica”, “El barco pirata asalta Barranquilla”, “Coquimbo Unido lo da vuelta de forma brillante y pone un pie en semifinales” y “Coquimbo Unido escribió otra página dorada en la Copa Sudamericana” fueron algunos ejemplos de cómo se abordó en la prensa la gesta heroica de Barranquilla. 

El 16 de diciembre a las 21:30 horas el Francisco Sánchez Rumoroso y un reducido número de privilegiados espectadores, entre los que se encontraban fundamentalmente personeros de la prensa, fueron testigos del partido de cuartos de final de la Copa Sudamericana frente al Junior de Barranquilla.

La noche del lunes 14 de diciembre llegaron los colombianos a suelo chileno. Aterrizaron primero en Santiago, donde aleatoriamente les hicieron cinco test PCR y continuaron su viaje a la región. A la mañana del día siguiente se informó que uno de esos test había dado positivo. Se trataba del joven mediocampista de veinte años Fabián Ángel Bernal, quien por instrucciones de las autoridades chilenas tuvo que mantenerse aislado junto a sus compañeros Luis Sandoval, Michael Rangel y Reinaldo Fontalvo, los cuales fueron catalogados como contactos estrechos.

Las bajas del equipo colombiano debido al Covid, hizo que debieran enfrentar el partido con sus once titulares, pero en un hecho inédito sólo pudieron contar con 2 jugadores en el banco.

El entrenador del Junior e histórico ex jugador colombiano Luis Amaranto Perea, mandó a la cancha prácticamente al mismo equipo que jugó contra Coquimbo en Colombia, salvo los ingresos de Daniel Moreno, Didier Moreno y el retorno del goleador Teofilo Gutiérrez.

Los caribeños salieron decididos a buscar los goles que les permitieran seguir en la copa. El primero lo consiguieron a los 7 minutos de partido mediante lanzamiento penal de Borja. El peruano Víctor Carrillo sancionó, luego de algunos minutos, la pena máxima al considerar que el portero Cano había derribado con sus pies a Edwuin Cetré en la entrada del área. 

El partido había comenzado con Junior como una verdadera tromba sobre el área coquimbana y con dos polémicas antes de los 10 minutos que perfectamente podrían haber marcado la historia del partido, sin embargo, Coquimbo Unido aguantó el “chaparrón” y las jugadas de riesgo de los colombianos se fueron lentamente disipando en la cabeza de Pereyra, en la bravura de González y en el pundonor de Osorio. El partido lo seguía controlando Junior pero no generaba riesgo, claro que la ofensiva coquimbana tampoco lograba inquietar al meta Viera.

El segundo tiempo el libreto fue prácticamente el mismo, aunque esta vez las ideas de los visitantes se fueron acabando y no tenían opciones en el banco. Sin duda los “Tiburones” tenían la posesión de la pelota, pero ya no era tan claro si tenían el control del partido, sobre todo en el área coquimbana donde Cano no era requerido con peligro.

Coquimbo Unido se defendía con dientes y muelas cuando el cuarto árbitro levantó el tablero para anunciar que se jugarían cuatro minutos adicionales. Un gol más clasificaba a Junior, mientras que la derrota por 1 gol a 0 metía a los piratas en una histórica semifinal sudamericana.

La tensión de esos cuatro minutos de adición fueron devastadores, el cansancio no sólo lo sentían los jugadores, sino también los miles de hinchas aurinegros. Al minuto 92, el incansable Borja se encontró mano a mano frente al arquero coquimbano. Parecía que se acababa todo. Fueron segundos eternos en que un aire frío recorrió lentamente nuestra espalda. Pero emergió el capitán para hacernos sentir vivos nuevamente. “La extraordinaria tapada de Matías Cano en los descuentos quedará en la historia de Coquimbo y de la ciudad entera. El achique de anoche entrará en los libros del cuadro pirata porque valió la clasificación a semifinales de la Copa Sudamericana”. Detallaba la crónica del cuerpo de Deportes de El Mercurio al día siguiente del partido.

Freddy Hinestroza lo tuvo al minuto 94 a través de un tiro libre servido desde el vértice del área mayor hacia el lado de las populares, pero el balón fue hipnotizado por la mirada de Cano, pasando a centímetros de su portería.

 

Aquel humilde Coquimbo Unido defendido sin tregua en la cancha por Alfonso ‘Pocho’ Morales y por el combativo Arturo ‘Canilla’ Díaz a inicios de la década del 60, se convertía aquella noche inolvidable en uno de los mejores equipos del continente sudamericano.

 

Eran tiempos de pandemia y de severas restricciones sanitarias y sociales que impedían las reuniones masivas y las actividades después de la media noche, sin embargo, la algarabía fue incontenible. Las celebraciones se extendieron en la Plaza de Armas donde miles de fanáticos aurinegros extasiados por el dulce sabor del triunfo, cantaron, bailaron y se abrazaron como si el infame coronavirus sólo fuera parte de una terrible pesadilla de la cual ya habían despertado.

FOTO  2. La incontenible alegría del triunfo en los rostros de Federico Pereyra, Raúl Osorio y John Salas. (Fotografía Libro Muy en Alto Nuestras Banderas. Créditos Jorge Lllewellyn)

 

EL ESCÁNDALO DE SEMIFINALES. NI DEFENSA NI JUSTICIA

El jueves 7 de enero a las 21:30 horas en el Francisco Sánchez Rumoroso, Coquimbo Unido jugaba el partido más importante de su historia a nivel internacional, frente al cuadro argentino de Defensa y Justicia, nacido en la ciudad de Florencio Varela, ubicado en la zona sur del Gran Buenos Aires. A pesar de la imposibilidad de poder presenciar el partido en vivo y en directo en las tribunas del estadio porteño, la efervescencia subía como la espuma. Caravanas, banderazos y todo tipo de apoyos estaban organizados por parte de la comunidad y de la barra Al Hueso Pirata para que los once aurinegros entrarán empapados de fuerza y coraje al gramado, sin embargo, de un segundo a otro, lo que sería una fiesta fue tomando un cauce confuso luego de los rumores provenientes de medios capitalinos que indicaban que el partido se cambiaría de sede, debiéndose jugar en Santiago, en un estadio a definir.

La información había llegado la noche del 5 de enero a oídos de los dirigentes coquimbanos, quienes rápidamente comenzaron a contactarse con el presidente de la ANFP Pablo Milad, para que aclarara la situación y brindara el apoyo logístico y político a Coquimbo Unido para que no perdiera su localía. El escaso conocimiento de las redes de Conmebol y la poca convicción para resolver el entuerto, hicieron que las endebles tratativas de Pablo Milad con las autoridades no lograran retomar su cauce normal. Y contrario a lo que se podría haber pensado, las aguas se pusieron cada vez más turbias.

El cambio de sede tenía sus fundamentos en el artículo n° 70 del reglamento de la Copa Conmebol Sudamericana, el cual sentenciaba: “Los estadios designados por cada club deberán estar ubicados en un eje no superior a 150 km del aeropuerto internacional o comercial más cercano, a fin de garantizar que los equipos rivales puedan llegar a la sede del partido por vía aérea, ya sea en vuelos comerciales o vuelos chárter. En el caso de que el aeropuerto de la ciudad en la cual deba disputarse el partido, no permita la llegada de vuelos internacionales o chárter, el club local se compromete a gestionar los permisos con las autoridades gubernamentales de su país a fin de conseguir los permisos correspondientes”.

En los partidos anteriores el club local había gestionado sin ningún inconveniente el plan de vuelo de los visitantes, sin embargo, en esta ocasión no contaban con la modificación, días previos al partido, del Decreto Supremo n° 102 del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, el cual dejaba habilitado como única vía de ingreso y salida del país el Aeropuerto Internacional de Santiago, por lo tanto ya no era posible que llegaran directamente al aeropuerto La Florida como en las oportunidades anteriores.

A última hora del martes 5 de enero, la ANFP notificó a Coquimbo Unido del cambio que se debía hacer e informó que estaban realizando las gestiones pertinentes para no mover a Coquimbo de su estadio, sin embargo, todo fue demasiado tarde. Defensa y Justicia exigió a Conmebol que el vuelo de retorno debía ser La Serena – Buenos Aires, sin escalas entremedio (lo que de acuerdo a la normativa chilena no era posible), o sino reclamarían incumplimiento de la norma. 

Finalmente, envueltos en este “zapato chino”, los argentinos tomaron el “sartén por el mango” y sin la voluntad necesaria, se rehusaron a darle la justicia deportiva que ameritaba la semifinal de la Copa, exigiendo el cambio de la localía y debiendo asumir el club local todos los costos asociados.

A las 16:19 minutos del miércoles 6, la Conmebol emitió un comunicado indicando oficialmente el cambio de escenario del partido para el Estadio Nacional de Santiago, el cual había sido gestionado en tiempo récord por el presidente de la institución, señor Jorge Contador con la ministra del Deporte Cecilia Pérez. Finalmente se jugaría en el día y hora programada, pero a 450 km de la ciudad donde los piratas hacen de local.

A los jugadores aurinegros no les quedó más que tomar rumbo hacia el aeropuerto La Florida y dirigirse ese mismo miércoles a las 18:00 horas hacia Santiago, para enfrentar el partido más importante de sus carreras. “Tuvimos que gestionar todo con mucha urgencia y rapidez. El día anterior teníamos todo listo para jugar en Coquimbo. Incluso estaba acá en la ciudad el enviado de CONMEBOL, estaba instalada la publicidad en el estadio, las cámaras de televisión para la transmisión oficial, etc. En pocas horas gestionamos pasajes, hotel y otros detalles. Lo que más nos importaba era cumplir con todo tal como lo veníamos haciendo”, detalla una alta fuente al interior del club.

Como siempre, los piratas no iban solos. Un grupo de hinchas apenas se enteró del cambio de sede, tomaron el auto y partieron a Santiago. Entre los viajeros iba Gabriela Roco Yávar, integrante fiel de la barra coquimbana, junto a su pequeña Ignacia de dos meses. “Fue todo muy rápido, pusimos la silla de bebe en el auto y le pedí perdón a mi gorda por tanta locura. En Santiago estuvimos afuera del hotel y armamos una caravana de autos con otros coquimbanos. La gente se paraba a aplaudirnos y a darnos apoyo mientras seguíamos el bus camino al estadio”. Recuerda Gabriela.

Tal como teleserie mexicana, parecía que el capítulo más intrigante ya había pasado y que ahora todo comenzaba a resolverse, sin embargo, los acontecimientos fueron tomando un camino aún más pedregoso cuando la mañana del jueves 7 de enero se informó que tres jugadores de Defensa y Justicia habían dado positivo en los test de coronavirus efectuados a su llegada a Chile. La situación, si bien era perjudicial para los visitantes, no era novedosa ni lejana. En el partido anterior de Coquimbo Unido frente a Junior de Barranquilla, los colombianos tuvieron que jugar con lo mínimo debido a más de ocho casos que afectaron al plantel cafetero.

Se esperaba que esta situación no fuera muy disímil al caso de Junior, es decir, Defensa y Justicia, tendría que jugar con lo disponible y dejar aislado a los contagiados, pero contra todo pronóstico e incumpliendo la burbuja sanitaria, los de Florencio Varela salieron a entrenar a San Carlos de Apoquindo sin tener aún el resultado de los PCR, los cuales finalmente darían positivos.

 

“En este caso, cumplieron con la realización del PCR a su llegada a Chile, el PCR se entregó en menos de 24 horas, donde ahí nos informan que había tres positivos. Dentro del rol de la autoridad sanitaria, la competencia es realizar la investigación epidemiológica, cómo lo hacemos: con todos los brotes y casos positivos. En este caso hubo tres personas con COVID positivo, lo cual es un brote. Se determinó que venía toda la delegación en un chárter, además ellos salieron a entrenar antes de tener la excepción de cuarentena. Con todos estos antecedentes se determinó que son todos contactos estrechos. La indicación es que deben cumplir una cuarentena de catorce días obligatoria. Un PCR negativo no los exime de la cuarentena, dado que durante catorce días pueden incubar el virus”. Indicó a los medios de Santiago Paula Labra, Seremi de Salud de la Región Metropolitana.

 

El nuevo escenario del polémico partido se complicaba a niveles pocas veces vistos. Pasaban los minutos y la bola de nieve ya se había transformado en una avalancha. Todos los actores involucrados estaban en entredicho, excepto los jugadores de Coquimbo Unido, quienes, mientras el caos aumentaba en los escritorios, ellos se dirigían al Estadio Nacional para presentarse en la cancha de acuerdo a lo programado.

Cuando las redes sociales ardían y la prensa deportiva buscaba explicaciones en la tradicional poca confianza que emana de las decisiones de Conmebol, en el poco peso político del nuevo directorio de la ANFP, en el poder del influyente empresario del fútbol argentino Christian Bragarnik, en las rencillas anteriores entre la Ministra del Deporte Cecilia Pérez y la dirigencia del fútbol sudamericano, en las intromisiones excesivas de la autoridad sanitaria, en los decretos y reglamentos, y entre todo aquello que sirviera para comprender este verdadero desaguisado, la oficina de competiciones de Conmebol informó a las 19:05, cuando quedaban menos de tres horas para el pitazo inicial y los coquimbanos ya pisaban el césped del Nacional, lo siguiente: “Por la presente informamos que en función de la decisión de las autoridades chilenas de declarar a todos los pasajeros del vuelo chárter de la Delegación de Defensa y Justicia como contactos estrechos de positivo, y que por lo tanto deben cumplir con medidas de aislamiento, el partido a ser disputado hoy entre Coquimbo Unido (CHI) y Defensa y Justicia (ARG) por las semifinales de la Conmebol Sudamericana 2020 está suspendido”.

 

Se agrega en el comunicado que: “El partido será disputado el próximo martes 12 de enero en la ciudad de Asunción, en horario y estadio a ser confirmado posteriormente”.

Coquimbo Unido sufría de este modo una de las injusticias más grandes en su historia deportiva, siendo privados, en primer lugar, de disputar el partido en su ciudad y luego en su país.

 

Sobreponiéndose a toda la rabia, frustración y falta de justicia deportiva que había generado la decisión del ente rector del fútbol sudamericano, el capitán de los aurinegros Matías Cano, publicó en sus redes sociales un mensaje que dejaba en claro su liderazgo y el espíritu del equipo ante las adversidades. “En Paraguay, en Coquimbo, en Argentina, en Santiago, en Japón o donde nos manden, vamos a ir a representar a Chile con la ilusión intacta de llegar a la final. Más allá de lo que se decida en los escritorios, nosotros estamos mentalizados en pasar ganando en la cancha. En cualquier cancha”.

 

En la misma línea, el entrenador Juan José Ribera declaraba para Radio Cooperativa: “El cambio de localía no le gusta a nadie. Que nos sacaran a Santiago ya era complicado y que te trasladen a Paraguay no tiene ni pies ni cabeza, pero esto nos hará más fuertes. Debemos estar listos para jugar hasta en una cancha de tierra”.

El plantel pirata se devolvió a Coquimbo para continuar sus entrenamientos y viajar el domingo 10 de enero de vuelta a la capital para tomar rumbo a Asunción. La despedida fue ante un emocionante marco de público que desbordó las calles del puerto para alentar a sus jugadores.

Por su parte los argentinos debieron hacer gestiones hasta último momento para poder abandonar el país. La autoridad sanitaria, de acuerdo a la normativa vigente, había hecho hincapié en que todo el plantel trasandino debía cumplir la cuarentena de catorce días en el hotel que se hospedaban, por lo tanto, su salida del país no sería posible.

Rápidamente y poniendo toda la voluntad que faltó para jugar el partido, las autoridades de los dos países hicieron las gestiones necesarias para que Defensa y Justicia pudiera abandonar el territorio nacional.

 

“Le solicito que tenga a bien autorizar la salida de Chile de la delegación del Club de Fútbol Defensa y Justicia a través del vuelo chárter que el club ha contratado”. Agrega además la misiva: “Dejo constancia que la República Argentina se hará cargo de todas las consecuencias sanitarias que podrían derivarse del ingreso de dicha delegación a mi país, asumiendo todas las medidas sanitarias dispuestas para evitar el riesgo de contagio en el traslado hacia el chárter”, indicaba la carta del Canciller Argentino Rafael Bielsa, hermano de Marcelo, a la Seremi de Salud Paula Labra para destrabar la salida del equipo. 

 

El conflicto se transformó en diplomático y terminó escalando hasta los palacios de gobierno de ambos países, siendo finalmente el presidente de Chile, Sebastián Piñera, quien pasadas las 19:00 horas del viernes 8 de enero firmó el decreto que permitió al equipo dirigido por Hernán Crespo dejar el país a eso de las 20:30 horas.

Increíblemente, los tres jugadores que habían dado positivo en el test de coronavirus, dos días después, tuvieron resultados negativos en sus exámenes, claro que el test aplicado fue un “test rápido”, que no tiene la misma efectividad ni confiabilidad que el test PCR y que además nunca fue mostrado públicamente, pero les sirvió, incluso, para que dos de los tres contagiados pudieran jugar contra Coquimbo en la primera llave de semifinales.

 

LA INSÓLITA SEMIFINAL SIN LOCALÍA

El domingo 10 de enero, abstraído de todo problema extra futbolístico, el plantel tomó el bus en el complejo deportivo Las Rosas, para enfilar su rumbo nuevamente al aeropuerto La Florida. 

A las 15:20 horas los aurinegros ya surcaban los cielos regionales. Hicieron una breve escala en Santiago y continuaron rumbo a Asunción para llegar a eso de las 21:00 horas al Hotel Crawn Plaza, del barrio San Roque de la capital guaraní. Llamó la atención de jugadores e integrantes de la delegación, la pulcritud y masividad del operativo que realizaba la policía local para escoltar con varias motos adelante y atrás del bus, todos los traslados que hacía el plantel de un lugar a otro.

El Manuel Ferreria o más conocido como El Bosque de Para Uno, es el estadio del histórico club Olimpia, donde el pirata insólitamente actuó como local aquella tarde noche del martes 12 de enero del 2021. Fue el primer partido del año, uno de los más esperados, polémicos e inéditos en la rica historia de Coquimbo Unido.

El partido fue de manual. La rígida disciplina táctica de Coquimbo Unido mantuvo a los argentinos alejados de la portería de Cano. Ellos tenían la pelota, pero carecían de profundidad, mientras que los aurinegros buscaban salir rápido con Salas o Farfán.

En el segundo tiempo los libretos no variaron y en general se mantuvo el mismo trámite del partido, pero a los coquimbanos se les vio bastante mejor físicamente en los últimos minutos, lo que quedó reflejado en el “carrerón” de Farfán que pudo desnivelar el marcador cuando estuvo mano a mano con el arquero y en una milésima de segundo el defensor Adonis Frías, logró desviar hacia el córner una pelota que podría haber sido la del triunfo.

FOTO 3. Rubén Farfán en la jugada final. (Fotografía Libro Muy en Alto Nuestras Banderas. Créditos: Jorge Llewellyn Valdés)

 

Ya en Buenos Aires para el partido de vuelta, en las afueras del Hilton de Puerto Madero, un puñado de quince a veinte hinchas piratas entonaban el himno de Coquimbo Unido mientras los jugadores se subían al bus. 

El encuentro comenzó con ambos equipos buscando el arco rival, pero fue Coquimbo a través del ‘Rayo’ Farfán el que clavó el primero a los nueve minutos tras centro de Abrigo. La ilusión crecía proporcionalmente al orgullo de ver al aurinegro ganando en tierras argentinas, sin embargo, el bloque defensivo que durante todo el torneo había rozado la perfección en sus movimientos y disciplina, esta vez falló dolorosamente durante lo que quedaba de primer tiempo.

Dos minutos después de la anotación de Farfán, toda la estantería pirata se vino abajo. Braian Romero, que estuvo imparable durante toda la primera etapa, sobrepasó la marca de Pereyra y centró en busca de Francisco Pizzini, quien definió con el arco a su merced consiguiendo rápidamente el empate para Defensa y Justicia.

Con ese marcador Coquimbo Unido seguía clasificando a la gran final, pero Romero mató la ilusión tras convertir a boca de jarro el 2 a 1 ante una defensa perpleja que no ofreció ninguna resistencia. Tres minutos más tarde, Romero nuevamente definió con categoría una excelente combinación de Defensa y Justicia. Matías Cano salió al achique, pero nada pudo hacer ante la precisión del delantero argentino.

Cuando el primer tiempo ya expiraba, nuevamente apareció la pesadilla de Romero, para transformar en gol el excelente pase al espacio del Walter Bou. El 4 a 1 puso una lápida a las ilusiones, pero no al amor propio de un pirata que estaba herido.

En la segunda parte, el ingreso de Nicolás Berardo por Benjamin Vidal y de Felipe Villagrán por Juan Carlos Espinoza le dio un nuevo aire al equipo. Berardo sumó experiencia y carácter en la defensa, intentando generar riesgo en ofensiva cada vez que era posible, mientras que Villagrán con mucha personalidad le dio más ritmo al medio campo y generó dos jugadas de riesgo que pudieron haber cambiado la historia del partido. Un tiro libre que pasó a centímetros del palo de Unsain y un cabezazo que se estrelló en el travesaño.

“El entretiempo de ese partido fue complejo porque chocaba la ilusión de toda una ciudad con un resultado que opacaba el sueño de todos; a pesar de las sensaciones enfrentadas creíamos que aún estábamos a tiempo de realizar la hazaña. Por lo tanto, no fue necesario ponerle muchas palabras al momento. Recibí indicaciones tácticas, pero asumiendo que había que arriesgar o desvirtuar más de la cuenta el trámite del partido porque el tiempo apremiaba y el resultado era adverso. Lo que sucedió fue focalizar la tarea inmediata y a su vez transmitir la idea de que aún era posible”. Detalló con lucidez el defensor Nicolás Berardo después de algunos meses de terminado el encuentro.

Los argentinos casi no llegaron a la portería de Cano en la segunda mitad y Coquimbo adelantó notoriamente sus líneas intentando conseguir el descuento que finalmente llegó en los pies del goleador Lautaro Palacios al minuto 62. Era el quinto gol del artillero argentino. Se transformaba así, en el máximo goleador de Coquimbo Unido en torneos internacionales y a su vez en uno de los goleadores del campeonato.

Matías Cano, prácticamente se instaló en mitad de cancha y lanzó pelotazos al área rival en busca de un milagro que no llegó. Los coquimbanos, tal como en toda su historia, lucharon a punta de fuerza y coraje hasta el último minuto. Vendieron cara la derrota y salieron con la frente en alto del Norberto Tomaghello.

Coquimbo Unido se transformó en el noveno equipo en la historia del fútbol chileno en llegar a Semifinales de un torneo internacional, el primero en los últimos 11 años (Universidad Católica llegó a semifinales el 2012) y el único equipo de provincia en conseguir este logro en el siglo XXI.  

La derrota fue dura y dolorosa, pero el orgullo por lo conseguido enalteció el corazón y el alma de todo el pueblo aurinegro.

Un apesadumbrado Matías Cano se dirigió a la zona de conferencia de prensa para tratar de explicar sus sensaciones sobre aquella noche de emociones encontradas que terminaron en la amargura de no conseguir el paso a la final, pero en la satisfacción por el camino recorrido. “Intentamos todo lo que nos dio. Hicimos lo que teníamos a nuestro alcance, pero no nos alcanzó. Histórico para nosotros hubiera sido salir campeones. Quizás con el tiempo le dé el valor que se merece a esta campaña”. Sentenció Cano.

Los buenos resultados internacionales le permitieron a Coquimbo Unido meterse entre los 150 mejores equipos del mundo de acuerdo a la clasificación que la Federación Internacional de Historia y Estadística (IFFHS) publicó sólo cinco días después de la eliminación de los piratas y que los ubicaba en el puesto 136 del ranking, sólo precedido en Chile por la Universidad Católica (78).

Quien también se metió entre los mejores fue el talentoso volante formado en Magallanes, Joe Abrigo, único chileno elegido en el equipo ideal de la Copa Sudamericana y máximo asistidor de goles en el torneo junto a Walter Bou de Defensa y Justicia y Nicolás Rodríguez de River Plate, con cinco asistencias cada uno.

Finalmente, el título del torneo fue para Defensa y Justicia quienes vencieron a sus compatriotas de Lanús por 3 goles a 0 en la final jugada en el Mario Alberto Kempes de Córdoba. “El Halcón” terminó invicto la competencia y convirtiendo goles en todos sus partidos, excepto en uno; el empate 0 a 0 frente a Coquimbo Unido.

Meses después, los argentinos se coronarían campeones de la Recopa, el torneo que juegan los ganadores de la Copa Sudamericana y la Libertadores,al vencer en la final a Palmeiras de Brasil.

 

EL PLANTEL DE LA SUDAMERICANA

 

Camiseta N°

Nombre

Posición

Edad

Nacionalidad

Partidos Jugados

1

Matías Cano

Arquero

34

Argentina

10

3

Nicolás Berardo

Lateral 

30

Chilena

5

4

Benjamín Vidal

Defensa central

29

Chilena

4

5

Flavio Rojas

Defensa central

26

Chilena

0

6

Jorge Gatica

Volante defensivo

24

Chilena

5

7

Luis Pedro Figueroa

Volante 

37

Chilena

0

8

Gaspar Iñíguez

Volante defensivo

26

Argentina

2

9

Rafael Arace

Delantero

25

Venezolana

6

9

Andrés Montero

Delantero

26

Venezolana

2

10

Joe Abrigo

Volante ofensivo

25

Chilena

10

11

Diego Vallejos

Delantero

30

Chilena

8

12

Daniel Retamal

Arquero

25

Chilena

0

14

Cristián Zavala

Lateral 

21

Chilena

0

14

Mathías Pinto

Delantero

22

Chilena

1

15

Mauricio Pinilla

Delantero

36

Chilena

2

16

José Aguilera

Delantero

20

Chilena

0

17

Rubén Farfán

Delantero

29

Chilena

10

18

Cristofer Salas

Delantero

20

Chilena

3

19

Felipe Villagrán

Volante ofensivo

23

Chilena

8

20

Raúl Osorio

Defensa central

25

Chilena

10

21

Fernando Manríquez

Volante ofensivo

36

Chilena

9

22

John Salas

Lateral 

24

Chilena

10

23

Víctor González

Defensa central

26

Chilena

9

24

Joaquín Abdala

Volante 

20

Chilena

0

25

Guillermo Orellana

Arquero

34

Chilena

0

26

Bayron Saavedra

Lateral

23

Chilena

1

27

Juan Carlos Espinoza

Lateral 

29

Chilena

7

28

Diego Aravena

Volante

24

Chilena

10

29

Federico Pereyra

Defensa central

31

Argentina

9

31

Lautaro Palacios

Delantero

25

Argentina

8

32

Diego Vergara

Volante

18

Chilena

1

33

Nicolás Díaz

Lateral

21

Chilena

0

 

PARTIDO A PARTIDO

 

COQUIMBO UNIDO 3 – 0 ARAGUA FC

4/2/2020 (martes). Primera fase partido de ida Copa Sudamericana 2020.  Estadio: Francisco Sánchez Rumoroso, Coquimbo, Chile.  Árbitro: José Méndez.

COQUIMBO UNIDO: Matías Cano; Jhon Salas, Víctor González, Federico Pereyra, Raúl Osorio; Gaspar Iñíguez, Diego Aravena (60’ Mauricio Pinilla), Joe Abrigo; Andrés Montero (86’ Diego Vallejos),  Mathías Pinto (73’ Fernando Manríquez),  Rubén Farfán.  DT:  Germán Corengia.

ARAGUA FC: Yhonathann Yustiz; César Urpín, Octavio Zapata, Moisés Acuña, José Yéguez; Homero Calderón, Pedro Álvarez, Daniel Febles (72’ Daniel Febles), José Torres (72’ José Arias); Edanyilber Navas, Héctor Pérez.  DT:  Enrique García.

GOLES:  67’ Federico Pereyra, 70’ Víctor González, 80’ Rubén Farfán.

 

ARAGUA FC 1 – 0 COQUIMBO UNIDO

18/2/2020 (martes). Primera fase partido de vuelta Copa Sudamericana 2020.  Estadio: Olímpico, Caracas, Venezuela.  Árbitro:  Ivo Méndez.

ARAGUA FC: Yhonathann Yustiz; César Urpín, Arquímides Hernández, Moisés Acuña, José Yéguez; José Torres (58’ Pedro Luis Álvarez), Homero Calderón, Edanyilber Navas, Diego García (53’ Octavio Zapata);  Daniel Febles (77’ Kenny Romero).  DT: Enrique García.

COQUIMBO UNIDO: Matías Cano; Jhon Salas, Víctor González, Federico Pereyra, Nicolás Berardo, Bayron Saavedra (61’ Raúl Osorio); Gaspar Iñíguez (68´ Diego Aravena), Fernando Manríquez; Rubén Farfán, Andrés Montero (81´ Joe Abrigo), Mauricio Pinilla.  DT: Germán Corengia.

GOLES:  13’ Guillermo Fernández (A).

 

COQUIMBO UNIDO 3-0 ESTUDIANTES DE MÉRIDA

29/10/2020 (jueves). Segunda fase partido de ida Copa Sudamericana 2020. Estadio: Francisco Sánchez Rumoroso, Coquimbo, Chile.  Árbitro:  Jordy Alemán.

COQUIMBO UNIDO: Matías Cano; Juan Carlos Espinoza (89’ Juan Carlos Espinoza), Víctor González, Benjamín Vidal, Raúl Osorio, John Salas; Fernando Manríquez, Diego Aravena, Joe Abrigo (80’ Diego Vergara); Rubén Farfán (89’) Cristofer Salas, Diego Vallejos (70’ Lautaro Palacios). DT: Juan José Ribera.

ESTUDIANTES DE MÉRIDA: Alejandro Araque, Omar Labrador (61’ Ayrton Páez), Galileo del Castillo (33’ Edison Pinilla), Henry Plazas, José Manríquez; Yorwin Lobo, Cristian Riva, Ronaldo Rivas; Lorenzo Rodríguez (70’ Wilson Mena),  Jesús Meza, José Rivas.  DT:  José Antonio Torrealba.

GOLES:  50’ Diego Vallejos (CU), 59’ Diego Aravena (CU), 71’ Lautaro Palacios (CU).



ESTUDIANTES DE MÉRIDA 0-2 COQUIMBO UNIDO. 

5/11/2020 (jueves). Segunda fase partido de vuelta Copa Sudamericana. Estadio: Olímpico Metropolitano.  Ciudad: Mérida, Venezuela.  Árbitro: Luis Quiroz.

ESTUDIANTES DE MÉRIDA: Alejandro Araque; José Manríquez, Henry Plazas, José Marrurfo (78’ Wilson Mensa), Daniel Linarez; Yorwin Lobo (58’ Ayrton Páez), Cristian Rivas, Jesús Meza, José Rivas (78’ Wilson Barrios); Christian Flores (67’ Ronaldo Rivas), Armando Araque. DT: Martín Eugenio Brignani.

COQUIMBO UNIDO (2): Matías Cano; Juan Carlos Espinoza (60’ Nicolás Berardo), Víctor González, Federico Pereyra, Raúl Osorio (83’ Cristofer Salas), John Salas; Fernando Manríquez (75’ Benjamín Vidal), Diego Aravena, Joe Abrigo; Rubén Farfán (46’ Lautaro Palacios), Diego Vallejos (60’ Felipe Villagrán).  DT:  Juan José Ribera.

GOLES:  8’ Joe Abrigo (CU), 55’ Lautaro Palacios (CU).

 

COQUIMBO UNIDO 0-0 SPORT HUANCAYO

25/11/2020 (miércoles). Octavos de Final partido de ida Copa Sudamericana 2020. Estadio: Francisco Sánchez Rumoroso,  Coquimbo, Chile.  Árbitro: Gery Vargas.

COQUIMBO UNIDO: Matías Cano; Juan Carlos Espinoza (83’ Lautaro Palacios), Víctor González, Federico Pereyra (46’ Nicolás Berardo), Raúl Osorio, John Salas; Fernando Manríquez, Diego Aravena, Joe Abrigo (88’ Rafael Arace); Rubén Farfán, Diego Vallejos (66’ Lautaro Palacios). DT: Juan José Ribera.

SPORT HUANCAYO: Joel Pinto; Hugo Ángeles, Yimmy Valoyes, Víctor Balta, Giancarlo Carmona; Alfredo Rojas, Moisés Velásquez (67’ Leonardo Villar), Daniel Morales (79’ Jorge Bazán), Marcos Lliuya (92’ Ronal Huaccha); Carlos Caraza (79’ Víctor Peña), Charles Monsalvo (67’ Carlos Neuman). DT:  Wilmar Valencia.

GOLES:  No hubo.

 

SPORT HUANCAYO 0-2 COQUIMBO UNIDO

2/12/2020 (miércoles). Octavos de final partido de vuelta Copa Sudamericana 2020. Estadio: Nacional, Lima, Perú. Árbitro: Augusto Aragón.

SPORT HUANCAYO: Joel Pinto; Giancarlo Carmona (81’ Víctor Peña), Víctor Balta, Yimmy Valoyes, Hugo Ángeles; Alfredo Rojas, Marcio Valverde, Daniel Morales (46’ Carlos Neuman), Marcos Lliuya; Jorge Bazán (81’ Ronal Huaccha), Charles Monsalvo.  DT:  Wilmar Valencia.

COQUIMBO UNIDO: Matías Cano; Juan Carlos Espinoza (72’ Nicolás Berardo), Víctor González, Federico Pereyra, Raúl Osorio, John Salas; Fernando Manríquez (85’ Felipe Villagrán), Diego Aravena, Joe Abrigo (85’ Rafael Arace); Rubén Farfán (81’ Rafael Arace), Diego Vallejos (82’ Jorge Gatica).  DT:  Juan José Ribera.

GOLES:  1’ Diego Vallejos (CU), 81’ Lautaro Palacios (CU).

 

JUNIOR DE BARRANQUILLA 1-2 COQUIMBO UNIDO

9/12/2020 (miércoles). Cuartos de Final partido de ida Copa Sudamericana 2020. Estadio: Metropolitano Roberto Meléndez, Barranquilla, Colombia.  Árbitro:  Jesús Valenzuela.

JUNIOR DE BARRANQUILLA: Mario Viera; Fabián Viáfara, Dany Rosero, Germán Mera, Jesús Murillo; Edwuin Cetré, Fabián Ángel, James Sánchez, Fredy Hinestroza (76’ Daniel Moreno); Michael Rangel,  Miguel Borja (76´Luis Sandoval).  DT: Luis Grau.

COQUIMBO UNIDO: Matías Cano; John Salas, Raúl Osorio, Federico Pereyra, Víctor González, Juan Carlos Espinoza (86’ Felipe Villagrán); Fernando Manríquez, Diego Aravena (57’ Jorge Gatica), Joe Abrigo (86 Cristofer Salas); Rubén Farfán (77’ Rafael Arace), Diego Vallejos (58’ Lautaro Palacios).  DT:  Juan José Ribera.

GOLES:  25’ Miguel Borja (JB), 73’Joe Abrigo (CU), 89’ Lautaro Palacios (CU).

 

COQUIMBO UNIDO 0 – 1 JUNIOR DE BARRANQUILLA

16/12/2020 (miércoles). Cuartos de Final partido de vuelta Copa Sudamericana 2020. Estadio: Francisco Sánchez Rumoroso, Coquimbo, Chile.  Árbitro:  Víctor Carrillo.

COQUIMBO UNIDO: Matías Cano; Jorge Gatica (63´Felipe Villagrán), Víctor González, Federico Pereyra, Raúl Osorio, John Salas; Fernando Manríquez, Diego Aravena, Joe Abrigo (88’ Rafael Arace); Rubén Farfán, Diego Vallejos (75´ Lautaro Palacios).  DT: Juan José Ribera.

JUNIOR DE BARRANQUILLA: Mario Viera; Fredy Hinestroza, Germán Mera, Dany Rosero, Fabián Viáfara, Edwuin Cetré; James Sánchez, Didier Moreno, Daniel Moreno; Teófilo Gutiérrez, Miguel Borja.  DT:  José María Pazo.

GOLES:  7’ Miguel Borja (JB).

 

COQUIMBO UNIDO 0-0 DEFENSA Y JUSTICIA

12/01/2021 (martes). Semifinal partido de ida Copa Sudamericana 2020. Estadio: Manuel Ferreira, Asunción, Paraguay.  Árbitro:  Jesús Valenzuela.

COQUIMBO UNIDO: Matías Cano; Juan Carlos Espinoza (68’ Felipe Villagrán), Víctor González, Federico Pereyra, Raúl Osorio, John Salas; Fernando Manríquez (56’ Jorge Gatica), Diego Aravena, Joe Abrigo (83’ Rafael Arace); Rubén Farfán, Lautaro Palacios (83’ Benjamín Vidal). DT: Juan José Ribera.

DEFENSA Y JUSTICIA: Luis Unsain; Héctor Martínez, Adonis Frías, Franco Paredes, Emanuel Brítez (61’ Rafael Delgado), Eugenio Isnaldo; Enzo Fernández, Valentín Larralde (88’ Maximiliano Luayza), Ciro Rius (73’ Francisco Pizzini); Braian Romero, Walter Bou (73’ Gabriel Hachen). DT: Hernán Crespo.

GOLES: No hubo

 

DEFENSA Y JUSTICIA 4 – 2 COQUIMBO UNIDO

16/1/2021 (sábado).Semifinal partido de vuelta Copa Sudamericana 2020. Estadio: Norberto Tomaghello, Buenos Aires, Argentina.  Árbitro:  Andrés Rojas.

DEFENSA Y JUSTICIA: Luis Unsain; Héctor Martínez, Adonis Frías, Emanuel Brítez, Rafael Delgado; Eugenio Isnaldo (75’ Franco Paredes), Enzo Fernández, Valentín Larralde (55’ Marcelo Benítez), Francisco Pizzini (75’ Washington Camacho); Braian Romero (83’ Ciro Rius), Walter Bou (82’ Miguel Merentiel).  DT:  Hernán Crespo.

COQUIMBO UNIDO: Matías Cano; John Salas, Raúl Osorio, Federico Pereyra, Benjamín Vidal (46’ Nicolás Berardo), Juan Carlos Espinoza (46’ Felipe Villagrán); Diego Aravena (84’ Diego Vallejos), Jorge Gatica, Joe Abrigo (65´Rafael Arace);  Lautaro Palacios, Rubén Farfán.  DT:  Juan José Ribera.

GOLES: 8’ Rubén Farfán (CU), 11’ Francisco Pizzini (DJ), 20’, 23’ y 44’Braian Romero (DJ), 62’ Lautaro Palacios (CU).



Fuentes:

  • Libro Muy en Alto Nuestras Banderas, 2021. Autor, Felipe Fernández
  • Diario La Región, 2020.
  • Diario El Día, 2020

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