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La trágica partida de Víctor Bórquez

Por ASIFUCH

Víctor Enrique Bórquez Miranda, nacido en la ciudad de Puerto Natales el 10/07/1956, fue el segundo de cinco hermanos (cuatro hombres y una mujer) del matrimonio compuesto por don Víctor Bórquez y doña Claudina Miranda.

Sus inicios en el fútbol se remontan a los diez años, teniendo como referente a su padre, que jugaba como defensa central en el club Natales y en la selección local y a quien apodaban ‘Pituco’, apodo que el joven Víctor heredó cuando ya se mostraba como un eficaz y veloz puntero izquierdo en los clubes Esmeralda y Natales, lo que igual que a su progenitor, le valió para participar en selecciones amateurs representando a su ciudad natal. 

Junto con practicar el deporte que lo llevó a ser profesional, en tierras australes también se le recuerda como un joven deportista que incursionó con éxito en la práctica del atletismo en pista y maratonista. Además destacaba como basquetbolista por su altura. 

Como futbolista, su delgadez y su zancada larga corriendo por la banda izquierda, su recordado gol en el estadio Sausalito ante Santiago Morning en 1979, la noche en que Santiago Wanderers evitó el descenso automático y su trágico destino, hicieron que su nombre quedara por siempre en el recuerdo del aficionado wanderino y del fútbol nacional.

Víctor Bórquez por la selección de Puerto Natales (último agachado).

Del extremo sur a Everton

Bórquez llegó a Everton de Viña del Mar a mediados de 1976, recomendado por el ex seleccionado nacional, campeón con los ruleteros ese mismo año, Mario Galindo, quien lo había visto jugar en un torneo nacional amateur en Punta Arenas, y lo motivó a probar suerte en el profesionalismo, lo que al poco tiempo sería ratificado por el técnico Pedro Morales, conductor del equipo viñamarino. 

El propio Mario Enrique Galindo, evoca recuerdos del espigado puntero: Que recuerdo de mi amigo, el que un día cumplió el sueño de ser futbolista profesional. Se le trajo a Everton, después de verlo don Pedro Morales en un partido en su ciudad de Puerto Natales, donde él se destacaba por sus tremendas condiciones futbolísticas, pero sobre todo físicas, donde era fabuloso. Recuerdo el primer test de Cooper en Viña (del Mar), donde nos sacó a todos una vuelta y media a la pista y dejó a todos impresionados. Estuvo un tiempo en Everton para luego pasar a Wanderers. Dejando a una ciudad como Puerto Natales con un dolor inmenso hasta el día de hoy y de igual manera a los que tuvimos el gusto de conocerlo como persona” (Wanderers y su historia; lunes 24/11/2014).

1977: Víctor Bórquez y Mario Galindo.

Espigado y veloz alero izquierdo, el ‘Pituco’ o el ‘Zancudo’ como le apodaban sus compañeros, formó parte del plantel viñamarino de 1977, aunque con escasa participación en los torneos oficiales. Por Copa Chile fue titular en el triunfo ante San Luis por 2-0 (13/03/1977), marcando los dos goles. En el Torneo Nacional de ese mismo año, Pedro Morales lo utilizó de preferencia como relevo para sustituir a José Luis Ceballos en los encuentros ante Santiago Morning (4-0, el 12/06/1977) y Deportes Aviación (2-0, el 10/12/1977), ambos partidos jugados en el estadio Sausalito. 

Fue titular en el partido frente a Universidad de Chile jugado en el Estadio Nacional el 27/12/1977 por la liguilla de Copa Libertadores, con triunfo de Everton por 4-2, siendo reemplazado por Jorge Spedaletti.

Ser parte de ese gran plantel de Everton le permitió ganar experiencia, sin embargo, no alcanzó a consolidarse en el equipo estelar oro y cielo y tras un año a préstamo en Ferroviarios (1978), donde alcanzaría mayor notoriedad y regularidad en su juego, a su regreso a la institución viñamarina, se decidió que partiera nuevamente en esa condición, esta vez a Santiago Wanderers, cuadro recién ascendido a Primera División para la temporada 1979.

Con Everton alternó en el cuadro estelar de 1977.

Consolidación en Santiago Wanderers

En el año 1979, en la institución de calle Lira de Valparaíso (antigua sede del club) las cosas no marchaban del todo bien.

Los años de inestabilidad en lo económico y en lo deportivo sorprenden al club luchando a duras penas por mantenerse en el profesionalismo ante los magros resultados, al punto de tener tres técnicos durante la temporada: Guillermo ‘Yemo’ Díaz, Donato Hernández y Luis ‘Zorro’ Álamos. 

Precisamente en esta última etapa, con el ‘Zorro’ Álamos en el banco, Víctor Bórquez sería pieza importante, tomando protagonismo y transformándose en ídolo al marcar el trascendental gol del triunfo (1-0) ante Santiago Morning en la definición del descenso 1979, en un estadio Sausalito de Viña del Mar repleto de público, zafando a los porteños de caer a Segunda División, posibilitando la mantención de la categoría, junto a Audax Italiano, en la Liguilla de Promoción disputada en la ciudad de Arica, en un histórico cuadrangular que tuvo como rivales al cuadro dueño de casa e Independiente de Cauquenes.

“Ese año la actuación raya en el fracaso, llegando al final del campeonato en la penúltima posición junto a Santiago Morning, teniendo que definir ambos quién desciende, y el que ganara ese partido jugaría una liguilla para poder seguir en la división de Honor. Estadio Sausalito, 27.037 espectadores. Santiago Wanderers gana al ‘Chaguito’ por 1 a 0. Gol de Bórquez. La revista Estadio indica: ‘¡Qué gran gol el del puntero Bórquez! De los buenos goles del año, no sólo por su importancia, sino por su concreción. Un carrerón y la calma e inteligencia para asegurarlo levantando el balón suavemente por sobre el arquero (Pedro Lucio) Olivera, que insinuaba una salida. Bórquez jugó su mejor partido y, a no dudarlo, fue la figura de su equipo’. A la semana siguiente, Santiago Wanderers ganaría la liguilla jugada en Arica, quedando en Primera División” (Wanderers y su historia. Alfonso Gómez S; lunes 24/11/2014).

Fue así que Santiago Wanderers decidiera hacerse del pase de Bórquez por tres temporadas más (1980-1981-1982), hasta el día de su trágico fallecimiento.

Santiago Wanderers 1979. Parados: Omar Antonietti, Augusto Vergara, Patricio Arriagada, Óscar Blanco, Orlando Cabezas, Juan Rivero; agachados:
Raúl Varela, Claudio Mena, Alejandro Arancibia, Alfredo Amores-Quinteros y Víctor Bórquez.

En 1980, el equipo de Santiago Wanderers realiza una pobre participación en el torneo Copa Polla Gol, ubicándose en la cuarta posición del grupo 3, con sólo seis unidades, bajo la dirección técnica de Luis Álamos. Víctor Bórquez marcó cuatro goles.

El irregular momento deportivo del Apertura, se proyecta al Campeonato Nacional, donde el cuadro porteño cumple una magra campaña por segundo año consecutivo, que lo sitúa en la parte posterior de la tabla de Primera División. Luis Álamos se mantiene en el cargo hasta la undécima fecha, siendo relevado en la conducción técnica por Jorge Toro, quien no puede sacar adelante la tarea, rematando en el penúltimo lugar, que conforme a las bases del certamen, determinaron el descenso en forma directa a la Segunda División. Ese año a pesar de bajar de categoría, destacan los jóvenes valores de casa, Juan Carlos Letelier, Alejandro Arancibia y Jorge ‘Chicho’ García. Bórquez en tanto, vuelve a hacerse presente en la tabla de goleadores con cuatro anotaciones, manteniéndose en el plantel que buscaría el ascenso a la temporada siguiente.

“Víctor acepta el desafío de jugar en los llamados ‘potreros’ y aportar para que el equipo caturro volviera rápidamente al lugar que se merece. Eso cumplía esa mañana del sábado 02/01/1982 a primera hora, subiendo al bus con sus compañeros, para emprender viaje al sur y ser parte del equipo que jugaría con Malleco Unido, haciendo el máximo esfuerzo para traer los puntos al Puerto” (Wanderers y su historia. Alfonso Gómez S; lunes 24/11/2014).

Víctor Bórquez junto a Jorge ‘Chicho’ García en 1980.

Stgo. Wanderers 1980. Parados: Hugo Silva, José San Martín, Augusto Vergara, Juan Carlos Barra, Carlos Urzúa; agachados: Alejandro Arancibia, Eduardo Cordero, Juan Carlos Letelier, Luis Olivares, Víctor Bórquez y Orlando Cabezas.

1981

El torneo de Segunda División de 1981 lo conformaron 22 equipos que disputarían 42 fechas en dos ruedas, otorgando ascensos directos a los que terminaran en los cuatro primeros lugares de la tabla. Además, los equipos que se ubiquen en la quinta y sexta posición tendrían derecho a jugar la Liguilla de Promoción.   

En el papel estaba todo dado para que Santiago Wanderers pudiera emprender el retorno a la brevedad. Armando Tobar se hace cargo de la conformación del plantel.

Sin embargo, los problemas internos merman las opciones de ser protagonista. Jorge ‘Mosco’ Venegas reemplaza a Tobar en el banco, pero no se arrima en la tabla, al punto que el equipo remata en la 16ª posición, con sólo 37 puntos. 

Ascenderían Deportes Arica, Santiago Morning, Regional Atacama y Rangers de Talca, cuadro que ascendió a través del cupo dejado por Deportes Aviación, que concluido el torneo, anunció su desafiliación. Coquimbo Unido y Deportes Antofagasta jugaron la Liguilla de Promoción, sin lograr ascender.

Ese año quedaría marcado por el triste desenlace a causa del fallecimiento de Víctor Bórquez, cuando Santiago Wanderers se transportaba hasta la ciudad de Angol para medirse ante Malleco Unido el domingo 03/01/1982, por la 36ª fecha del torneo de Segunda División. 

Hasta ese momento, Bórquez sólo había marcado un gol con la divisa verde, en el triunfo (1-0) ante Talagante Ferro (05/07/1981).  

Finalmente, el duelo ante Malleco Unido se disputó el 20/01/1982 y terminó con derrota wanderina por 1-2 ante 866 espectadores que se dieron cita en el estadio Municipal ‘Alberto Larraguibel Morales’ de Angol.

Stgo. Wanderers 1981. Parados: Alex Silva, Jaime Bahamondes, Juan José Verdejo, Luis Vidal, Víctor Bórquez, Juan Rivero; agachados: Víctor Stuardo, Guillermo, Martínez, Aldo Alvarado, Eugenio Figueroa y Jesús Figueroa.

Su deceso 

Iniciado el año 1982, inmediatamente el torneo de Segunda División 1981 sigue su curso, con un Santiago Wanderers aproblemado económicamente, situación reflejada en el andar del equipo dentro de la cancha y al que le esperaba un difícil compromiso en la zona sur.

“Santiago Wanderers pasaba por momentos difíciles jugando en Segunda División, habiendo caído a esta por segunda vez en su historia. Veintidós equipos se esforzaban en un extenuante campeonato que, por su extensión, traspasaba el año calendario de 1981. Por esto los jugadores del equipo caturro pasaron las fiestas alegres, pero cuidándose de no trasnochar, ya que al día siguiente tendrían que abordar un bus para viajar a una ciudad del sur, y jugar un partido más del campeonato. Ese viernes (01/01/1982) pasó raudo y los jugadores, a medida que pasaba cada hora, se mentalizaban en todo lo que vendría al día siguiente” (Wanderers y su historia. Alfonso Gómez S; lunes 24/11/2014).

El sábado 02/01/1982, la delegación wanderina emprendía rumbo a la zona de Angol, en el sur del país, para cumplir su compromiso ante el cuadro de Malleco Unido. 

El viaje en bus se hacía largo y obligadamente debía detenerse para que los jugadores realizaran una sesión de ejercicios, estiraran las piernas y pudieran llegar sin problemas a su destino. Así lo había determinado el director técnico Jorge ‘Mosco’ Venegas.

“Largo viaje, prepararse para un partido difícil, y en lo posible volver con un triunfo. Lo que a todos los viajeros ni siquiera remotamente se les pasaba por la mente, era que uno de ellos no volvería de ese viaje, y partiría a una travesía sin retorno” (Wanderers y su historia. Alfonso Gómez S; lunes 24/11/2014).

La detención de a eso de las seis de la tarde se efectúa a un costado del camino, pasado el puente Perquilauquén, en el actual límite entre las regiones del Maule y de Ñuble, a orillas de un riachuelo, lo que hace que algunos componentes de la delegación quisieran refrescarse con agua pura cordillerana. 

Un grupo de jugadores, entre los que se contaban Jaime ‘Lobo’ Bahamondes, Alejandro ‘Cacharro’ Garrido, José San Martín y Juan José Verdejo, acompañaban a Víctor Bórquez, quien de un momento a otro se aparta de sus compañeros, sin que éstos se percaten o noten algo extraño. 

Al darse cuenta de su prolongada ausencia al momento de regresar al bus, se dan a su búsqueda, hasta que les llega el aviso de un lugareño y de unos niños que dicen haberlo visto por las inmediaciones del río.

“Pasadas las seis de la tarde, el bus se detiene cerca de un remanso del río Perquilauquén, a un costado de la Carretera Panamericana, a 50 kilómetros de Chillán. El objetivo era estirar las piernas y refrescarse un poco, para seguir el viaje a la ciudad de Angol con renovados bríos. Al volver a subirse al bus, los jugadores notan la ausencia de Bórquez. Se bajan, buscando y gritando su nombre a viva voz. Un lugareño indica que, río arriba, vio a uno del grupo refrescándose en el agua. Corrieron hacia dicho lugar, y con sorpresa y estupor se encuentran con el cuerpo sin vida del puntero izquierdo, en un recodo del río, donde la profundidad no alcanzaba a un metro” (Wanderers y su historia. Alfonso Gómez S; lunes 24/11/2014).

 Víctor Bórquez junto a sus compañeros y con la camiseta de Santiago Wanderers.

Su ex compañero Jaime Bahamondes resalta las cualidades del malogrado puntero izquierdo, a quien lo señala como un hombre tranquilo, dedicado a su esposa y a su pequeña hija. “Era un persona muy humilde, muy humana y con unas condiciones físicas extraordinarias, que destacaban en la delantera”.

Tanto en Everton (1977) como en Santiago Wanderers (1981), Víctor Bórquez compartió camarín con el defensa Erasmo Zúñiga, quien también integraba el plantel viajero el día del fatal accidente. El zaguero mantiene fresco el recuerdo de ese doloroso momento: “Hicimos algunos ejercicios físicos y juegos con pelota, cuando alguien se percató de la ausencia de Víctor. Desde ese momento, los minutos pasaron muy rápido. Volvimos a cruzar el puente, esta vez de regreso. Había unos niños bañándose, porque la verdad es que en ese lugar el río no era profundo. Ellos nos dieron las primeras pistas cuando dijeron que habían visto a un hombre cerca del agua” (Diario El Mercurio de Valparaíso, 25/05/2011).

Víctor Bórquez había resbalado por las piedras, sumergiéndose en las aguas del río, sin saber nadar. Sus compañeros que se encontraban cerca acudieron a auxiliarlo, logrando rescatarlo de las aguas el defensa José San Martín. Luego fue trasladado a un centro asistencial cercano, hasta donde llegó ya sin vida, tal como narra Erasmo Zúñiga.

“Recuerdo el dolor que todos teníamos y la rabia que sentimos por cómo nos trataron en el lugar a donde lo llevamos. El doctor volvió hacia nosotros, nos dijo que Víctor había muerto, mientras otros funcionarios lo traían en una carretilla y tiraban su cuerpo arriba de una gran mesa de cemento. Fue de los peores momentos que me tocó vivir en toda mi carrera como profesional” (Diario El Mercurio Valparaíso, 25/05/ 2011).

El delantero de 25 años había fallecido por inmersión, y la delegación wanderina emprendía un triste regreso a Valparaíso sin uno de sus integrantes.

Trágico destino la del joven delantero, ya que su madre, Claudina Miranda, años antes había fallecido trágicamente en un accidente de tránsito en Valparaíso. Desgracia y pena que el jugador nunca pudo superar.

Multitudinaria despedida

A los pocos días, ya en el puerto, fuimos testigos, sumándonos a la gran multitud de hinchas del fútbol, de Santiago Wanderers y futbolistas, que despedían los restos de Víctor Bórquez Miranda, en un oficio religioso realizado en la Iglesia San Vicente de Paul, de Playa Ancha, cerro donde residía junto a su familia, compuesta por su esposa (Ana Saldivia), y una pequeña hija (Jessica) de sólo cinco años.

Santiago Wanderers 1981. Parados: Jaime Zapata, Jaime Bahamondes, Luis Vidal, Erasmo Zúñiga, Rubén Aguilar, Juan José Verdejo; agachados: Víctor Stuardo, Juan Domingo Rojas, Sergio Nichiporuk, Eugenio Figueroa y Víctor Bórquez.

Su partida no estuvo exenta de polémica, ya que la dirigencia del club, que encabezaba en ese entonces el empresario Renzo Arata Canessa, pretendía no hacerse cargo de la ayuda económica comprometida hacia la familia para posibilitar el traslado de los restos de Bórquez hasta su tierra natal, Puerto Natales, por lo que fueron los propios integrantes del plantel quienes exigieron al presidente el apoyo monetario, además del pago correspondiente al resto del contrato del malogrado jugador.

“A los pocos días del accidente llegó vía aérea a nuestra región la urna con el malogrado futbolista, acompañada de su esposa Ana Saldivia Matulic y su pequeña hija Jessica, de sólo cinco años, quienes aún se mantenían incrédulas con lo que había sucedido, lamentándose en la oportunidad que no llegara ningún dirigente de Wanderers acompañando los restos de un joven que había defendido con pasión la camiseta caturra” (www.laprensaaustral.cl, 29/11/2020).

A decir de las crónicas de la época de la prensa natalina, el recibimiento de las exequias del malogrado jugador fue apoteósica, digna de un campeón.

“Aproximadamente cuatrocientos vehículos se estacionaron en el cruce de Casas Viejas, a 15 kilómetros de Natales, para esperar el cortejo procedente del aeropuerto ‘Presidente Ibáñez’. El carro mortuorio hizo su aparición a la medianoche. La caravana interminable de vehículos, con sus luces intermitentes en mudo recibimiento al campeón, se dirigió a la ciudad donde otras dos mil personas esperaban ansiosas en la acera de la calle Eberhard, donde el cortejo arribó a la sede del club Natales faltando pocos minutos para la una de la madrugada. El transitar de gente fue incontenible y permanente. Todo un pueblo acongojado por la partida de uno de sus hijos predilectos llegó a tributarle a ‘Pituco’ Bórquez su última despedida. A las 17:30 horas, el lento cortejo se dirigió hacia el cementerio central. Las calles presentaban un cuadro de dramatismo y dolor, donde se confundían sentimientos en los niños, mujeres, hombres y ancianos. Víctor ‘Pituco’ Bórquez, que muchas veces fue recibido en caravana cuando su equipo conseguía un triunfo fuera de Natales, esta vez fue recibido y despedido como un legítimo campeón e ídolo de un pueblo” (www.laprensaaustral.cl 29/11/2020).

Asimismo, la Municipalidad de Puerto Natales, en su homenaje, bautizó el estadio de la comuna con su nombre y en 2011 se pintó un mural con su figura a la entrada del recinto deportivo. Además, póstumamente fue homenajeado, al ser declarado como hijo ilustre de la sureña ciudad.

En tanto, en Valparaíso, en su recuerdo, la Barra Oficial de Santiago Wanderers llevó por varios años el nombre de Barra Oficial ‘Víctor Bórquez Miranda’.

Hasta hoy, transportistas, delegaciones deportivas y especialmente hinchas de Santiago  Wanderers detienen sus vehículos para elevar sus oraciones y dejar flores junto a la animita que existe aledaña al puente Perquilauquén en recuerdo de Víctor Bórquez Miranda.

Víctor Bórquez falleció trágicamente el 02/01/1982.

Autores:  Carlos Campos y Alfonso Gómez

Fuentes:

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