Llegó a Palestino siendo un chiquillo, ahí se hizo amigo, casi hermano de otro pequeño gigante, de apellido italiano y aceleración endemoniada. Se hizo socio de Guido Coppa dentro de la cancha y fuera de ella. Cuenta con orgullo sus logros en cadetes, impensados para Palestino, y menciona sus primeros llamados a la selección. No sigue, me dice que no le gusta vivir de recuerdos. Es una etapa que casi olvidó y ya ni siquiera juega fútbol. Su talento lo volcó al golf, donde es uno de los líderes en el club que participa actualmente en Cary, una localidad cercana a Chicago, y lo ha llevado a jugar hasta con el legendario Michael Jordan.
Con su cuñado y amigo Guido Copa, Fuente: Recuerdo del Fútbol Chileno, Fotos y Videos
Su “Last Dance” lo hizo en Chicago en el fútbol sala, donde finalizó su carrera jugando para los Chicago Sting en 1988. Su debut profesional había sido en el equipo de colonia en 1973, luego pasó al América de México (1975-1977) y volvió a Palestino en 1977. Su último club en Chile fue la Universidad Católica, desde donde partió al Tampa Bay Rowdies en 1983. Fue campeón de la Copa Chile en 1975 y del torneo oficial en 1978 con el equipo árabe. Dio también una vuelta olímpica al ganar el torneo mexicano con el América (1975-1976) y en Estados Unidos con el Chicago Sting en la Liga de Futbol Norte-Americana en 1984. Fue galardonado por el Círculo de Periodistas Deportivos de Chile en 1980 como el Mejor Deportista del Fútbol Profesional.
Rojas celebrando un gol con Oscar Fabbiani en 1978, Fuente: Revista Estadio
En la Selección Chilena jugó 28 partidos y marcó dos goles. Su primer tanto lo marcó en su debut, un 4-0 a Paraguay en un amistoso jugado en Santiago hacia finales de enero de 1977. En ese partido, el seleccionado chileno dirigido por Caupolicán Peña, que se preparaba para las eliminatorias del mundial de Argentina 78, formó con Adolfo Nef; Mario Galindo, Mario Soto, Alberto Quintano y Enzo Escobar; Manuel Rojas, Rodolfo Dubó y Sergio Ahumada; Luis Miranda, Julio Crisosto y Juan Carlos Orellana. Los otros tres goles los marcó el ariete Julio Crisosto. Su segundo gol lo marcó en casa, cuando la roja cayó 1-2 ante Uruguay en abril de 1981.
Luis Miranda, Héctor Pinto, Julio Crisosto, Manuel Rojas y Juan Carlos Orellana, 1977. Fuente: Revista Estadio.
Manuel Rojas jugó un partido de la eliminatoria para Argentina 78. Fue en un triunfo 3-0 a Ecuador en Santiago, donde fue reemplazado en el entretiempo por Sergio Ahumada. Participó en dos de los goles chilenos, habilitando a Osvaldo Castro y centrando para el cabezazo de Elías Figueroa. No estuvo en los partidos definitorios con Perú, quien clasificó al mundial y causó el arrepentimiento de Caupolicán Peña por haber cedido a la presión del medio, en esos choques vitales puso de titulares a los que jugaban en el extranjero y no confió en sus “carasucias”.
Bajo la dirección de Luis Santibáñez, Rojas fue titular en casi todos los duelos de la Copa América de 1979, donde se perdió el título luego de 3 partidos con Paraguay, y también en los partidos clasificatorios para el mundial de España 82.
Formación de la Selección Chilena en el Tercer Partido Final con Paraguay. De pie: René Valenzuela, Rodolfo Dubó, Elías Figueroa, Mario Galindo, Enzo Escobar y Mario Osbén. Agachados: Carlos Caszely, Carlos Rivas, Oscar Fabbiani, Manuel Rojas y Leonardo Véliz. Fuente: https://www.partidosdelaroja.com/
Su último partido en el seleccionado nacional fue en la derrota 0-1 con Austria en el debut del mundial de 1982 en España. Entró en el minuto 74 por Miguel Ángel Neira, cuando poco se podía hacer por revertir la derrota y con un equipo fuertemente golpeado por el penal perdido por Carlos Caszely. No sumó más minutos en el mundial y se profundizaron las discrepancias con el técnico Locutin Santibáñez, quien tampoco lo tuvo en cuenta en Universidad Católica a la vuelta del fracaso mundialista. “Fue para mejor”, me dice. “Así nos decidimos a venir a los Estados Unidos”
Antes de ello, Manolito tuvo una noche que es aún recordada por los fanáticos del fútbol. En el ahora llamado Estadio Malvinas Argentinas, un 18 de septiembre de 1980, el seleccionado chileno se enfrentó al campeón mundial vigente, que contaba entre sus filas con Diego Armando Maradona. En un emotivo empate 2-2, Rojas se adueñó de la pelota y deslumbró hasta a los trasandinos, no muy dados a compartir elogios, menos con quien sería el mejor jugador del mundo e idolatrado hasta más allá de su muerte. La revista El Gráfico calificó la actuación de Manolito con un 8, la máxima del equipo chileno y la misma con la que evaluó a Américo Gallego y Diego Maradona. El medio trasandino señalaba a Rojas de excelente volante y como la manija del equipo, consignando sus declaraciones respecto al encuentro: “No podíamos pararnos, no encontrábamos las marcas y nos llevaron por delante.”
Link al partido completo:
La crónica de Las Últimas Noticias tituló “Brindamos con Vino Mendocino” y reflejaba la alegría por un buen resultado de visita y por los mostrado por el equipo nacional, especialmente en la segunda parte del encuentro. Manuel declaraba al diario: “Estoy feliz con mi aporte. Me di cuenta de que moviendo rápido el balón se les podía crear problemas. Les hicimos frente con la certeza de que podíamos lograr un buen resultado. En la segunda fracción entramos con otra mentalidad, a pesar de que ellos tuvieron más la pelota, no pudieron hacer las cosas con tranquilidad”.
Esa noche especial, es recordada por los tantos de “Papudo” Vargas, con un derechazo furibundo que rozó en Maradona y venció al “Pato” Fillol, y el golazo de chilena de Sandrino Castec, el bombardero azul, quien tuvo una carrera afectada por sus excesos fuera de la cancha. El gol de Castec nació de un rebote de Fillol, luego de un zurdazo de Manolito. En una actuación memorable e impensada, el seleccionado chileno remontó un 0-2 y estuvo lejos de ser vapuleado por los trasandinos.
Rojas y el disparo en la jugada del gol de Castec, Fuente: Revista Estadio
Castec, quien fue titular debido a la ausencia de Carlos Caszely por lesión, relataba a Las Últimas Noticias que la charla de Luis Santibáñez en el entretiempo fue bastante dura y los hizo salir a jugar de otra manera: “Con ese fútbol no llegábamos a ninguna parte”, les dijo. En cambio, el otro goleador del partido, Osvaldo Vargas, aprovechaba para mandar saludos a la gente de Papudo, ciudad de la que era originario. En sus declaraciones, no ocultaba su alegría: “Imagínense como estoy, hacerle un gol a un arquerazo como Fillol, a un equipo como Argentina, que es nada menos que el campeón del mundo, es para sentirse orgulloso”.
El elenco chileno formó con Oscar Wirth en el arco y una línea de 5 en defensa, como acostumbraba a jugar Santibáñez de visita. Los centrales fueron Elías Figueroa, Mario Soto y Osvaldo Vargas. Por las bandas, jugaron Luis Rojas y Vladimir Bigorra. En el medio campo, Rojas se encargó de las labores de creación. Rodolfo Dubó era dueño del sector central y encargado más de labores de recuperación, junto a Eduardo Bonvallet. En la delantera, esperando el contragolpe, el veloz Patricio Yáñez y Sandrino Castec. El delantero de Universidad de Chile fue reemplazado en el segundo tiempo por el volante del mismo equipo, Orlando Mondaca.
Manuel Rojas con Carlos Reinoso, Pelé y el argentino Miguel Ángel Cornero en México, Fuente: Revista Foto Sport
Los campeones del mundo alinearon a Ubaldo Fillol; Jorge Olguin, Daniel Passarella, Luis Galván y Alberto Tarantini. En el mediocampo, junto a Maradona jugaron Américo Gallego y Daniel Valencia. En delantera, Santiago Santamaría, Leopoldo Luque y Ramón Díaz. Por los trasandinos marcaron Daniel Valencia y el Pelado Díaz. El equipo titular contaba con 8 jugadores que habían dado la vuelta olímpica en el Monumental de River Plate, entre ellos Carlos Daniel Tapia, quien luego sería campeón en México 86 y tuviera un breve y recordado paso por Universidad de Chile, reemplazó a Luque.
La revista Estadio titulaba la crónica del partido como Una Noche Memorable. Señalaba que el equipo chileno había alcanzado uno de sus mejores resultados en los duelos preparatorios para las eliminatorias del mundial de España y destacaba que el broche de oro lo había puesto el espectacular gol de chilena de Castec.
Los Elogios de la Prensa al Empate con el Campeón del Mundo, Fuente: Revista Estadio
Al técnico César Luis Menotti, en cambio, no le gustó el planteamiento de Chile y menos el resultado. Se quejaba amargamente que no había habido justicia con Argentina, elenco que había entrado a ganar el partido y declaraba: “Así no me gusta jugar.” Del mismo tono fue el análisis de la revista El Gráfico, que era bastante crítico con el planeamiento del equipo chileno y manifestaba que los argentinos habían perdido la oportunidad de haber logrado una goleada. Señalaba: “Hay tiempo de aprender que, si es posible hacer 10 goles en media hora, deben hacerse sin perder uno solo”. Para el histórico medio trasandino: “Argentina llegó a jugar bien, no supo ganar.”
Mis recuerdos de esa noche mendocina evocan comentarios del tipo “fuimos a ver a Maradona y nos quedamos viendo a Manolito Rojas”. He mirado el partido nuevamente y mucho de justicia tiene ese recuerdo. De visita y frente al campeón del mundo, costaba tener el balón. Había que cuidarlo y esperar los momentos propicios para habilitar a los delanteros. Había que tener la pelota y no desperdiciarla, no arriesgarla en demasía. Rojitas era maestro en eso, así como lo era en cada juego que le enseñaban. Sus compañeros recuerdan que les ganaba a todos y en todo lo que jugaban y no había cómo sacarlos de los antiguos flippers. La Tercera destacó también la actuación del volante chileno en el duelo de Mendoza y señalaba: “Le puso talento y categoría al mediocampo chileno, llegando a opacar al astro Maradona”
Manuel Rojas en el álbum del mundial de España 1982. Fuente: https://www.coleka.com/
Manolo se ríe al recordar, pero no siente nostalgia de esos años, ni de Chile. No ha renovado su pasaporte y no tiene planes de venir a Chile. Espera que Guido y Pía los vayan a visitar. Sólo en unos de los viajes del equipo de su querido amigo a Chicago, se vistió de corto y desempolvó la zurda mágica que encandiló a todos esa noche de septiembre. Se siente pleno y feliz con su esposa Marité, sus hijos y sus nietos en Cary, cerca de Chicago. Nos deleita con sus pizzas y sus desayunos, con la humildad y la sinceridad de un buen tipo. No hace alardes ni aspavientos de lo que fue, más bien disfruta lo que es y lo que tiene a su lado.
Lo vi conducir a mi equipo de niño y hacer ese golazo de fuera del área en el 3-1 a Colo-Colo, que selló el campeonato de 1978. Hoy recuerdo esos lindos días que pasamos en su casa en julio del 2022 y las conversaciones hasta bien entrada la noche. Me parecen ahora que fueron muy pocos días y ojalá tengamos la oportunidad de volver a verlos a los Rojas-Coppa nuevamente.
No sé si admiro más al Manuel Rojas futbolista o al Manuel Rojas persona.
Es que parece que no se puede disociar a la persona del jugador, porque creo que Manolito es una prueba más de que al fútbol se juega como se vive.
Fuentes:
- Diario Las Últimas Noticias
- Revista Estadio
- Revista El Gráfico
- www.solofutbol.cl
- www.partidosdelaroja.com
- www.palestinohistorico.cl