Había sido una de las figuras y capitán del equipo de Santiago Wanderers en la obtención del título de 1935, hasta que sucede lo impensado.
El sábado 28 de diciembre de ese mismo año, siendo las 15.30 horas y al concluir una de las prácticas en el Estadio Valparaíso, un joven defensor de 27 años se desplomaba al pasto ante la atónita mirada de sus compañeros, tras sufrir un síncope cardíaco que le quitaba la vida.
Se trataba del fornido half derecho, Humberto Valentín Nelson Meneses, que destacaba en la zaga de Santiago Wanderers en tiempos en que el popular club actuaba en la Liga de Valparaíso, vísperas a su ingreso al profesionalismo.
Para los primeros días del mes de enero de 1936 (en principio estaba programado para el domingo 5, pero en definitiva se jugó el miércoles 1° de enero), los dirigentes de Santiago Wanderers, habían pactado un partido amistoso ante Vélez Sarsfield de Argentina en el Estadio Valparaíso, un rival de muchos pergaminos, que en sus filas -por ese entonces- contaba con el delantero quillotano Iván ‘Chincolito’ Mayo Román, primer futbolista chileno en triunfar en el fútbol argentino.
Ante esos antecedentes, el técnico del equipo porteño, el uruguayo Pedro Mazzullo, quien había llegado recomendado por su compatriota Juan Carlos Bertone, ordenó con antelación un trabajo arduo en cancha para hacer frente a los trasandinos.
Tras finalizar el intenso entrenamiento, ‘King Kong’ Nelson, como se le conocía al defensa wanderino, agotado por la exigencia física, caía inerte al césped playanchino víctima de un ataque al corazón, sin que sus compañeros, José Araya y Santiago Rivera que le acompañaban, pudieran reanimarlo, falleciendo en el lugar, convirtiéndose en el primer jugador mártir de la institución.
Ataque fulminante
La sección deportes del diario La Nación de la época hacía mención a la repentina partida del capitán, señalando:
“Humberto Nelson cayó repentinamente. Era un hombre vigoroso que en la cancha siempre hizo derroche de energías y tenía que caer tan violentamente como el roble que es fulminado por el rayo. Un ataque repentino que le sobrevino después de haberse entrenado cortos minutos lo llevó a la tumba. Nadie pudo conformarse con la terrible noticia, cuando ella fue conocida en Valparaíso. El que fuera uno de los ídolos de la afición porteña había caído derrotado, y está vez no tenía derecho a la revancha.
Difícil es resignarse ante hechos como éstos. Nelson era un hombre que reunía todas las cualidades que debe ostentar el verdadero deportista. Era un individuo sano de cuerpo y alma. Había formado un hogar en que todo lía cariño, y en el cual los adornos eran su esposa, y su pequeño hijo. Lo vieron salir el sábado último, como todos los días; con su sonrisa acostumbrada, mostrando su sana dentadura, tan sana como su alma, pero no lo vieron volver en la misma forma…
En ese mismo Estadio en que los aplausos del público muchas veces lo habían aturdido, Nelson entregó su vida. Sólo se encontraban en esos momentos, a su lado dos de sus compañeros de equipo, (Santiago) Rivera y (José) Araya, los cuales pese a sus esfuerzos no consiguieron librar de las garras de la muerte al que ésta había elegido por víctima. Con esa rapidez con que se movía en el campo detrás del balón, con esa vertiginosidad con que corría siguiendo al adversario que avanzaba hacia su valla, así partió Humberto Nelson.
Ayer, por última vez, recorrió el mismo camino que cruzó muchas veces para ir a defender al Santiago Wanderers. Esta vez no llevaba bajo el brazo su maletín con los botines de fútbol. En cambio, le seguían millares de amigos y admiradores que fueron a rendirle el último homenaje”.
Manuel Díaz Omnes en su libro Wanderers Biografía Anecdótica de un Club, reseña las promesas incumplidas a la familia del malogrado jugador de parte de la institución:
“Al fallecer cuando se entrenaba para enfrentar el día 5 de enero de 1936 al equipo de Vélez Sarsfield de Buenos Aires -cuadro que colocó una ofrenda floral en su tumba el día 31 de diciembre- dejó una viuda y un hijo, pero a pesar de las promesas de ayuda y educación del pequeño que hicieron los dirigentes, doña Isabel viuda de Nelson, quedó olvidada en su domicilio de calle Saavedra N° 66, en las faldas mismas del Cerro Mariposa”.
Multitudinario funeral
La urna del malogrado futbolista fue rodeada por sus compañeros de equipo, por dirigentes de Santiago Wanderers y de la Asociación Valparaíso.
En su trayecto hacia el Cementerio Municipal N° 3 de Playa Ancha, el funeral recorrió las céntricas calles de Valparaíso, recibiendo el reconocimiento de la ciudadanía, que a su paso arrojaban flores desde los balcones.
Más de tres mil personas acompañaron al multitudinario sepelio de Nelson, quien gozaba de una gran popularidad. Representantes de todas las ramas deportivas de la ciudad se hicieron presentes.
Ya en el campo santo playanchino, antes de darle definitiva sepultura, los discursos póstumos se multiplicaron. A nombre del club Santiago Wanderers, tomó la palabra el secretario Pascual Rascho; posteriormente lo hicieron, Ramón Laza a nombre del diario “La Unión”; Segundo López, en representación del Club Florida, entre otros dirigentes, quienes resaltaron las cualidades humanas y deportivas del extinto futbolista.
Sus inicios
Nacido en 1908 en la ciudad de Antofagasta, Humberto Nelson, cuyos inicios en el fútbol los había dado en el Club Deportivo Aníbal Pinto de Pampa Unión ya con residencia en Valparaíso, en 1930 se incorporaba a las huestes de Santiago Wanderers.
Apodado ‘King Kong’ por su contextura física, era el capitán del equipo y símbolo de la estirpe wanderina de entrega y esfuerzo, lo que le valió ser uno de los referentes en la obtención de los títulos de 1933, 1934 y 1935 de la Asociación de Valparaíso, siendo habitual en las formaciones del equipo de Santiago Wanderers con que se presentaba en las canchas locales.
En 1933 la formación tipo de Santiago Wanderers que conquistó el título, fue con: Farjes; Pastene y Rojo; Humberto Nelson, Villarroel y Benito Brizuela; Miranda, Páez, Jorge Rivera, Santiago Rivera y José Araya.
Los años siguientes (1934 y 1935) mantuvo su supremacía, repitiendo los campeonatos en forma consecutiva con:
Mesa en el arco; Benito Brizuela, Santiago Rivera; Humberto Nelson, Páez y Alfonso Vicent; Humberto Jeria, Jorge Rivera, Raúl Toro Julio, Núñez y José Araya.
Partido ante Vélez Sarsfield
Como anécdota, se consigna que el encuentro amistoso entre Santiago Wanderers y Vélez Sarsfield se debió jugar anticipadamente a las 18.10 horas del miércoles 1/1/1936, con victoria para la escuadra argentina por 4 goles a 3, ante cerca de 5 mil espectadores en el reducto playanchino, ocasión en que se realizó un sentido homenaje póstumo en la memoria de Humberto Nelson, fallecido días antes en la preparación de dicho compromiso.
En la oportunidad, el técnico de Santiago Wanderers, Pedro Mazullo, solicitó como refuerzos a los jugadores de Colo Colo, Juan Montero y Enrique Sorrel, a quienes dirigiría al año siguiente en el cuadro capitalino.
Con el arbitraje del porteño Rosendo Ramos, los equipos formaron de la siguiente manera:
SANTIAGO WANDERERS: Mesa (Caballero); Rafael Aguirre y Welch; Jeria, Carvallo (Juan Carroza) y Juan Montero; Enrique ‘Turco’ Lamas, Santiago Rivera, Raúl Toro Julio, Enrique Sorrel y José Araya. DT: Pedro Mazullo.
VELEZ SARSFIELD: Jaime José Rotman; Eleuterio Alfredo Forrester y Manuel Alberto De Sáa; Saverio Abraham, Díaz y Juan Leopoldo Sanz; Pedro Valentini, Iván ‘Chincolito’ Mayo (Emilio Moisés Reuben), Agustín Regino Cosso, Óscar De Dovitis y Ángel Fernández. DT: José Luis Boffi.
Los goles fueron marcados por Enrique Lamas (25’) y José Araya (65’ y 76’ de penal) para Santiago Wanderers. Ángel Fernández (1’), Agustín Cosso (40’), Emilio Reuben (49’) y Pedro Valentini (77’) para el cuadro trasandino.
Con anterioridad, Vélez Sarsfield había igualado 2-2 con Colo Colo en partido jugado en Campos de Sports el 29/12/1935.
Club Humberto Nelson
A tres años de su muerte, el nombre de Humberto Nelson, sería inmortalizado a través de la refundación de un prestigioso club, perteneciente a la Asociación de Fútbol Barón de Valparaíso.
El 30/01/1938, se daba vida al club Deportivo ‘Humberto Nelson’ del cerro Barón, en honor y recuerdo al ex jugador de Santiago Wanderers, siendo su primer presidente el socio Luis A. Figueroa Zamora.
Sin embargo, antes de adoptar el nombre del extinto capitán wanderino, la institución se denominaba ‘General Mitre’.
Su sede social, ubicada en calle Mitre del popular cerro porteño, era una vivienda particular, cuyo dueño, un socio del antiguo club, por amor al fútbol y al barrio, la traspasó para que fuera ocupada por los socios.
De las filas del ‘Humberto Nelson’ nació al fútbol, el destacado delantero Claudio Núñez Caamaño, quien pasaría a las divisiones inferiores de Santiago Wanderers, sobresaliendo en el primer equipo en la década de los años 90, en la selección nacional que clasificó al Mundial de Francia 1998, para posteriormente triunfar en canchas mexicanas, radicándose en el país norteamericano.
Desde las divisiones del club ‘Humberto Nelson’ también surgió Alex ‘Patato’ Martínez Tapia, destacado futbolista que se diera a conocer en San Luis de Quillota, con pasos por Universidad Católica, Lozapenco, Universidad de Chile y Everton de Viña del Mar. Además, seleccionado nacional en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 y en la Copa América Argentina 1987.
Humberto Nelson Meneses, es considerado el primer mártir en la historia de Santiago Wanderers.
Con el paso de los años, similar categoría adquiriría el joven puntero izquierdo oriundo de Puerto Natales, Víctor Bórquez Miranda, fallecido trágicamente ahogado en el río Perquelauquén (2/01/1982), cuando integraba la delegación que se dirigía hacia la ciudad de Angol, para cumplir un partido oficial ante el cuadro de Malleco Unido. Historia que también vale la pena conocer.
Fuentes bibliográficas y fotográficas
- Diario La Nación
- Wanderers Biografía Anecdótica de un Club, Manuel Díaz Omnes
- Revistas Los Sports y Don Severo
- Semanario Deportivo As