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Belisario Galaz, el primer mártir de Ñublense

Por Danilo Mora

En 1921 el Liceo Football Club de Chillán, que una década después sería conocido con el nombre de Ñublense, se consagraba por primera vez campeón de la liga de la Asociación de Football de Chillán en la primera serie. Un año después su capitán, Belisario Galaz, fallecía a una temprana edad, transformándose en el primer mártir del club. A continuación, los detalles de la partida del capitán y cómo esto impactó en la institución. 

Alineación de Liceo FC 1921.

De pie: Carlos Vásquez, Carlos Parada, Arsenio Orduña, Humberto Lara, Emilio Desgroux, Manuel Lara, Héctor Mutis. Al centro: Gabriel Fagnilli, Adán Cabrera, Armando De La Fuente. Sentados: Víctor Urrejola, Carlos Godoy, Belisario Galaz. Archivo personal.

Belisario Galaz nació en su hogar ubicado en la zona rural de Coihueco a las 20:00 horas del 20 de junio de 1903. Semanas después fue inscrito bajo el nombre de José Belisario Galaz Carrasco por sus padres, Juan de Dios y Juana de Dios, ambos agricultores de la bucólica comuna [1]. En su adolescencia, ingresó a estudiar al Liceo de Hombres de Chillán y, como todo joven interesado en el fútbol de aquella casa de estudios, pasó a defender los colores del Liceo Football Club en el puesto de back o defensa. Junto con Víctor Urrejola formó una dupla defensiva durante cuatro años consecutivos (1918-1922), logrando durante estas temporadas el campeonato de la tercera serie en 1918, de la segunda serie en 1919, el de la serie livianos en 1920, para conseguir finalmente el título de campeón de la serie más alta del fútbol chillanense, “Campeón de Ñuble” en 1921. 

Registro de nacimiento de Belisario Galaz. Registro Civil Coihueco.

Aquel consagratorio año, Galaz, que cursaba 5° año de humanidades, fue además el capitán del equipo campeón de Ñuble, haciendo gala de su jerarquía dentro del plantel.

En los archivos del Liceo de Hombres arrumbados en una pequeña bodega, se puede observar que además Belisario era buen estudiante, extrañamente daba exámenes de repetición al finalizar el año; en 1918 para la asignatura de francés, cuando cursaba 2° año de humanidades -equivalente al actual octavo básico-; en filosofía a inicios de 1922, para aprobar el 5° humanidades, penúltimo curso de la educación secundaria y, al mismo tiempo, inglés y francés nuevamente. Todas estas instancias, más allá de sus dificultades con la lengua extranjera, las aprobó.

El capitán falleció prematuramente un miércoles 4 de octubre de 1922 a las 16:30 horas, en su casa ubicada en la Población Obrera en avenida Collín frente a la calle Independencia, producto de una mastoiditis [2] que se complicó más de la cuenta. La infección al hueso mastoideo del oído, que lo tenía a maltraer desde hace varias semanas, lo sacó de las canchas. Pocos meses antes había cumplido 19 años de edad. Según detalló el diario El Día del 5 de octubre de aquel año, Galaz sufría una afección al oído izquierdo desde hace varios años, la que se agravó costando la vida del joven.

Titular sobre fallecimiento de Belisario Galaz. La Discusión, 5 de octubre de 1922, p. 6.

El último partido donde aparece como suplente acontece un mes antes de su muerte, el 3 de septiembre, en un interciudades jugado contra el Liceo de Temuco. Ya en el viaje a Linares, para jugar con la escuadra del Liceo de aquella ciudad el 17 del mismo mes, Galaz no aparece en la citación, siendo reemplazado por De La Fuente según consta en el diario El Día del 15 de septiembre. 

El 27 de septiembre el diario El Día de la ciudad de Chillán indicaba la delicada situación de salud del capitán oriundo de Coihueco: “Enfermo de suma gravedad se encuentra el conocido futbolista don Belisario Galaz. Hasta la hora en que nos fue posible inquirir noticias, en el Pensionado del Hospital, seguía en un estado de suma postración que hacía temer un desenlace fatal de un momento a otro” [3].

Pese a estar muy mal, su padecimiento le ofreció una breve ventana que hizo creer a sus cercanos que todo ya había pasado, pero recayó fatalmente. Así lo deja ver su compañero Víctor Urrejola en las palabras que pronunció en su funeral, reproducidas por La Discusión el 6 de octubre: “Su anhelo era defender conmigo los colores chillanejos en justas que veía cerca y cuando ya iba a cumplir con sus deseos, la muerte como una víbora lo arranca de nuestro seno, dejándonos el alma herida” [4]. Su anhelo era, sin duda, jugar contra el poderoso Unión en un partido que ya se acercaba en el calendario, pero una enfermedad, hoy en día fácilmente curable con antibióticos, y el evidente retraso e insalubridad del Chillán de inicios del siglo XX, truncaron su carrera deportiva y su vida.

Su fallecimiento conmocionó a la comunidad liceana, a todo el ambiente futbolístico de la ciudad y en particular al plantel del Liceo Football Club. 

El día posterior a su muerte, La Discusión lo describe como un “entusiasta y distinguido deportista, su actuación en los fields de esta y otras ciudades fue siempre lúcida y preponderante (…) aventajado alumno del último curso de nuestro principal establecimiento de instrucción secundaria, era querido y con justicia apreciado de todo corazón por sus condiscípulos, que en toda ocasión encontraron en él al camarada caballeroso y leal, nunca reacio a sacrificarse con desinterés y buena voluntad en favor de una obra buena (…) sus profesores lo distinguían con su afecto y varios de ellos, con su amistad” [5].

En la sección de necrología del diario El Día se hacía eco de la partida de Belisario: “Una larga enfermedad que se pronunció amenazadora en el último tiempo ha cerrado para siempre jamás los ojos del conocido y hábil deportista, señor Belisario Galaz, que actuó con brillo en las huestes del club de foot-ball del Liceo de Hombres (…) Esta es una película que todos los jóvenes que entran a la vida deben conocer” [6], detallaba la redacción.

El pésame de diferentes instituciones aparece copando la página de deportes de los distintos matutinos de la ciudad, sumándose a las condolencias del mismo diario las del Palestina FBC, Olímpico FBC, la Liga de Fútbol de Chillán, el Unión FBC, el 1° de Mayo FBC, entre otras instituciones. 

Obituario. Diario El Día de Chillán, jueves 5 de octubre de 1922, p. 7.

El Liceo Football Club se reunió extraordinariamente la tarde del fallecimiento de Belisario Galaz y en la sesión acordó: “1° Asistir en masa a los funerales; 2° Enviar una nota de condolencias a la familia; 3° Comisionar al vicepresidente don Guillermo Letelier para que haga uso de la palabra en el cementerio; 4° Iniciar una suscripción a beneficio de la Liga de Estudiantes Pobres para honrar la memoria del socio fallecido; y 5° Reunirse nuevamente pasado mañana” [7].

Respecto de la calidad futbolística del occiso, las notas póstumas de la prensa permiten en parte aproximarnos a develarlo. Por ejemplo, La Discusión agregaba que “la muerte del señor Galaz ha venido a restar un elemento de eficiencia reconocida al cuadro representativo del Liceo FBC en el cual se formó y en el que logró alcanzar una actuación descollante” [8].

Es difícil evaluar objetivamente el talaje del joven liceano a partir del momento de su muerte, pues como reza el popular dicho, no hay muerto malo; más todavía cuando los partidos de fútbol de aquellos años no eran cubiertos con un detalle que escapara -con suerte- a señalar el marcador final. No obstante, en la edición de La Discusión del día posterior a su fallecimiento, la Asociación de Fútbol de Chillán, muestra una pincelada de su tonel como jugador, señalando que su fallecimiento ha “tronchado su existencia en plena juventud cuando aún mucho esperaba el fútbol nacional, en jeneral (sic), de su entusiasmo y experiencia en las nobles lides de este sano deporte” [9]. La falta de detalles sobre su juego se suple con los palmares logrados, campeonando en todas las temporadas que jugó vistiendo la camiseta color lacre del Liceo FC.

La redacción de deportes del diario El Día indicó en su edición del 5 de octubre una breve nota repasando la truncada biografía del joven estudiante: “Hizo sus estudios secundarios en el Liceo de esta ciudad y había cursado el sesto (sic) año y rendido satisfactoriamente casi la totalidad de sus ramos. La liga de fútbol local lo había designado para que desempeñara el puesto de zaguero en el cuadro seleccionado que jugará con los de otras ciudades” [10].

Para su sepultación, la Asociación de Fútbol de Chillán hacía un enérgico llamado a todas las instituciones deportivas que animaban la competencia futbolística de la ciudad, señalando en La Discusión del 5 de octubre de 1922 que “lo imprevisto del fallecimiento del señor Galaz, que, como lo hemos dicho ya había esperimentado (sic) una reacción que fue juzgada de favorable, ha impedido en parte que todos los clubes de Chillán adoptaran acuerdos respecto de la participación que le debe caher (sic) durante sus funerales. Por tal motivo se nos ha pedido que advirtamos a todos los deportistas que un deber de bien entendida solidaridad los obliga moralmente a concurrir, en el mayor número posible, a la sepultación de los restos de camarada que ha caído…” [11].

El llamado hizo eco en los deportistas que acompañaron en masa el féretro de Galaz hasta su última morada. La doliente columna salió la tarde del jueves 5 de octubre desde su casa de la Población Obrera, para luego tomar O’Higgins (actual Isabel Riquelme), bajar por Constitución hasta Villa Alegre, en el actual sector Ultraestación, y enfilar al camposanto municipal. 

La carroza era conducida por todos los socios del Liceo Football Club, acompañada por los alumnos del Liceo de Hombres y numerosos deportistas. En el cementerio hicieron uso de la palabra variadas personas, destacando Armando Lira, del Centro de Estudiantes del Liceo; Gabriel Salman del Palestina FC, el señor Sanhueza a nombre de la Liga y del O’Higgins FC; Benicio Arzola, a nombre de los compañeros de curso de Belisario; Rubén O’Quinghton, capitán del Unión FC, Gabriel Fagnilli, en representación del Liceo Atlético, entre otros, finalizando los discursos su compañero en la cancha, Víctor Urrejola:

“Aunque es triste y doloroso despedirse de un amigo, despedirse para siempre del compañero más sublime y más querido con que contaba nuestro club, es algo que puede enternecer el alma más perversa de un incrédulo. A mí me es más doloroso todavía despedirme de este hombre que se ha ido. ¿Quién no sabe que Belisario Galaz ha sido mi compañero de juego durante cuatro años consecutivos? ¿Acaso no se encontraba contento el uno al lado del otro? Esto es lo que hiere lo más recóndito de mi alma porque me hace recordar esos momentos tan tranquilos cuanto más felices que antes pasábamos siempre en un ambiente de alegría (…) Compañero: heme aquí rendido junto a tu tumba que no olvidaré jamás, para darte mi despedida, para darte a conocer en esta última ocasión el cariño inestinguible (sic) que profesaba mi alma de muchacho y que si es cierto que existe otra vida en ella te he de encontrar siempre, siempre buen amigo. ¡Adiós deportista ideal! ¡Que el descanso sea grato en el silencio de tu tumba!” [12].

El Liceo Football Club y sus integrantes quedaron muy afectados con la pronta partida de Belisario. Ante esto, se adoptan una serie de homenajes póstumos y señales de luto. En primer lugar, se decide nombrar a la primera serie del club con el nombre del jugador caído, pasando a llamarse “Liceo FC Belisario Galaz”. Esto lo reconocía Manuel Lara en una entrevista a la revista deportiva Los Sports [13], cuando esta serie aún seguía llevando su nombre. 

No obstante, lo más significativo fue que el Liceo Football Club jugó el resto de los partidos de la temporada 1922 con diez jugadores, dejando vacante la posición ocupada por el capitán en la zaga, lo cual es corroborado por La Discusión del 16 de octubre, donde en la alineación figura una cruz en la posición habitual de Galaz, dejando a Urrejola en solitario, no ingresando Armando de la Fuente, que solía reemplazar a Galaz en los partidos que no actuaba. Con posterioridad al lance que el cuadro liceano disputó contra el Unión FC, señaló que “La defensa del Liceo fue deficientísima, restándole mucho juego el jugador menos con que actuaba. Urrejola hizo un juego regular, muy desparramado, sin combinación a los forwards” [14]. La ventaja dada en cancha se reflejó en el marcador favorable para el cuadro rojinegro del Unión por 3-0, enseñando la belleza del fútbol amateur, que es capaz de dar una ventaja deportiva para homenajear a un compañero que ha partido.

Alineaciones del partido disputado entre Unión y Liceo. La Discusión, 15 de octubre de 1922, p. 8.

La ubicación de los huesos del primer mártir de los diablos rojos es desconocida, ya que fue sepultado en un sector provisorio, al ser su última morada perteneciente a un sector que los archivos del cementerio municipal de Chillán denominan “beneficencia”. Por esto, lo más probable es que con el paso de los años sus restos hayan sido exhumados y trasladados a una fosa común para dar cabida a nuevas tumbas. 

[1] Registro de nacimiento Belisario Galaz Carrasco. Registro Civil oficina Coihueco.

[2] Registro de defunción Belisario Galaz. Registro Civil oficina Chillán.

[3]Diario El Día, 27 de septiembre de 1922, p. 4.

[4]Diario La Discusión, 6 de octubre de 1922, p. 6

[5]Diario La Discusión, 6 de octubre de 1922, p. 6.

[6]Diario El Día, 5 de octubre de 1922, pp. 5-6.

[7]Diario La Discusión, 5 de octubre de 1922, p. 6.

[8] Idem.

[9] Idem.

[10] Diario El Día, 5 de octubre de 1922, p. 4.

[11] Diario La Discusión, 5 de octubre de 1922, p. 6.

[12]Diario La Discusión, 6 de octubre de 1922, p. 6.

[13]Los Sports N° 87, 7 de noviembre de 1924, p. 17.

[14]Diario La Discusión, 16 de octubre de 1922, p. 6.

Referencias

  • Diario La Discusión, Chillán.
  • Diario El Día, Chillán.
  • Revista Los Sports, Santiago. 
  • Registros de nacimientos, Registro Civil oficina Coihueco.
  • Registros de defunciones, Registro Civil oficina Chillán. 

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