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El partido del (fin de) siglo

Por Carlos Pérez

La temporada 1999 de nuestro fútbol es recordada por una serie de hitos que confluyen en la fantástica coronación que selló el título número 10 en la historia de Campeonatos Nacionales de Universidad de Chile.

Tras un errático inicio de torneo, marcado por una estrepitosa caída 5 a 2 en el estadio Monumental ante Colo Colo, el elenco adiestrado por César Vaccia inició un recorrido que no se detuvo hasta la consagración el sábado 4 de diciembre, ante Santiago Morning.

En el derrotero azul destacaron sonados triunfos ante O’Higgins y Colo Colo por 3-0, una goleada de 5-2 ante Deportes Concepción y un increíble cierre de la fase regular que se saldó con la exclusiva derrota ante los albos en el amanecer del torneo.

Fue precisamente en el camino azul de cara a cerrar la primera etapa del campeonato, que tuvo lugar uno de los partidos más electrizantes que se recuerden en un torneo que no ofreció tanta sorpresa debido al dominio sin contrapeso del elenco laico: el lunes 20 de septiembre, pasados los ecos de las celebraciones de Fiestas Patrias, que no ofrecieron más que dos días de asueto, Universidad de Chile recibió en el estadio Nacional a O’Higgins de Rancagua con miras a consolidar su juego de cara a una segunda ronda que alargaría el ensueño azul.

 

¿Cómo llegaban los equipos?

A esas alturas, la marcha de los dirigidos por Vaccia indicaba 66 puntos, a lejanas nueve unidades del escolta (Universidad Católica), enormes 16 de distancia del tercero (Cobreloa) y casi insalvables 23 puntos de luz sobre un discreto Colo Colo, que estaba en cuarta posición.

En el caso de los rancagüinos, tras una desastrosa primera rueda (en la que solamente sumaron 11 puntos) llegaban con la moral en alto tras conseguir cuatro triunfos en línea, que lo habían alzado al lugar 13 en la tabla, con 29 puntos. El partido se jugó a las 20:00 horas del lunes, en parte por la escasez de personal de Carabineros durante el fin de semana en Santiago (por las celebraciones dieciocheras), lo cual no atrajo más que 15 mil personas al coloso ñuñoíno, según consignan las crónicas deportivas.

Mario Núñez pone a prueba la zaga azul en el segundo tiempo

 

Inicio electrizante

Con el arbitraje de Néstor Mondría, los equipos se prodigaron en entregar su mejor repertorio, sin sospechar que abrirían un vórtice de jugadas, goles y emociones que perduran hasta hoy en el imaginario colectivo.

El recorrido visual por el partido es fascinante: en el minuto 07:58 Mario Núñez señaló la apertura de la cuenta, con precisa volea de zurda tras centro de su socio en ataque, Jaime González. No se acallaban los murmullos de sorpresa en el estadio cuando Emiliano Rey, también de zurda, señaló el empate tras sutil toque de Leonardo Rodríguez: el reloj marcaba 9 minutos y 33 segundos (09:33).

Entrado el minuto 22 de partido, la expulsión de Pablo Galdames, volante azul, entregó una cuota de incertidumbre extra al partido, por lo que el invicto azul quedaba tambaleando con un nuevo tanto del visitante (23:08), nuevamente en pies de Mario Núñez. A esa altura, aún sin cumplir media hora de partido, el encuentro ofrecía más emociones con un nuevo tanto azul, en los pies de Leonardo Rodríguez, quien batió a Roberto González con preciso tiro desde 18 metros (25:56).

Con el marcador igualado, la visita no renunciaba a la opción de birlar un invicto que se extendía por más de 20 fechas al cuadro universitario, cosa que se confirmó en el minuto 34:50, cuando tras un violento lanzamiento desde la izquierda del ataque, el balón se le soltó a Sergio Vargas, quien no pudo evitar la arremetida de Mario ‘Oso’ Núñez, que señaló un increíble hat trick recién en la primera etapa. Si algo le faltaba al partido para ganar en emotividad, fue la insólita expulsión del defensa rancagüino Rodrigo López en el minuto 39 tras rechazar deliberadamente el balón fuera de los límites de la cancha, lo que le otorgó un condimento inesperado a lo que se venía en el complemento.

Roberto González no alcanza a reaccionar ante el tiro de Rodríguez que firma el 2-2 en 26 minutos

 

Segundo tiempo

Los segundos 45 minutos no hicieron más que acrecentar la idea de que se estaba en presencia de un partido extraordinario. Transcurridos cinco minutos, un nuevo centro desde la derecha se anidó en el arco de ‘Superman’ Vargas: esta vez cambiaron los intérpretes, puesto que Mario Núñez le sirvió un preciso centro a Jaime González, quien esquivó el desesperado cierre de Ricardo Rojas: 2 a 4, con cuarenta minutos que desafiaban a la hazaña azul, la cual comenzó a cimentarse en el minuto 54:56 cuando tras un nuevo toque de Leonardo Rodríguez, el delantero argentino Emiliano Rey, cual héroe inesperado, confirmó su segundo tanto de la noche. A esas alturas, el partido no ofrecía jugadas de riesgo: todo lo que había merodeado el área de ambos equipos se había convertido en gol. Las emociones reflotaron en el minuto 72:58, cuando Mauricio Aros, con un preciso centro desde la izquierda, encontró el pie de Rey, quien anotó su triplete, emulando a Mario Núñez. 

Tras el empate, vino la mejor etapa del partido, con ambos equipos en busca del tanto de desequilibrio: en el minuto 80 lo tuvo O’Higgins, con un tiro de Moisés Ávila que pasó a centímetros del arco de Vargas. Dos minutos después (82:55), el peruano Flavio Maestri buscó tras sucesivos toques vulnerar el pórtico de Roberto González, pero sin suerte. En el 83:33, una volea de Jaime González salió ligeramente elevada. Al 87:45, un centro de ‘Leo’ Rodríguez encontró la cabeza de Maestri, quien impactó el poste derecho de González, reeditando una inolvidable jugada que el peruano tuvo en el juego clasificatorio de octubre de 1997 ante Nelson Tapia.

En el minuto 88:45 vino una de las jugadas icónicas del encuentro: un cabezazo bombeado del delantero peruano de la ‘U’ encontró un tanto adelantado al meta rancagüino, quien en una contorsión increíble sostuvo el balón con sus dos manos y lo alejó de su portería: “Maestri quiso controlar y el balón le salió haciendo un globo lo que me obligó a tomarla y soltarla hacia el costado” , declaró González en entrevista telefónica concedida para esta nota.

Tras un nuevo y desesperado intento del local por desnivelar, Cristian Castañeda lanzó un córner que encontró la cabeza del activo Flavio Maestri, quien pivoteó entre dos marcadores, depositando el balón en área chica y encontrando el pie salvador de Rodríguez, quien con ocho rivales rodeándolo impulsó el balón a las redes, desatando la locura en Ñuñoa, sacándose la camiseta y recibiendo quizás la expulsión más feliz de su vida. El reloj marcaba 89:55 y tras eso transcurrieron 153 segundos hasta el fin del partido, que pasó a la historia ayudado por la épica de la parcialidad azul, que vio en ese encuentro uno de los mejores (si no el mejor) de la historia del Campeonato de Primera División en Chile.

Emiliano Rey celebra su segundo gol de la noche, que señalaba el 3-4 parcial

 

Reacciones

En camarines, las sensaciones fueron unánimes: el partido fue una expresión de fútbol que desdibujó cualquier análisis desde la táctica. Roberto González evoca: “Si hubiese terminado 5-5 u 8-8 a nadie le hubiera sorprendido. En el camarín había sensaciones encontradas: por un lado, la pena de haber perdido, pero tranquilos de haber hecho ver mal a la ‘U’, que tenía un enorme equipo con ‘Leo’ Rodríguez, Maestri, ‘Superman’ Vargas, Mauricio Aros, (Clarence) Acuña, etc. Se podría haber culpado a los defensas, pero ese día ambos equipos quisieron ganar. La juventud de nuestro plantel hizo ver mal a la ‘U’, en parte porque los refuerzos que llegaron para la segunda rueda, sobre todo (Toribio) Caballero y (Moisés) Ávila, hicieron que destaque la propuesta de ir al ataque como decía el técnico”, rememora al teléfono el retirado guardameta.

Por su parte el técnico del equipo perdedor, René Serrano, declaró en camarines, a la señal oficial de televisión, que “desde mi perspectiva técnica ha sido un partido con muchos aciertos, más que errores que se cometieron y nadie podría irse defraudado del partido en sí”.

Mientras, a más de 20 años de aquella mágica noche, Emiliano Rey recuerda desde Argentina, en conversación con Asifuch, que “ese partido fue simplemente inolvidable. Un partido en que se cuentan nueve goles no es algo de todos los días. Me tocó ser protagonista y los goles sirvieron para un título inolvidable”.

Tras los ecos de la brillante exhibición de ese 20 de septiembre, los caminos de ambos equipos se separaron: Universidad de Chile continuó su exitoso camino que lo llevó a su estrella número 10, mientras que O’Higgins debió bregar en un octogonal por no descender, confirmándose como el sólido líder de ese grupo, viendo como otros equipos se enredaban con el temido descenso. 

 

La ficha del histórico encuentro:

UNIVERSIDAD DE CHILE  5-4 O’HIGGINS

20/09/1999. Fecha 26, Primera División 1999. Estadio Nacional. Público: 15.000 app. Árbitro: Néstor Mondría.

UNIVERSIDAD DE CHILE: Sergio Vargas; Cristian Castañeda, Ricardo Rojas, Cristian Mora, Mauricio Aros; Clarence Acuña (Ronald Fuentes 46’), Luis Musrri, Pablo Galdames, Leonardo Rodríguez; Emiliano Rey (Edson Monsalve 84’) y Flavio Maestri. DT: César Vaccia. 

O’HIGGINS: Roberto González; Pedro Rivera, Toribio Caballero, Rolando Azás, Jorge Carrasco; Rodrigo López, Cristian Gálvez, Mauricio Dinamarca, Moisés Ávila; Mario Núñez (Iván Sepúlveda 78’) y Jaime González. DT: René Serrano.

GOLES: M. Núñez (8’,23’ y 35’), Emiliano Rey (10’, 55’ y 73’) L. Rodríguez (26’ y 90’), J. González (50’).

Tarjetas amarillas: Cristian Castañeda, Cristian Mora, Sergio Vargas, Leonardo Rodríguez (UCH), Pedro Rivera y Toribio Caballero (OHI). 

Tarjetas rojas: Pablo Galdames (22’), Leonardo Rodríguez (90’). Rodrigo López (39’).



Fuentes:

  • Revista Don Balón #385.
  • Especial Revista Don Balón, Universidad de Chile Campeón 1999.
  • Entrevista Emiliano Rey (exdelantero Universidad de Chile)
  • Entrevista Roberto González (exarquero de O’Higgins)
  • https://www.youtube.com/watch?v=BZt3q1fSiLg 
  • Fotos: obtenidas de Don Balón #385
  • Agradecimientos: Germán Toro y Nicolás Sandoval, socios de ASIFUCH

 

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