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La región de Magallanes y su aporte a la selección chilena de fútbol

Por Pedro Jara

Son muchos los futbolistas que ha entregado nuestra región al fútbol profesional, pero en este artículo solo destacaremos a quienes nacieron en la región de Magallanes y que lograron llegar al profesionalismo en el norte del país, pero que además por sus condiciones deportivas alcanzaron a integrar la ‘roja de todos’, estando en esa categoría solo cinco jugadores que aportaron su talento en la selección chilena adulta de fútbol.

Como lo he comentado en un artículo de Asifuch anterior sobre la Liga de Magallanes, el fútbol organizado nace en diciembre de 1912, para dar paso a un entusiasta campeonato de adultos que con el tiempo fue creciendo en cantidad de jugadores de distintas edades, en donde los menores comenzaban a dar sus primeros chutes (como se decía antiguamente).

En paralelo a esta liga, el año 1933 se jugaba en Santiago, bajo el patrocinio de la Asociación Central de Fútbol, el primer Campeonato Profesional del fútbol chileno, dando esta Asociación el primer paso fundamental para que este popular deporte alcanzara con el correr de los años la verdadera importancia que se merecía en el concierto de las manifestaciones deportivas de la época.

Nada más que una organización profesional de nuestro fútbol, es decir, que un grupo de prestigiosos clubes de la capital se cobijaran en una Asociación de sentido estrictamente profesional, y cuyos principales fines fueron la de organizar año a año la competencia de más jerarquía del fútbol nacional, bastó para que se produjera un cambio radical en el hasta ese entonces fútbol amateur y en especial en las zonas alejadas de la capital, que por distancia y accesibilidad se han mantenido más de cien años en el amateurismo, como es la zona de Magallanes.

La organización del fútbol profesional da pie a la creación de la Liga Infantil de Fútbol de Magallanes, lugar donde nacen los sueños de niños que comenzaban a mirar a la capital para llegar a vestir la camiseta de algún equipo profesional. Esta Liga inicio sus actividades en octubre de 1935, habiendo sido su primer Presidente Sidney Hamann, afiliándose en esa fecha los siguientes clubes: Chile, British, Sokol, Magallanes, Español, Victoria, San Martín y Audax.

En orden cronológico, los seleccionados magallánicos que fueron parte de la selección nacional de fútbol se detallan a continuación:

JOSE DAVID RUIZ RUIZ (MACHUCA).

Escribir de ‘Machuca’ Ruiz es hablar tal vez de una de las mejores épocas que tuvo el fútbol magallánico. Nacido en Punta Arenas el 23 de julio de 1912 y formado en el Club Deportivo Scout, creció viendo a jugadores como Enrique Abello (exseleccionado chileno), Pedro Bórquez y varios otros que le enseñaron la pasión por el fútbol, entregando varios trofeos a las vitrinas del verdinegro, luego de grandes jornadas deportivas, en donde Machuca era la gran figura del equipo.

José David Machuca Ruiz con la indumentaria del Club Deportivo Scout en 1937.

Foto gentileza Manuel de la Torre

Junto al popular ‘Machuca’ Ruiz estuvo lo mejor que tuvo en cuanto a conjunto de valores el fútbol local, en la década del 30 al 40. El solo hecho de hablar de David Ruiz nos trae inmediatamente el recuerdo de Roberto Alvarado, el recordado ‘chueco Roberto’, de Armando Alvarado, de Hugo Wheler, de Lucas Marinovic, de Augusto Barría, de Crocciati, en fin, no podría nombrarlos a todos, porque entonces empezaría mi imaginación a evocar esas hermosas tardes de fútbol de la cancha Rómulo Correa, esos domingos de partidos intensos y aguerridos, donde por la calidad de jugadores, todos eran clásicos.

Selección de Punta Arenas 1936. De pie: Marinovic, Damianovic, Tonini, Neracher, Gutierrez y Garrido. Hincados: Scarpa, Wheler, Alvarado, ‘Machuca’ Ruiz y Alonso Ruiz.

Foto gentileza Museo Regional de Magallanes

En el plano local este vecino del barrio San Miguel además del fútbol, fue un aguerrido y fuerte boxeador, haciéndose respetar a pesar de su baja estatura, gracias a su gran contextura física, moldeada en las extensas jornadas de trabajo como jornalero de mar y playa. Cuando David Ruiz fue contratado por el Audax Italiano de Santiago, para nadie era un secreto que ‘Machuca’ hizo el viaje demasiado tarde. Fueron tantas las temporadas que bregó incansablemente defendiendo a su club, el Scout, que su mejor momento había pasado. No obstante, su juego endiablado y su vitalidad asombrosa fueron factores suficientes para que en corto plazo sea auténtica estrella del fútbol chileno, y fueron muchos los triunfos que su oportunismo y sentido del fútbol le brindo a los itálicos. Sus grandes actuaciones del año 1940 le valieron la oportunidad de ser seleccionado chileno para el Sudamericano del año 1941, en Santiago de Chile, siendo el principal animador ofensivo nacional en la segunda fecha ante Perú, donde Chile se impuso 1-0, alineando la ‘rojita de todos’ con: Sergio Livingstone, Roa, Vidal, Flores, Cabrera (Sánchez), Trejos, Sorrel, Domínguez (Carvajal), Toro, David ‘Machuca’ Ruiz y Pérez, partido que se jugó en el Estadio Nacional el 9 de febrero de 1941 ante 70.000 espectadores.

Luego repetiría el 16 de febrero, ante Uruguay donde Chile perdió por 2-0.

Selección Chilena en el Sudamericano de 1941, hincado cuarto de izquierda a derecha ‘Machuca’ Ruiz.

Foto gentileza Eduardo Hormazábal, www.pinterest.cl.

Ese mismo año ‘Machuca’ Ruiz volvió a Punta Arenas, jugando después por el Español en actuaciones muy discutidas, volviendo a jugar muy bien cuando vino la Universidad Católica en enero de 1944, siendo factor vital en el triunfo que conquisto nuestra selección local en los dos partidos. En 1945 jugó algunos partidos por el Santiago Wanderers de Valparaíso, siendo esas sus últimas actuaciones oficiales.

En el primer nacional de fútbol de los Estibadores en noviembre de 1979, el popular ‘Machuca’ fue uno de los espectadores que más apoyó a nuestra selección local, encontrándose con grandes amigos que viajaron en esa oportunidad como Guillermo ‘Pitino’ Álvarez, compañeros de equipo en el Scout en la década del 40.

La noticia de su muerte el 11 de enero de 1994, caló hondo entre quienes vieron a este menudo y ágil jugador, corriendo detrás de un balón en las canchas locales como el Estadio Ramón Cañas y la cancha Rómulo Correa.

ATILIO CREMASCHI OYARZUN

Desde esta Liga comenzamos a resaltar al primer seleccionado proveniente del Club Audax, inscrito en la serie segunda infantil en reunión efectuada por los dirigentes con fecha 29 de julio de 1937, don Atilio Cremaschi Oyarzún, nacido en Punta Arenas el 8 de marzo de 1923, donde vivió hasta los 18 años. El patio del Instituto Don Bosco o las calles del barrio Quillota fueron mudos testigos del cimiento de un verdadero crack del fútbol chileno.

Hermanos Atilio y Segundo Cremaschi.

Foto gentileza Yasna Vukasovic

Si bien sus comienzos fueron en el deportivo Victoria, solo desde su paso al Audax de nuestra ciudad, donde a los 16 años gracias a la confianza depositada por Reinaldo Tonini, debuta en la primera serie.

Llegó al fútbol profesional gracias a gestiones y ofrecimientos realizados por el catalán José Farreros y Antonio Damianovic, siendo llevado al club deportivo Unión Española del fútbol profesional, donde debuto en el primer equipo en 1941 bajo la dirección técnica de Manuel Casal.

Si bien de primera -como todo magallánico- le costó decidirse a dejar su familia, padres y hermanos, comprendió que su proyecto estaba en Santiago, donde afortunadamente la gente de la colonia española, con la cual se identificó absolutamente, supo entregarle el cariño y apoyo incondicional. Paralelo al fútbol, trabajó en la fábrica del dirigente Juan Legarreta, gracias al cual conoció a su esposa Angela Rubio, en las tradicionales fiestas familiares de Unión Española, en calle Alameda con Estado, conformado una familia con cinco hijos y más de 15 nietos.

En lo deportivo, logró dos títulos con Unión Española, siendo el primero en 1943, de la mano de Atanasio Pardo, donde disputó 18 partidos en el torneo, marcando 3 goles, y siendo esta una de sus mayores emociones en el fútbol, por ser su primer campeonato en el fútbol profesional chileno. Posteriormente, con el español Isidro Lángara, debió conformarse con el segundo lugar del campeonato de 1950, tras perder la final ante Everton de Viña del Mar. Sin embargo, logró su segundo título al año siguiente, al vencer a Audax Italiano en la final del campeonato nacional, en el marco del clásico de colonias; esta vez el aporte de Cremaschi fue marcar 15 goles, disputando todos los partidos del campeonato.

Ficha consular de Atilio Cremaschi en el Mundial de 1950.

Gentileza Asifuch

Permaneció un año más en el club y emigró a Colo-Colo, donde jugó de 1953 a 1959, siendo el periodo en que llegaron de Inglaterra los hermanos Jorge y Eduardo Robledo. Con los albos debutó el 2 de mayo de 1953, ante Green Cross, logrando con la tienda alba su tercer título profesional en 1953, aportando 10 goles en 24 encuentros. Repitió el éxito en el torneo de 1956, disputando solamente 15 partidos, hecho que no le impidió convertirse en el máximo anotador del equipo. Esa temporada anotó 13 goles, cerrando su paso por el ‘cacique’ con la obtención de la Copa Chile de 1958.

El año 1959  fue traspasado a Rangers, donde se mantuvo activo hasta el año siguiente. Pese a su corta estadía en el club talquino, Cremaschi fue considerado dentro del segundo equipo en la elección del ‘equipo ideal de todos los tiempos’ de Rangers de Talca.

Dentro de su exitosa carrera futbolística, Cremaschi disputó 37 partidos con la selección de fútbol de Chile, de los cuales 27 fueron partidos oficiales y 10 amistosos.

Fue nominado por el húngaro Franz Platko, entrenador de la selección chilena, quien lo integró al plantel que disputó el campeonato sudamericano de 1945, debutando con la roja en dicho torneo el 31 de enero de 1945, en un partido frente a Colombia que finalizó 2-0 a favor de los chilenos, siendo el único partido disputado en dicho torneo.

En el campeonato sudamericano de 1946, donde Chile fue cuarto, se inscribió con tres goles y en el sudamericano de 1949, convirtió otros dos goles.

Fue elegido por Arturo Bucciardi para integrar la nómina de la Copa Mundial de Fútbol de 1950, siendo su jornada más memorable la vivida ese año, cuando marco tres goles con los que la roja venció 5-2 a la selección de Estados Unidos.

Selección Chilena en el XVII Campeonato Sudamericano de Fútbol, segundo de izquierda a derecha Atilio Cremaschi.

Foto revista Estadio

En el sudamericano de 1953, suma un nuevo gol a sus estadísticas, cerrando una carrera brillante tras su retiro profesional, que lo radicó en Santiago.

Su deceso, el 3 de septiembre de 2007 a los 84 años, enlutó al fútbol profesional chileno, pero de manera especial al mundo deportivo magallánico, que vio partir a uno de sus grandes ídolos de la Patagonia y del equipo de sus amores la Unión Española, que lo homenajearía colocando su nombre a la galería norte del Estadio Santa Laura.

HONORINO LANDA VERA

Pocos saben que Honorino Landa nació un 1 de junio de 1942, en calle Baquedano esquina O’Higgins en la capital de la provincia de Ultima Esperanza en Puerto Natales, pues fue hijo de Honoria Vera, casada con el comerciante Javier Landa llegado de España a fines del 20, quien trabajó en el rubro ferretero con un negocio que se llamó “Sociedad Landa y De Carlos”, luego “Landa y Fernández”.

En el seno de esa familia natalina nació Honorino, completando núcleo sus hermanos Javier y Félix Landa, este último también jugador de fútbol. Por razones de salud de don Javier – su padre – se trasladaron a Santiago y es ahí donde a mediados de 1950 se incorpora a las series menores de Unión Española, demostrando su veta goleadora que lo llevo a debutar en 1959, contra O’Higgins de Rancagua, anotando tres goles, mostrando de inmediato su sello que lo llevaría a ser en 1960 uno de los goleadores del torneo con 16 tantos, transformándose en protagonista del campeonato nacional. 

En 1961 ratifica su pasta de goleador anotando 24 goles, los mismos de Carlos ‘Tanque’ Campos de la ‘U’, para coronarse como goleadores del campeonato, lo que motivó a Fernando Riera para convocarlo a la selección chilena con miras al mundial de fútbol de 1962 que se jugaría en nuestro país.

Honorino Landa ejecutando una chilena en el partido del Mundial del 62 frente a Brasil.

Foto coloreada por Asifuch

Debuto en la roja el 12 de octubre de 1961, ante la garra de la defensa charrua de Uruguay, deleitando a los espectadores con su versatilidad y calidad futbolística.

En el mundial de 1962 integró la nómina de la selección chilena, siendo el jugador más joven convocado por Fernando Riera, quien confiaba en sus capacidades quedando demostrado en las estadísticas al jugar cinco de los seis partidos de la selección, faltando solo al cotejo frente a Yugoslavia, quedando fuera por suspensión debido a la cartulina roja en el partido con Brasil.

El 27 de febrero en 1964, junto a la Unión Española llegaba a Punta Arenas con su hermano Félix para cumplir una serie de compromisos deportivos. A su arribo a la capital indico al diario ‘La Prensa Austral’: “Tenía ganas de venir a Magallanes, felizmente todo se arregló y aquí me ve dispuesto a rendir al máximo y responder a las atenciones que hemos recibido”.

La Unión debuto en el estadio Ramón Cañas Montalva contra el equipo del Chile, ganando por 5-1, respondiendo plenamente a la numerosa concurrencia que colmó todas las aposentadurías del estadio, viendo en vivo y en directo el olfato goleador del ‘Nino’, quien convirtió tres goles.

El último día de febrero de 1964, se enfrentaron a la selección de Punta Arenas, logrando los rojos un nuevo y trabajado triunfo por 2-1, apareciendo el sello de los Landa, anotando primero Félix y luego en el mejor gol de la tarde, sellaba Honorino el triunfo para la Unión.

El miércoles 4 de marzo, el conjunto de Unión Española se dirigió a Puerto Natales, la tierra de los Landa, para cumplir un compromiso deportivo contra el equipo más antiguo de la provincia, el Bories reforzado.

Visita de Honorino Landa a la comuna que lo vio nacer Puerto Natales en 1964.

Foto gentileza Juan Yutronic Q.E.P.D.

El encuentro se jugó con un estadio desbordante de aficionados. La expectación general radicaba en la actuación de dos natalinos; Honorino y Félix Landa que nacieron en esa ciudad y que a muy corta edad se dirigieron con sus padres a Santiago. Honorino tenía un año y Félix tres cuando se ausentaron a la capital, de manera que de esa localidad no conocían absolutamente nada, pero regresaban como hombres hechos y maduros, llegando al terruño que los vio nacer, transformándose en esta gira en los hijos predilectos de Puerto Natales.

De regreso a Santiago su relación con Unión Española se fue agrietando, lo que llevo a Honorino a salir del equipo en 1965, llegando a vestir la camiseta de Green Gross de Temuco hasta 1968. En paralelo seguía siendo convocado a la selección chilena formando parte del plantel que clasificó al mundial de Inglaterra en 1966, siendo titular en los partidos con Corea del Norte y la Unión Soviética, siendo este último partido en vestir la camiseta de la roja, con la que sumó 34 partidos entre oficiales y amistosos.

Selección Chilena en el mundial de 1962, tercero abajo de izquierda a derecha Honorino Landa.

Foto gentileza diario La Tercera, 26 de septiembre de 2018.

De la Araucanía vuelve a Santiago tras una muy buena oferta de Magallanes, incumpliendo las expectativas esperadas debido a una lesión que lo sacó de las canchas por más de dos meses, y en 1969 se produce el anhelado regreso al equipo de sus amores, la Unión Española, pero las lesiones nuevamente lo condenan a no rendir como el ‘Nino’ de siempre, dejando nuevamente a la Unión.

Entre 1970 y 1972 juega en Deportes La Serena, donde cumple un aceptable campaña, para luego vestir de corto en Huachipato, regresando a Unión Española a solicitud del entrenador Luis Santibáñez, donde aportó con 8 goles para gritar por primera vez ‘campeón’. Su última estación deportiva como jugador fue en Deportes Aviación, dejando el fútbol como el máximo artillero de la Primera División con 193 goles, y figurando actualmente en el cuarto lugar detrás de Esteban Paredes, Francisco Valdés y Pedro González.

Entre 1982 y 1983, entra en una nueva faceta deportiva en su vida, siendo designado como entrenador de Unión Española. El 31 de mayo de 1987 emprende el vuelo celestial, después de darle batalla a un cáncer que lo tenía alejado de la pasión de su vida.

Al igual que el puntarenense Atilio Cremaschi, la memoria del natalino Honorino Landa sigue viva, porque el estadio Santa Laura en su galería sur lleva su nombre, el talentoso rebelde, de las medias abajo sigue presente para siempre.

MARIO ENRIQUE GALINDO CALIXTO

El tres veces campeón con Colo-Colo es considerado el primer jugador defensivo que se atrevió a convertirse en arma ofensiva en el campo de juego.

Nació el 10 de agosto de 1951 en Punta Arenas, en el popular barrio ‘18 de septiembre’, siendo la casa de su padre, Daniel Galindo, el lugar donde junto a otros dirigentes organizaron y dieron vida a la Liga de fútbol 18 de septiembre, con su hermana Sonia Galindo como la primera secretaria de la naciente entidad que en 1987 se transformaría en Asociación de Fútbol.

Equipo infantil de San Miguel de Punta Arenas en 1964, cuarto abajo de izquierda a derecha Mario Galindo con 13 años.

Foto diario La Prensa Austral.

Lo que distinguió a Galindo y lo elevó a la galería de los grandes futbolistas chilenos fue lo innovador que resulto su aparición en nuestro fútbol.

En una entrevista para el diario La Prensa Austral dijo: “Era raro en mi época que un lateral llegara al área contraria. Generalmente pasaban la mitad de la cancha y tiraban un centro, eso era el ataque. Yo en el debut ya llegué al área y me hicieron un penal, además marcaba goles, lo que era extraño. Eso me hizo ser un jugador conocido en el fútbol chileno, porque era distinto sin darme cuenta”.

Aunque se podría pensar que en las divisiones menores pudo haber jugado como delantero, el mismo confiesa que esto no era así, pero en Punta Arenas sí conoció funciones más ofensivas:

“En divisiones menores -agregó-, jugué de central, pero en Punta Arenas hasta los 16 años era enganche. Por eso tenía la facilidad para eludir rivales”.

Las referencias que hizo la revista Estadio después del recordado triunfo de Colo-Colo ante Botafogo en Brasil, por la Copa Libertadores de 1973, no escatimaban en elogios para Mario Galindo, a quien comparaban precisamente con los laterales de ese país, por su tendencia a subir al ataque y convertirse en un importante agente ofensivo.

Colo-Colo 1974 jugando en el aniversario del Club Deportivo Peumo, tercero de pie Mario Galindo.

Foto gentileza Ricardo Galindo Jr.

Quienes lo vieron jugar también señalan que tenía algo de alemán, por su despliegue físico y disciplina táctica. Lo cierto que este gran lateral está entre los tres mejores del fútbol chileno en esa posición.

Verdadero ídolo de Colo-Colo, club al que defendió durante prácticamente toda su carrera, salvo los pasos por Everton (1976) y Santiago Wanderers (1983).

El magallánico recuerda con cariño a la institución que ha sido parte fundamental de su vida, puntualizando que “Para mí siempre fue importante Colo- Colo, porque futbolísticamente nace ahí. Mi hermana Sonia Galindo fue secretaria del club durante más de treinta años y ella fue la que me trajo a la tienda alba, recordando que además Sonia fue gran jugadora de basquetbol, seleccionada de Punta Arenas, jugadora de Colo-Colo y figura de la selección femenina de basquetbol de Chile”.

Mario destacaba por su técnica, velocidad y vocación ofensiva. Fue parte del plantel chileno en los mundiales de Alemania 1974 y España 1982, pero donde más destaco fue en la Copa América de 1979, en donde Chile fue subcampeón.

Entre sus palmares están los campeonatos nacionales con Colo-Colo en 1972, 1979 y 1981, un campeonato con Everton en 1976, además de tres copas Chile con el equipo albo en 1974, 1981 y 1982.

Selección Chilena 1974, enfrentando por las eliminatorias a Perú. Arriba: Antonio Arias, Mario Galindo, Alfonso Lara, Guillermo Páez, Alberto Quintano, Adolfo Nef. Abajo: Carlos Caszely, Francisco ‘Chamaco’ Valdez, Sergio Ahumada, Guillermo Muñoz y Leonardo Veliz.

Foto gentileza Eduardo Hormazábal, www.pinterest.cl.

A nivel personal fue destacado como el mejor deportista del fútbol profesional en 1979 y en 1984 como el jugador más correcto del campeonato.

Se retiró del fútbol profesional el 20 de febrero de 1985, en su querida Punta Arenas, llevando al equipo de sus amores Colo-Colo a la capital regional, gracias a las gestiones realizadas por su gran amigo Vladimiro Mimica, en donde más de cinco mil personas repletaron el estadio Antonio Rispoli Diaz, dando una sentida despedida a uno de los mejores deportistas que han salido de la región más austral de Chile.

Posterior a eso, se radicó en Punta Arenas aportando como jugador, técnico y disfrutando de su querida ciudad que tuvo el privilegio de verlo nacer. Después de entregar sus enseñanzas y experiencias deportivas por más de 20 años, ha vuelto a radicarse en la ciudad de Santiago, quedando en la memoria colectiva de los magallánicos el orgullo y privilegio de tenerlo como embajador del deporte.

MAURICIO FERNANDO AROS BAHAMONDE

Mauricio Aros nació el 9 de marzo de 1976, en su querida Punta Arenas. Sus padres son Edith Bahamonde Cárdenas y el conocido vecino de la población 18 de septiembre Alfonso ‘Moncho’ Aros Colivoro, de cuyo matrimonio nacieron además Verónica y Rodrigo.

Sus estudios los realizó de kínder a octavo básico en la escuela 18 de septiembre, pasando de ahí al Instituto Don Bosco, estudiando los dos primeros años de la enseñanza media para terminar tercero y cuarto en Concepción.

Fue su padre, reconocido jugador del medio local, quien lo llevó a integrar con seis años las series infantiles del club 18 de septiembre, dando sus primeros pasos y mostrando gran destreza y dominio de balón.

Serie infantil Club Deportivo Scout, cuarto debajo de izquierda a derecha Mauricio Aros.

Foto gentileza Club Deportivo Scout.

Ya con ocho años fue invitado a jugar a la conocida Plaza Esmeralda del Barrio Prat en Punta Arenas. Como no tenían portero y sin saber el entrenador cuanto jugaba ese menudo niño, lo colocaron en portería, terminando el primer tiempo 0-0. Al llegar su padre y verlo bajo los tres palos, le insinuó a quien armaba el equipo que pusieran a su hijo en delantera, porque le cambiaria la cara al partido ¡Y vaya que resultó! A esa edad mostró que era un jugador distinto, anotando los cinco goles con los que ganó su equipo.

La mirada de los dirigentes del fútbol amateur se posó en ese joven jugador zurdo, a primera hora del día siguiente ya estaba fichado por Rodolfo Bórquez del Club Español.

La influencia de sus padres fue fundamental en su carrera, acompañándolo a cualquier lugar donde jugaba y mostraba su talento, ya sea en el Español o en su breve paso por el Scout.

En ese caminar, recuerda una eliminatoria en Coyhaique, como seleccionado infantil de Punta Arenas, donde marcó uno de los goles más hermosos de su carrera -según rememora – y que solo los protagonistas que dirigían esa selección recuerdan (Panameño Rivas, Tito Aravena, Juan Navarrete): se pasó a todo el equipo visitante incluido el portero.

Los formadores que marcaron su carrera deportiva fueron Mario Diaz, profesor del Instituto Don Bosco, Juan Concha Gómez, profesor de la escuela D-24, y el eterno Panameño Rivas en Punta Arenas.

Entre tanta gira defendiendo los colores del IDB o la selección de Punta Arenas en diferentes categorías, las miradas de los equipos profesionales no demoraron en interesarse. Partió en 1993 a Deportes Concepción, donde se encontraban dos magallánicos, Ramón Abello y Luis ‘Pelu’ Guajardo, quienes fueron fundamentales para la pronta adaptación de Mauricio, logrando en 1994 el anhelado ascenso a primera con el equipo lila.

La vitrina de primera división lo llevó a ser parte de las grúas de los equipos grandes, incrementando el interés después de la nominación a la selección sub-20, con participación en 1995 en el sudamericano de Bolivia y el mundial de Qatar.

Selección Chilena Mundial de Francia 98, de pie Javier Margas, Ronald Fuentes, Pedro Reyes, Miguel Ramírez, Clarence Acuña, Nelson Tapia, hincados: Fernando Cornejo, José Luis Sierra, Iván Zamorano, Mauricio Aros, Marcelo Salas.

Foto gentileza de fotógrafo Masahide Tomikoshi.

Si bien eran varias las ofertas, decidió fichar por Universidad de Chile, obteniendo los títulos de 1999 y 2000.

Sus buenas actuaciones lo llevaron a debutar en la selección chilena el 29 de abril de 1998, contra Lituania, comenzando un idilio con la ‘roja de todos’ que lo llevaron a disputar 27 partidos, entre amistosos, Mundial de Francia 1998, Copa América Paraguay 1999, Colombia 2001, Perú 2004, Eliminatorias 1998 y 2000, ciclo que terminó cuando jugó su último partido por la selección contra Costa Rica el 14 de julio del 2004.

Partido Selección Chilena y Francia de Zinedine Zidane que es marcado por Mauricio Aros.

Foto gentileza Mauricio Aros. 

A nivel de clubes, un dato poco difundido fue su logro junto al Feyenoord de Holanda, donde militaban jugadores del nivel de Robin Van Persie, Jon Dahl Tomasson, el marfileño Kalou, cuando logran conquistar la Copa UEFA 2002, derrotando en la final al Borussia Dortmund por 3-2.

Al siguiente año pasa la fútbol árabe, siendo contratado por el Maccabi Tel-Aviv. Luego, en su retorno a Chile, defendió los colores de Huachipato y Cobreloa, para luego lograr la Copa Chile con el equipo de la Universidad de Concepción. Casi al final de su carrera viste los colores celestes de O’Higgins de Rancagua, para terminar su brillante carrera profesional en Deportes Temuco.

Su cariño por su natal Punta Arenas lo llevaron a realizar su despedida del fútbol en nuestra ciudad el 14 de diciembre del 2012. Por casualidades de la vida, el partido de despedida fue organizado por Marcelo Díaz (Q.E.P.D.) y el redactor de este artículo, al que llegaron más de cinco mil personas que reconocían una trayectoria plena de éxitos, devolviendo todo el cariño que él tiene por su ciudad.

Si bien son varios los jugadores nacidos en la región de Magallanes que llegaron al fútbol profesional, como Victor ‘Cañon’ Alonso, Osvaldo ‘Chico’ Oyarzún, Kiri Ugarte, Ramón Abello, Rodrigo Latorre, Luis ‘Pelu’ Guajardo, Waldo Montenegro, Victor ‘Pituco’ Bórquez, Patricio Pinto, Ronny Radonich, por nombrar algunos, sin dudas llegar a la selección chilena coloca un peldaño más arriba a estos cinco jugadores de nuestra región austral. 

5 en 110 años del fútbol asociado en Magallanes, David ‘Machuca’ Ruiz el primer en ser nominado,  Atilio Cremaschi y Honorino Landa cuyos nombres están en las galerías del Estadio Santa Laura, Mario Galindo en su momento el mejor lateral del mundo y Mauricio Aros campeón de la Copa UEFA con el Feyenoord, llenan las páginas más hermosas de nuestra historia deportiva y representan el sacrificio y valor de salir de una zona climática hostil, no apta para jugar futbol todo el año, sin fútbol profesional, para demostrar que eso no es impedimento cuando se tiene talento y que, con perseverancia y trabajo, podemos soñar en llegar tan lejos como ellos. Ese es el ejemplo a seguir para las nuevas generaciones de esta zona apartada del país.

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