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El fútbol profesional en Chile y las S.A.D

Por Jaime Rodríguez

El Fútbol Profesional en Chile y las Sociedades Anónimas Deportivas, antecedentes para una historia de la irrupción del modelo neoliberal

El cambio en la administración del fútbol profesional chileno ocurrió en mayo de 2005, cuando se promulgó la ley 20.019 que “Regula las Sociedades Anónimas Deportivas”. Esta normativa ordena el funcionamiento de los clubes deportivos y su manejo financiero, mandatando a las entidades pertenecientes a la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) a modificar su estatus de administración, para convertirse en Sociedades Anónimas Deportivas (SADP), o bajo esta nueva legislación, continuar en casos muy específicos siendo una Corporación o Fundación.

Como parte del contexto de origen de esta ley, un dato interesante a considerar es que constituye el último proyecto de ley que dejó al abandonar su senatoría (en 1998) el actual presidente de la República, Sebastián Piñera. Esta ley, que sería promulgada bajo el gobierno del socialista Ricardo Lagos,  contó con un lobby político y cultural  ad hoc,  tuvo por fundamento principal el caos reinante en las dirigencias de los clubes profesionales del fútbol chileno por los problemas para pagar los sueldos y las cotizaciones previsionales impagas, además de los turbios manejos financieros y la testera de la ANFP, los cuales tenían no solo la credibilidad de estos actores por el suelo, sino que también una creciente opinión pública favorable a un cambio de rostros y modelos de organización, lo que en el momento se llamó la verdadera “limpieza” del balompié nacional.

Sebastián Piñera y su ministro de Deportes, Gabriel Ruiz-Tagle, siendo regentes en Blanco y Negro, la concesionaria que administra Colo Colo.

Muchos antecedentes acompañan al surgimiento de esta ley: en 2002, la quiebra del club más popular de Chile, Colo Colo, marcó un  hecho inédito en el fútbol chileno. Todo tras la resolución de la jueza Helga Marchant titular del 22º Juzgado Civil de Santiago, que procedió bajo petición del querellante (la Alianza Chilena de Leasing S.A.) en razón del no pago de siete letras (por un valor de $50 millones de pesos cada una), una deuda que formaba parte de un “hoyo” que superaba con creces los 20 mil millones de pesos y que arrastró al club de fútbol a su quiebra económica.[1]

Portada diario La Nación con la noticia de la quiebra de Colo Colo.

Como señala el periodista Daniel Matamala, este cambio implicó la necesaria revisión y actualización de las estructuras que administraban al fútbol profesional y de quienes las ocupaban. En este escenario, para Matamala: “El fútbol-empresa es la aplicación de las nuevas teorías económicas neoliberales de los Chicago Boys al ámbito del fútbol. Éstos debían suponer la organización de los clubes de fútbol como empresas, con una estructura dirigencial formada por profesionales competentes en todas las áreas”. (Matamala, 2015).

Jose Yuraszeck, presidente de Azul Azul entre 2012 y 2014, es un empresario vinculado a privatizaciones de empresas estatales en dictadura.

En Chile, el proceso de paso de ser una organización deportiva a una con carácter empresarial, ha involucrado un nuevo tipo de gestión también más cercana a las interacciones del mercado y el gerenciamiento, que a las de las decisiones conjuntas de clubes y sus socios. Las nuevas lógicas en los clubes regentados por Sociedades Anónimas, han sido cuando menos polémicas en algunos casos, desde modificaciones en los colores tradicionales de los uniformes, (acción orientada por una decisión de marketing), hasta el ingreso de capitales extranjeros a formar parte de la propiedad de clubes tradicionales, que son parte de un nuevo tipo de gestión, cuya centralidad es el éxito del resultado financiero en la administración.

Barristas de Unión La Calera se manifiestan ante el cambio unilateral de parte de la concesionaria de la insignia institucional.

Es importante constatar dos cosas en este contexto: primero, que la irrupción de las Sociedades Anónimas Deportivas no implicó la desaparición de los Clubes y Corporaciones, sino que estas organizaciones pueden convivir pero con una representatividad menor en los directorios de las concesionarias; y, en segundo lugar, que no existió en nuestro país la opción de asumir y aceptar este cambio de manera progresiva o consensuada.

Todo esto hace pensar que la reconversión neoliberal en la administración del fútbol fue pensada más como una programática sociopolítica que un modelo netamente económico de administración, y proporcionó las necesarias condiciones a nivel de vida cotidiana para que el modelo no resultara en una extrañeza total respecto de su racionalidad.

Así, en nuestro país, la quiebra de los dos más importantes clubes del fútbol nacional, (Universidad de Chile y Colo Colo) mostró (trágicamente) el camino a seguir por los demás clubes chilenos. Además, fueron los grandes conglomerados económicos vinculados a la derecha política[2] los que se hicieron de la propiedad de los concesiones de los clubes. No está demás resaltar que la alta popularidad y masividad de estos clubes les aseguraba la entrada a altos grados de visibilidad y mediatización ante estos grupos, tema sobre el cual volveremos en el análisis de entrevistas.

 En Chile, las Sociedades Anónimas Deportivas surgen producto de diversos contextos, entre los cuales, el que más se destaca, es la deficitaria gestión de las dirigencias del futbol, más las acusaciones de corrupción y tramposos manejos, por tanto la discusión parlamentaria respecto de esta ley fue larga y tuvo que ser analizada mucho antes de proponer un modelo de Sociedad Anónima ad hoc al fútbol. Finalmente saldría a la luz con algunas indicaciones particulares propias del específico fin en que incurre esta ley, que si bien parte de la base de las normativas acerca de Sociedades Anónimas en Chile, también posee algunas diferencias, como el número de integrantes de los directorios, o a que institucionalidad rendir cuentas, etc.

Esta condición implicó que el antiguo modelo de administración, en el que los hinchas y socios de los clubes tenían un rol importante, haya desaparecido y transformado en un espacio decisional reducido y acotado a quienes regenten la propiedad de la concesión.

Las crisis del fútbol chileno en los últimos diez años refieren justamente al cambio que hemos descrito brevemente. El modelo de la Sociedad Anónima Deportiva en Chile es polémico en el entorno del fútbol, pues teniendo otros modelos que logran conciliar de mejor forma los intereses de los actores en juego, se termina operando bajo una ley que promueve una competitividad que es más financiera que deportiva.

En 2009, por ejemplo, bajo la conducción de Harold Mayne Nichols, la Asociación Nacional de Futbol Profesional (ANFP) logró cuadruplicar sus ingresos monetarios subiendo de 35 a 140 millones de dólares, proyectando una imagen de normalidad financiera y abriendo perspectivas de una modernización y desarrollo institucional que iba a alcanzar a todos los estamentos del profesionalismo futbolístico chileno. A más de diez años de ese momento, la realidad actual es más bien contraria: la ANFP va por su quinto presidente en un período de 4 años, los clubes futbolísticos chilenos no son competitivos en el concierto continental, la incorporación de los clubes al régimen de las sociedades anónimas deportivas no ha implicado para todos ganancias monetarias, sino que por años han ido al déficit y algunos hasta quebrado. Salvo contadas y recientes excepciones, las asistencias de público, dado el negocio de la transmisión de los partidos, es bajísima[3], por lo cual ese ingreso ha sido subsidiado por el dinero que la asociación de fútbol le entrega a los clubes. Así, las concesionarias no realizan más esfuerzos de inversión en el espectáculo en sí, lo que se traduce en resultados deportivos internacionales opacos, además del problema que se ha generado con la violencia de los barristas, episodios que son mayormente orientados por temas como el alza de las entradas o las decisiones erráticas de las concesionarias que terminan con los clubes en lugares secundarios de la competencia, etc.

El punto que queremos establecer como consideración final en esta breve revisión es que los dirigentes en su mayoría llegan a los clubes motivadas por el afán de hacer buenos negocios que puedan incrementar su capital a través del futbol; en Chile son mayormente grupos empresariales o millonarios apostando al riesgo, lo que no es un simple decir: basta señalar que los clubes chilenos no poseen un patrimonio que ofrezca una plataforma organizacional sólida (siendo pocos los clubes que, por ejemplo, sean propietarios de sus estadios), por tanto, tampoco han sido los grupos empresariales los que han invertido en infraestructura perdurable para los clubes, pues o ya las tenían o bien el Estado ha proporcionado estas estructuras para potenciar el deporte en ciudades con equipos profesionales de futbol. En este sentido, conviene ver en los Anexos la tabla actualizada de los estadios de primera división de Chile y sus propietarios o administradores.

Esta situación obliga a tomar parte a través de decisiones que son más bien de interés personal (y económico) que deportivo, alejados de tradiciones e historia. Muchos dirigentes se ven obligados, además. a involucrar recursos personales para mantener la estabilidad institucional, terminando en ventas de jugadores a muy bajos precios para recuperar inversiones, dañando el rendimiento de los equipos o en negocios institucionales sin mayor proyección, perjudicando el desarrollo deportivo de sus clubes. Cabe preguntarse, entonces, de dónde viene el interés de los más poderosos en Chile y en el mundo para hacerse del fútbol como una extensión de sus negocios, especialmente en mercados pequeños como el nuestro.

Esas y otras preguntas son las que intentamos responder para comprender el fenómeno que hemos elegido estudiar en las siguientes entregas: los dirigentes del fútbol profesional chileno.

 

NOMINA ESTADIOS DE FUTBOL PRIMERA DIVISIÓN CHILENA 2020

Equipo

Estadio

Ubicación

Propietario

Universidad de Concepción

Ester Roa Figueroa

Concepción.

Ilustre Municipalidad de Concepción

Everton

Sausalito

Viña del Mar

Ilustre Municipalidad de Viña del Mar

Deportes Iquique

Tierra de Campeones Ramón Estay

Iquique

Ilustre Municipalidad de Iquique

La Serena

La Portada

La Serena

Ilustre Municipalidad de La Serena

Coquimbo Unido

Francisco Sánchez Rumoroso

Coquimbo

Ilustre Municipalidad de Coquimbo

Palestino

Municipal de La Cisterna

La Cisterna, Santiago

Ilustre Municipalidad de La Cisterna

Audax Italiano

Bicentenario de La Florida

La Florida, Santiago.

Ilustre Municipalidad de La Florida

Union La Calera

Municipal Nicolás Chahuan Nazar

La Calera

Ilustre Municipalidad de La Calera

Deportes Antofagasta

Estadio Regional Calvo y Bascuñán

Antofagasta

Ilustre Municipalidad de Antofagasta

Curicó Unido

Estadio Bicentenario La Granja

Curicó

Ilustre Municipalidad de Curicó

Universidad Católica

San Carlos de Apoquindo

Las Condes, Santiago.

Fundación Club Deportivo Universidad Católica

Colo Colo

Monumental David Arellano

Macul, Santiago.

Club Social y Deportivo Colo Colo

Huachipato

Huachipato-CAP Acero

Talcahuano

Compañía Siderúrgica Huachipato S. A.

Cobresal

El Cobre

EL Salvador

Codelco

O Higgins

El Teniente

Rancagua

Codelco, División Rancagua

Union Española

Estadio Santa Laura, SEK

Independencia, Santiago.

Inmobiliaria Deportiva Unión Española

Universidad de Chile

Estadio Nacional Julio Martínez

Ñuñoa, Santiago.

Instituto Nacional de Deportes

Santiago Wanderers

Elías Figueroa Branden

Valparaíso

Instituto Nacional de Deportes

 

 

Bibliografía:

Matamala, Daniel (2015): Goles y autogoles: Historia política del futbol chileno, tajamar editores, Santiago de Chile.

[1] Paradójicamente el quebrado club, se titularía campeón de 2002 en una temporada que se definió vía Play Offs, imponiéndose en los duelos finales ante Universidad Católica.

[2] Sostiene Daniel Matamala en su libro “Goles y Autogoles. Historia política del futbol chileno” , que son justamente los dos principales partidos de derecha chilena, la Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN), fueron quienes se hicieron cargo a través de grandes grupos económicos de ambos equipos a propósito de la apertura de las acciones en la Bolsa. Más aún, ambos partidos posicionaron parte de sus propias figuras emblemáticas en las testeras de los clubes (Sebastián Piñera y Gabriel Ruiz Tagle en Colo Colo y Federico Valdés y José Yuraszeck en Universidad de Chile). El mismo Ex alcalde y ex candidato presidencial UDI, a su vez se asociaría con otros empresarios del sector para hacerse cargo del Santiago Wanderers de Valparaíso, en momentos que se preparaba para disputar un escaño senatorial en esa región, idea que terminó por desplomarse.

[3] Esto sin contar el efecto COVID 19 que durante 2020 y 2021 con aforos acotados y a veces derechamente sin público.

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