Hace exactos 30 años, un 3 de abril de 1992, Coquimbo Unido jugaba su último partido por Copa Libertadores de América. La derrota en casa frente a un San Lorenzo plagado de estrellas fue el punto final de un momento que nunca más se volvería a repetir para los aurinegros.
Esta es la historia de un equipo novato en Copa Libertadores, que luchó en cancha contra grandes instituciones de Sudamérica y que salió con la frente en alto de su primera participación internacional en la historia del club.
Una vez obtenido el Subcampeonato, los dirigentes comandados por Omar Yáñez el año 1991 y Guillermo Campos en 1992, comenzaron a hacer las gestiones futbolísticas junto al entrenador José Sulantay para traer los refuerzos necesarios que permitieran hacer una buena copa internacional frente a los chilenos de Colo Colo y Universidad Católica, y los argentinos Newell’s Old Boys y San Lorenzo.
Campos y su directiva tuvieron que trabajar fuertemente en materia de nuevas contrataciones para el torneo internacional. Llegaron, entre otros, los argentinos Rubén Tanucci y Víctor Hugo Amatti y los chilenos Juan Carlos Araya, Juan Carreño, Fernando Pérez, Carlos Soza y Carlos Zúñiga.
De esta manera el plantel pirata para Copa Libertadores de América 1992, quedó conformado de la siguiente manera:
Arqueros:
Johnny Pérez
Rolando Rivera
Defensas:
Williams Alarcón
Víctor Hugo Amatti
Luis Fuentes
Jaime Muñoz
Miguel Ángel Ramos
Sergio Rivero
Rubén Tanucci
Javier Toledo
Edógimo Venegas
Volantes:
Juan Carlos Araya
Roberto Corró
Julio González
Patricio Marzán
Orlando Mondaca
Jorge Peralta
Fernando Pérez
Ronaldo Moraes
Delanteros:
Juan Carreño
Pedro González
Cristian Olguín
Carlos Soza
Carlos Zúñiga
Sumado a la conformación del plantel, se debía cumplir en tiempo express con el cuaderno de cargos que exigía la Confederación Sudamericana de Fútbol para que el club pudiera participar en torneos internacionales, sobre todo en lo referido a infraestructura del recinto donde se jugarían los partidos en calidad de local.
El oficial de la Confederación Sudamericana, Osvaldo “Cachito” Ramírez se convirtió en asiduo visitante del Francisco Sánchez Rumoroso, inspeccionando los avances del estadio junto al arquitecto de la Municipalidad, el alcalde de Coquimbo, Jorge Auger, los dirigentes porteños Guillermo Campos y Miguel Bauzá, más Pedro Fornazzari, como representante de la ANFP.
Los trabajos encargados consistían, fundamentalmente, en mejorar la zona de prensa, crear una sala exclusiva para el control doping, construir galerías de cemento tras los arcos para que los espectadores puedan ver el partido de pie e instalar una galería mecano con capacidad para 2 mil personas. Con lo anterior el estadio cumplía con el requerimiento de tener una capacidad mínima de 20.000 espectadores, que era el aforo exigido para partidos internacionales.
Osvaldo Ramírez y Jorge Auger inspeccionan las galerías construidas para que los espectadores estén de pie. (Foto Revista Minuto 90, Febrero 1992)
Tras dos horas de revisión, y luego de una cena con los dirigentes porteños en el restaurante Bucanero de La Herradura, el veedor de la Conmebol, señor Ramírez, dio una conferencia de prensa que la Revista Minuto 90 del 18 de febrero de 1992 transcribe en su página 35, en la cual explica que: “Luego de inspeccionar el estadio de Coquimbo me llevo la impresión de que se podrá jugar en la región, ya que se está trabajando afanosamente. Si las obras están terminadas el día 23 de febrero, que es el plazo final, y el alcalde de la comuna me manda una foto con las obras terminadas a Paraguay, la Confederación Sudamericana aprobará el estadio”. Por supuesto el estadio estuvo listo en la fecha acordada.
La primera gira internacional de club
Coquimbo Unido comenzaba en poco tiempo más la participación en su primer torneo internacional, y la cantidad de partidos amistosos con equipos de renombre sudamericano, brillaban por su ausencia.
José Sulantay imploraba tener un rival de categoría para ver en acción a sus dirigidos antes de comenzar la Copa. La idea era pactar un encuentro en un lugar que tuviera el calor de Rosario en verano, de manera tal que sirviera de ensayo general para el partido frente a Newell’s.
En eso estaban los dirigentes aurinegros, cuando el entrenador coquimbano recibió un llamado de un amigo uruguayo, residente en Ecuador y conocedor del fútbol sudamericano, en el que le plantea la posibilidad de viajar a jugar con el multicampeón ecuatoriano Barcelona de Guayaquil, nada más ni menos que en el imponente estadio Isidro Romero, uno de los más hermosos del continente. Como si fuera poco, los del Guayas eran los vigentes campeones de su país y contaban con figuras internacionales de la talla de Pedro Monzón, Wilson Carabalí, Byron Tenorio, José Gavica, Rúben Darío Insúa y Marcelo Trobbiani, entre otros.
Para los piratas era su primera experiencia internacional, así que el dirigente Patricio Zepeda (QEPD) se puso de cabeza a organizar el periplo que contaría con varias escalas antes de llegar a Guayaquil. José Sulantay era el más preocupado de la parte logística del viaje, así que junto a su amigo uruguayo coordinaron los aspectos operacionales del recorrido y la estadía en la ciudad ecuatoriana.
Miguel Ángel Ramos, uno de los referentes de aquel equipo y que ocupó la jineta de capitán en el segundo partido de esta gira, recuerda: “Fue una experiencia muy novedosa para todos nosotros, pero el viaje se hizo largo y cansador, aunque estábamos todos de muy buen ánimo. Imagínate que tomamos primero un bus a Santiago, luego en avión hasta Lima y de ahí a Tumbes. Fueron casi 15 horas de viaje. Ahí en Tumbes, que es la última ciudad peruana, nos bajamos del bus y tuvimos que descargar la utilería y volver a subirla a otro bus, que era el que nos llevaría hasta Guayaquil. Entrando a Ecuador pasamos por un puente donde nos hicieron parar los militares para hacer una revisión de rutina. Nosotros lo único que queríamos era llegar, pero nos faltaban unas cuatro horas todavía”.
Finalmente, después del largo y agotador viaje, el plantel llegó pasada la medianoche del sábado al hotel, a menos de doce horas del pitazo inicial del partido, que estaba programado para el domingo, a las 12:00.
Ante 25 mil espectadores los aurinegros salieron a la cancha del Isidro Romero con Jorge Cortés (portero que no llegaría a la nómina final de la Copa) en el arco; Javier Toledo, Rubén Tanucci, Jaime Muñoz y Sergio Rivero en defensa; Edógimo Venegas, Orlando Mondaca y Miguel Ramos en la zona media; dejando en ofensiva a Cristián Olguín, Juan Carreño y Pedro González.
El primer tiempo se jugó con una lluvia infernal, que casi no dejaba ver a dos metros de distancia, pero el partido continuó y los piratas, que jugaron de blanco en aquella ocasión, se pusieron en ventaja al minuto 36, con gol de tiro libre del ex navalino Edógimo Venegas. La ventaja duró muy poco, ya que dos minutos más tarde, el seleccionado ecuatoriano Byron Tenorio puso la paridad, y poco antes de finalizar el primer tiempo, el talentoso volante argentino, Rubén Darío Insua marcó el 2 a 1 con el que se fueron al descanso.
En el segundo tiempo, ingresaron Johnny Pérez, Juan Carlos Araya, Williams Alarcón y Patricio Marzán, sin embargo, el equipo no pudo sobreponerse al marcador en contra, aunque estuvo cerca del empate. Finalmente el cansancio y, sobre todo, la humedad y el calor le pasaron la cuenta a los coquimbanos, que en los últimos minutos del partido recibieron el tercer y definitivo gol en contra de Carlos “El Frentón” Muñoz que dejó el marcador 3 a 1 favorable a los locales.
Tres días después, los mismos rivales se volvieron a enfrentar, aunque esta vez el Barcelona jugó con su equipo B, mientras que Coquimbo probó también un equipo alternativo. El encuentro terminó empatado a un gol, con tanto del insigne Pedro ‘Heidi’ González, quien ya demostraba toda su precisión frente a las porterías rivales.
“Entre los dos partidos, entrenamos en una playa hermosa cerca de Guayaquil. Nos trataron excelente, además todas las comidas eran en un restaurante de un chileno que estaba feliz de tenernos ahí. En lo futbolístico fue una experiencia inigualable para mis dirigidos. Pude ver en acción el real nivel de nuestros jugadores. Ahí me di cuenta que perfectamente podíamos competir internacionalmente y que no iba a ser nada fácil ganarnos”, recuerda el entrenador Sulantay.
Amistosos en Coquimbo
Previo a la gira a Ecuador, los coquimbanos recibieron en el Sánchez Rumoroso a Liverpool de Uruguay, a quienes vencieron por 1 gol a 0 con anotación del recordado Cristian ‘Cepillín’ Olguín.
El otro amistoso se jugó al llegar a Chile después de la gira a Ecuador, enfrentando a Palestino, dirigido por Manuel Pellegrini. El encuentro terminó con derrota para los piratas por 1 a 0 (gol de Marcos Fajre) y con un mar de dudas en la zona ofensiva, debido a que el equipo aurinegro dominó incansablemente todo el partido, pero no fue capaz de convertir en la portería tricolor.
Comienza la copa
Portada revista Minuto 90 del 18 de Febrero, 1992
El 18 de febrero de 1992, frente a Colo-Colo en el Estadio Monumental y ante 40.624 espectadores, Coquimbo Unido debutó en la Copa Libertadores de América. El histórico equipo aurinegro que salió a la cancha esa noche formó con Johnny Pérez en portería; Javier Toledo en la banda derecha y Sergio Rivero en la izquierda, mientras que los centrales fueron Rubén Tanucci y Jaime Muñoz. En la zona media estuvo Miguel Ángel Ramos para recuperar y Orlando Mondaca con el brasileño Ronaldo Moraes en la creación. En delantera, Carlos Zúñiga junto a Juan ‘Candonga’ Carreño y Pedro González fueron los encargados de inquietar al meta José Daniel Morón.
El partido fue muy similar a los empates sin goles frente al Cacique del año 1991 por el Torneo Nacional. Mucha marca y pocas opciones de gol. Claro que está vez el argentino Carlos Gustavo de Luca, al minuto 74, con certero golpe de cabeza logró batir al meta coquimbano, ganando la posición con evidente falta sobre Miguel Ramos, sin embargo, el árbitro Salvador Imperatore validó el gol. Los ‘albos’ metieron el partido en un congelador hasta que el juez tocó el pitazo final.
El siguiente partido, frente a Universidad Católica, fue una fiesta de principio a fin. Lo de fiesta es literal, porque algunas horas antes de comenzar el encuentro ingresaron al gramado del Sánchez Rumoroso, vestidos de amarillo y luciendo banderas aurinegras, los integrantes del grupo de cumbia ‘Pachuco y la Cubanacán’, haciendo bailar al respetable público y disminuyendo la ansiedad de lo que sería el debut internacional del club en su estadio.
Mientras comenzaba a oscurecer, la música daba paso a los discursos protocolares de las autoridades de Coquimbo y del fútbol. Nicolás Leoz, presidente de la CONMEBOL; Abel Alonso, presidente de la ANFP; y Jorge Auger, alcalde de la comuna, escuchaban de pie en la pista atlética las palabras del presidente del club, Guillermo Campos, quien recordaba el camino recorrido por los aurinegros para llegar hasta ese momento junto con agradecer a todos los que hicieron posible que Coquimbo Unido pudiera jugar en su estadio la Copa Libertadores de América.
Los discursos no paraban. Habló el alcalde y luego Nicolás Leoz, pero la gente ya no tenía paciencia para seguir escuchando a las autoridades. Todo el estadio comenzó bulliciosamente a cantar para callar al mandamás paraguayo, por lo que se vio obligado a pedir: “Público maravilloso de Coquimbo, por favor escuche un segundo… para que todos juntos digamos ¡Viva Coquimbo!”. Con esas palabras Leoz tuvo que terminar rápidamente su discurso y dar pasó, por fin, a los protagonistas de la noche, que eran los jugadores, no sin antes, presenciar la sorpresa que el club y el Municipio tenían preparada: un espectáculo de fuegos artificiales que daba por inaugurado el partido más importante de la historia del club.
El árbitro Eduardo Gamboa llamó a la mitad de cancha a los capitanes de Coquimbo Unido, Miguel Ángel Ramos, y de Universidad Católica, Patricio Toledo. Moneda al cielo para definir partida, foto de rigor y finalmente el esperado pitazo inicial del partido más esperado del año en el puerto pirata.
Coquimbo Unido fue capaz de presionar a Universidad Católica y generar riesgo en la portería de Toledo desde el comienzo, abriendo la cuenta al minuto 17, luego de una falta penal de José ‘Chemo’ del Solar al coquimbano Jorge Peralta en la entrada del área. Pedro ‘Heidi’ González tomó el balón y desde los doce pasos definió de zurda al lado derecho de Toledo para ir a celebrar el 1 a 0 favorable a los locales junto a la barra ‘Al Hueso Pirata’. Después lo tuvo nuevamente González con golpe de cabeza, pero la pelota se fue caprichosamente sobre la portería cruzada.
Cuando recién comenzaba el segundo tiempo, la UC armó una jugada desde mitad de cancha con Del Solar, quien cedió a Gerardo ‘Vieja’ Reinoso y éste para Luis Pérez, quien desde el vértice del área mayor sacó un tiro colocado al ángulo izquierdo de la portería de Johnny Pérez. El arquero voló y estuvo soberbio para desviar el balón al córner con su brazo izquierdo.
A los 4 minutos de la etapa final, un balón en altura que despejó Jorge Peralta sin mayor peligro llegó cerca del área cruzada donde Daniel López trastabilló y cayó sorpresivamente al piso, luego se logró poner de pie, pero Pedro González ya le había ganado la posición y definió con sutileza ante el vuelo estéril de Toledo, a quien no le quedó más que ir a buscar el balón al fondo del arco. 2 a 0, con dos goles del ‘Heidi’.
Los cruzados lograron descontar mediante un golazo de Gerardo Reinoso al minuto 59, sin embargo, el ‘Heidi’, que estaba en su noche soñada, agarró un balón en la media luna del área y entre Daniel López y ‘Chemo’ del Solar lo hicieron caer. Gamboa no dudó en cobrar un tiro libre desde 18 metros que el propio González, mediante un disparo rasante al palo derecho de Toledo, cambió por gol. El atacante valdiviano, eufórico, se abalanzó sobre la reja olímpica del estadio para fundirse en un grito de gol eterno junto a la barra pirata.
Cinco minutos más tarde, nuevamente Reinoso anotó el segundo gol cruzado, que a la postre sería el último del partido, dejando para la historia el 3 a 2 favorable a los ‘piratas’.
El entrenador aurinegro, José Sulantay, recuerda que “a Reinoso le teníamos marcación personal entre dos, porque él pasa al primer defensor y rápidamente le tiene que caer el otro para que no piense, pero a pesar de eso igual nos clavó dos veces”.
Al final del partido, Sulantay declaró ante los medios: “Con el mismo coraje, con la misma personalidad y con la misma fuerza que mostramos hoy, viajaremos a Argentina para dejar el fútbol nuestro bien posicionado”.
El ex presidente del fútbol chileno Harold Mayne-Nicholls, en ese momento gerente de la rama de fútbol de la Universidad Católica recuerda: “Coquimbo Unido lo ganó bien, Pedro González esa noche estuvo intratable”. A modo de anécdota se le viene a la memoria el emotivo reconocimiento que la dirigencia de Coquimbo le hizo al histórico jugador aurinegro Daniel ‘Negro’ López, quien volvía al puerto con los colores del equipo de la franja.
“El ´Negro´ no vio una esa noche, parece que el presente que le hicieron lo dejó un poco desconcentrado”, recordó el otrora mandamás del fútbol chileno.
Daniel López no se olvida de ese encuentro: “Esa fue la noche del ‘Heidi’ y un par de embarradas me mandé yo. Al comienzo del partido me hicieron un homenaje, con entrega de galvano. Seguramente me desconcentró”.
Ruben Tanucci, Orlando Mondaca y Roberto Corró celebran el triunfo de Coquimbo Unido sobre Universidad Católica (Revista Triunfo del 2 de Marzo, 1992)
Los partidos en Argentina
El 3 de marzo de 1992, Coquimbo Unido jugó su tercer partido. Esta vez el rival fue Newell’s Old Boys, equipo que venía de perder como local por seis goles a cero frente a San Lorenzo. El partido era de trascendental importancia para ambos equipos, pero sobre todo para los ‘leprosos’, porque de perder o empatar el encuentro se les comenzaba a complicar el grupo.
José Sulantay salió a la cancha del Coloso del Parque Independencia, con Pérez, Tanucci, Muñoz, Rivero, Ramos, Peralta, Moraes, Mondaca, Zúñiga, Carreño y González, mientras que Marcelo Bielsa alineó con Norberto Scoponi, Gustavo Raggio, Juan Manuel Llop, Mauricio Pochetino, Julio Cesar Saldaña, Alfredo Berti, Eduardo Berizzo, Gerardo Martino, Alfredo Mendoza, Julio Zamora y Cristian Domizzi.
Los rosarinos fueron los amplios dominadores del partido de principio a fin. Los piratas lograban aguantar a ratos el vertiginoso ritmo que imponían los locales, pero ya a los 10 minutos, con un Coquimbo muy metido en su propia zona, llegó el primer gol del partido en los pies de Berti. El zurdo disparó desde el borde del área y tomó por total sorpresa a Johnny Pérez, quien no alcanzó a reaccionar.
Después de ese gol, los piratas adelantaron un poco sus líneas y tuvieron una opción de gol con un potente remate de Jorge Peralta que pasó muy cerca del arco defendido por Scoponi. Cuando el primer tiempo ya se iba, Miguel Ramos y Domizzi se enfrascaron en una discusión que terminó con ambos jugadores expulsados. Minutos después, el entrenador Marcelo Bielsa, quien protestó por la expulsión de Domizzi, también vio la tarjeta roja en las manos del árbitro uruguayo Julio Matto. Debido a esto, el DT rosarino tuvo que ver todo el segundo tiempo en una incómoda posición detrás del arco de Johnny Pérez.
En la etapa complementaria, los piratas no reaccionaron, mientras que Newell’s siguió buscando el segundo gol, que consiguió mediante Zamora a los 67 minutos y luego liquidó el partido con gol de Mendoza, a los 75.
Miguel Ángel Ramos, capitán de aquel equipo recuerda: “Yo era el encargado de marcar al ‘Tata’ Martino. El profe Sulantay disponía de marcas personales con algunos jugadores y otras veces marcación mixta. Todos teníamos clarito cuáles eran nuestras funciones en la cancha y por dónde nos debíamos mover. El equipo funcionaba con zonas, pero en ese partido, Newell’s nos metió atrás y no pudimos hacer el juego que veníamos haciendo”. En la memoria de Ramos queda guardado el increíble ambiente del actual Estadio Marcelo Alberto Bielsa. “Son estadios hechos para el fútbol, con la gente pegada a la cancha, con un ambiente de fervor increíble que es difícil de olvidar”.
El mismo Ramos no olvida una anécdota de aquellos días: “Cuando llegamos a entrenar en la cancha de Newell’s, el pasto estaba lleno de ranas por todos lados. No pudimos entrenar bien. Yo no sé si las pusieron ahí o no. Nunca preguntamos. El tema es que algunos compañeros se llevaron las ranas al bus y después en el hotel imagínate la cantidad de bromas que hicieron con las ranas. Tiempo después cuando llegaron (Pablo) Lenci y (Jorge) Cerino a Coquimbo supimos que era algo habitual que hacían con los rivales“.
Coquimbo tuvo que reponerse rápidamente, tanto física como psicológicamente de esa derrota, porque sólo tres días después tuvo que enfrentar a San Lorenzo de Almagro en su segundo partido en tierras argentinas. Los piratas, que hicieron tres cambios en relación al partido anterior (Amatti por Ramos, Toledo por Zuñiga y Olguín por Moraes), estuvieron ordenados en el fondo y generaron más riesgo en ofensiva, pero sin lograr inquietar mayormente el arco del paraguayo Rubén Ruiz Díaz.
La expulsión de Jaime Muñoz, al minuto 52, fue fundamental para que San Lorenzo hiciera efectiva su superioridad, sin embargo, ya entrado el segundo tiempo, los piratas mantuvieron el cero. Hasta que en el minuto 72, el ‘Ciclón’ comenzó a marcar diferencias, primero con Jorge Rinaldi, luego con Néstor Gorosito y finalmente con Alberto Acosta, los que en solo 10 minutos dejaron el marcador 3 a 0 favorable a los de Boedo. Fue un vendaval incontrolable para el equipo de Sulantay.
“Los rivales argentinos que nos tocaron fueron buenísimos. Newell’s terminó perdiendo a penales la final de la Copa y acá nos ganaron en los últimos minutos 2 a 1 con dos jugadas de pelota muerta. San Lorenzo tenía a Gorosito, Acosta y al ‘Bocha’ (José Daniel) Ponce. Ellos tenían mucha experiencia internacional y pegaban mucho también. Los árbitros en Argentina no cobran a la primera, dejan jugar”, recuerda José Sulantay para el libro Historia de Coquimbo Unido.
Un conocido nuestro, José Daniel ‘Bocha’ Ponce rememora aquel partido por un tema especial: “El ‘Beto’ (Acosta) había tenido un problema personal y tenía la cabeza en otro lado. Nosotros éramos compañeros de habitación y muy amigos. Le dije al ‘Beto’ lo importante que era para el equipo y lo mucho que lo quería la hinchada. Me puse muy feliz cuando convirtió el tercer gol. Cuando hay buena relación entre los compañeros, todo el equipo anda bien”.
Quien viajó como hincha a presenciar el partido cuando tenía 14 años fue René Álvarez Urquieta, fundador y presidente de la organización social Cofradía Coquimbo: “Nosotros fuimos en un bus bien precario que normalmente hacía el recorrido Coquimbo–Andacollo. El viaje lo organizó el periodista Claudio Ilabaca. Yo estaba decidido a viajar y mis papás me dijeron que bueno, pero que me acompañara mi hermana. Después se sumó mi otra hermana. Días después, mi mamá le dijo a mi papá: ‘Viejo como van a ir los niños solos a Argentina ¿Por qué no los acompañas?’ Y mi papá se sumó. Como no tenía sentido que mi mamá se quedara sola, al final fuimos todos”.
La familia del coquimbano Rene Álvarez en la carretera trasandina rumbo a Rosario para ver a Coquimbo Unido en la Copa Libertadores. (Fotografía cortesía de René Álvarez)
“Fue una experiencia increíble, nos demoramos casi dos días en llegar a Rosario. Entre los problemas que tuve en la aduana, porque no me dejaban pasar sin cédula de identidad, y las paradas que tuvo que hacer el bus cuando se recalentaba el motor. Finalmente llegamos a Rosario y el estadio fue una fiesta, todos muy agradables, pero frente a San Lorenzo fue distinto. Tenían una barra brava muy peligrosa y la sensación no fue la misma, aunque en ese partido estuvimos más cerca de traernos un empate. Aún tengo ahogado el grito de gol que no pudimos hacer en ese paso por Argentina”, recuerda René Álvarez.
Los últimos partidos
El pirata, herido después de su mal paso por Argentina, debió esperar hasta el 17 de marzo para enfrentar a Colo-Colo en el Francisco Sánchez Rumoroso. Sin embargo, los aurinegros no pudieron contra el ‘Cacique’, que partió ganando con gol de Jaime Pizarro, a los 14 minutos. Con ese tanto se fueron al descanso y a los 10 minutos del segundo tiempo, Cristian ‘Cepillín’ Olguín, marcó la definitiva paridad que quedó grabada como el último punto en torneos internacionales de Coquimbo Unido, previo a la participación aurinegra en Copa Sudamericana.
Lo que vino a continuación fueron solo derrotas, claro que algunas más bochornosas que otras, como el 5 a 1 frente a Universidad Católica, partido en que Coquimbo Unido tuvo un segundo tiempo para el olvido. Tres goles de Jorge ‘Coke’ Contreras, uno de Nelson Parraguez y el último de José Saturnino Cardozo dejaron clara la superioridad de los cruzados. Por Coquimbo, el Juan Carlos ‘Palomo’ Araya, descontó al minuto 80, cuando ya no había chances de empatar el partido.
Marcelo Bielsa, entrenador de Newell’s Old Boys, y José Sulantay, técnico de Coquimbo Unido, conversan antes del encuentro en las cabañas de La Herradura (fotografía: Diario El Día).
El encuentro de local frente Newell’s Old Boys era la última opción que tenía Coquimbo Unido para clasificar a la siguiente fase de Copa Libertadores (clasificaban 4 de 5 equipos en el grupo). Los primeros minutos fueron muy buenos para los piratas, no dejando aparecer al mediocampo de Newell’s comandado por Gerardo ‘Tata’ Martino. Pedro González lo tuvo de tiro libre al minuto 25, pero con una espectacular volada del meta Scoponi lanzó el balón al córner. Ocho minutos más tarde, el lateral derecho Javier Toledo disparó desde 20 metros. El balón rozó en Juan Manuel Llop, y Scoponi, tapado por algunos defensores, no alcanzó a manotear la pelota rasante que se metió en el rincón derecho del arco ‘leproso’. Con los piratas arriba en el marcador se fueron al descanso.
En el segundo tiempo, el técnico rosarino dispuso el ingreso de Ricardo Lunari en reemplazo de Martino, lo que significó una mayor dinámica en el traslado de la pelota y una mayor generación de oportunidades de gol para Zamora, Domizzi y Mendoza.
Los piratas resistían con Tanucci, Muñoz, Riveros y Peralta, haciendo estéril la tenencia del balón de los ‘leprosos’. Cuando quedaban 20 minutos para el final, y Newell’s no encontraba el gol, ingresó el Rubén Dario ‘Yaya’ Rossi, quien ocho minutos más tarde, con un tiro libre de increíble violencia y precisión, batió a Johnny Pérez.
Luego del empate, el árbitro Fernando Cardellino, de Uruguay, expulsó al defensor aurinegro Rubén Tanucci, dejando considerablemente disminuida la ya agotada defensa coquimbana. El local resistió el vertiginoso ritmo del visitante solo un par de minutos, ya que después de un tiro libre de Lunari, el delantero Mendoza cazó un rebote en el área y decretó el 2 a 1 final. Clasificación para Newell’s y despedida para Coquimbo Unido de su primera Copa Libertadores de América.
El momento preciso del gol de Rossi (Fotografía revista Encuentro de Rosario. 10 de abril, 1992)
Ricardo Lunari, jugador de Newell’s aquellos años, recuerda con claridad los partidos frente a Coquimbo: “El primer partido en Rosario fue muy importante para nosotros porque veníamos de perder 6 a 0 contra San Lorenzo. Estuvo parejo, pero cuando hicimos el 2 a 0 Coquimbo se cayó y de ahí lo ganamos con tranquilidad. En Coquimbo nos costó mucho empatar, hasta que el ‘Yaya’ Rossi clavó un tiro libre en el ángulo. Más tarde, después de una falta que yo ejecuté, Rossi cabeceó la pelota que dio en el travesaño y Mendoza marcó tras el rebote. Ese triunfo nos dio el paso a la siguiente fase. Luego avanzamos hasta la final. Fue hermoso”.
A pesar de la eliminación, aún quedaba por disputarse el partido de vuelta frente a San Lorenzo, el que Coquimbo terminó perdiendo por 1 gol a 0 con tanto convertido por Néstor Raúl Gorosito, a los 62 minutos. En aquel encuentro hizo su debut internacional Luis ‘Flaco’ Fuentes, histórico jugador aurinegro, quien en su carrera disputaría dos Copas América y dos clasificatorias mundialistas defendiendo a la selección chilena.
El goleador Pedro ‘Heidi’ González recuerda: “Se hizo un grupo de compañeros muy interesante, más que jugadores fuimos amigos y logramos clasificar a Copa Libertadores donde tuve ese inolvidable partido frente a Universidad Católica en el que hice tres goles con el estadio lleno. En Argentina se nos hizo complicado, sobre todo por la experiencia internacional que tenían ellos, pero hicimos un muy buen papel para ser la primera experiencia internacional del club y de los jugadores”.
En entrevista con la revista Minuto 90 de aquel año, el entrenador aurinegro, José Sulantay hace un balance de la participación del equipo en el torneo. “No solo fue el debut de un equipo en esta competencia, sino de varios jugadores que actuaron por primera vez en un torneo internacional. Hicimos lo que estaba a nuestro alcance y estimo que cumplimos”, cerró el DT.
La derrota del 3 de abril de 1992 frente a San Lorenzo, marcaría la ausencia de los aurinegros en torneos internacionales por largos 28 años, los que llegaron a su fin con la exitosa participación en Copa Sudamericana del 2020.
Fuentes:
- Revista Minuto 90 del 18 febrero, 1992. Año 5, número 237.
- Revista Triunfo del 17 de febrero, 1992. Año 5, número 297.
- Revista Triunfo del 2 de marzo, 1992. Año 5, número 299
- Diario El Día, febrero y marzo 1992.
- Libro Historia de Coquimbo Unido.