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¡Yo lo vi jugar!, Jorge Robledo

Por Julio Salviat Wetzig

Tenía diez años de edad y coincidió con un viaje relámpago del campo a Santiago. La decepción del primer tiempo se transformó en admiración en el segundo, cuando ‘El Gringo’ mostró buena parte de su notable repertorio. 4-0 ganaron los albos esa tarde.

Un parrafito perdido en las redes me hizo recordar el año pasado un capítulo importante de mi niñez. La noticia se refería a un homenaje que se les rindió en Inglaterra a los hermanos Robledo una semana antes: una placa azul conmemorativa del 96º cumpleaños de Jorge, instalada en la casa en que vivieron antes de volver a Chile y que tenía el número 97 de la calle Barnsley Road, en West Melton, un antiguo pueblo minero en el barrio de Brampton Bierlow de South Yorkshire, uno de los 47 condados que existen en Inglaterra.

El homenaje inglés a los hermanos Robledo (foto: www.daleaalbo.cl).

 

Esa plaquita azul está destinada a personajes connotados del Reino Unido y el único chileno que había merecido tamaño honor era nada más ni nada menos que Bernardo O’Higgins.

Acá, sin embargo, no se le dio mucha importancia. Como tampoco la tuvo cuando se repitió la ceremonia un mes después, cuando otra placa azul quedó instalada en el frontis de la casa que los Robledo ocuparon en Newcastle.

El 31 de mayo de 1953 estábamos con mi padre en nuestro lugar preferido del Estadio Nacional: el codo sur. Un viaje relámpago a Santiago, desde El Toco de Pichidegua, donde vivíamos, nos permitió ese lujito. Habríamos ido al estadio fuera cual fuera el rival de Colo Colo, pero este domingo tenía un sabor especial: debutaba con la casaquilla alba Jorge Robledo, y eso explicaba el casi lleno, unas 40.000 personas, para un partido con el modesto Ferrobádminton.

Algo me contó papá de los célebres hermanos durante el viaje. Mucho aprendí sobre ellos después porque, sobre todo Jorge, se transformó en personaje idolatrado.

Jorge Robledo en el Estadio Nacional (foto: revista Estadio).

 

Las gracias de Jorge

El padre chileno y la madre inglesa de los Robledo trabajaban en oficinas salitreras en Iquique. Cuando se separaron, la señora Oliver se los llevó a Inglaterra. Jorge tenía cinco años; Eduardo, tres.

A los 17, Jorge ya era conocido como buen futbolista. Fue nominado a la selección juvenil inglesa, pero fue sacado de la lista cuando se supo que era chileno. Después, contratado por el Newcastle se transformó en figura: con él en sus filas obtuvo dos veces la FA Cup, el torneo más importante de la isla, y fue el máximo goleador de la Football League First División, equivalente a la actual Premier League, con 32 goles en 33 partidos.

Su culminante momento de gloria se produjo a fines de 1952, cuando anotó de cabeza el único gol de la final de la FA Cup con el Arsenal, llevando así a su equipo a su segundo título consecutivo. La foto de ese momento inspiró a John Lennon, el líder de Los Beatles, para hacer un dibujo que después fue portada de uno de los álbumes del famoso artista.

Dos años antes, Jorge Robledo había vuelto a Chile para integrar la selección que participaría en el Mundial de Brasil 1950. No sabía una sola palabra de español y su juego era muy distinto del que se practicaba acá. Esos factores contribuyeron a su aporte no fuera el esperado. A La Roja le correspondió un grupo integrado también por Inglaterra (perdió 0-2), España (derrota por el mismo marcador) y Estados Unidos (victoria 5-2 con un gol suyo, el primero).

Cuenta Julio Martínez en una de sus crónicas para la revista Estadio, que muchas veces encontró a Jorge separado de sus compañeros y con actitud meditabunda. Era por lo disconforme que estaba con su rendimiento. Así y todo, le gustó Chile y le simpatizó su gente. Y eso lo hizo dejar lo que había logrado allá para venir a su tierra natal.

Colo Colo no conseguía títulos desde 1949, y su presidente, Antonio Labán, decidió dar un golpe de timón e intentar la contratación del crack. Parecía una meta imposible. Era como traer a Cristiano Ronaldo. Tres factores contribuyeron a que el sueño se hiciera realidad: la voluntad del jugador, que inició una huelga porque no lo querían transferir, un aporte del Gobierno y una cuota adicional de los socios colocolinos. Así se juntaron las 25.000 libras esterlinas de la época que el Newcastle exigía por su pase y que incluía -como siempre había sido- a su hermano Eduardo.

 

La tarde del recuerdo

Había terminado el primer tiempo y nos mirábamos con papá con signos de interrogación en los ojos: “¿Este es el portento?”.

La actuación de Jorge Robledo había sido decepcionante. El marcador estaba en blanco y ‘El Gringo’ no había mostrado nada especial. Al revés, había confundido a Manuel Muñoz y Atilio Cremaschi, sus acompañantes del trío central, que tampoco estaban jugando al nivel que acostumbraban.

Hasta ese momento, Colo Colo no deslumbraba en el torneo, pero era puntero con cinco de los seis puntos disputados. Había empatado con Green Cross (1-1) y les había ganado a Palestino en el Nacional y a Rangers en Talca (ambos por 2-1).

Después de eludir a Luis Zamorano, Jorge Robledo remata sobre el arco rival, pero sin consecuencias (foto: revista Estadio).

 

Cambió todo en el segundo tiempo. Un penal cobrado apenas terminó el descanso les dio otro destino al partido y a Robledo. Arturo Farías le ofreció ejecutar el disparo desde los 12 pasos y Jorge no lo aceptó. El capitán albo puso la pelota en el circulito blanco, retrocedió cuatro pasos, avanzó con rapidez y fusiló a Raúl Coloma.

De ahí en adelante, lo de Colo Colo fue un afinado concierto con la batuta impecable del recién llegado. Como si hubiese despertado de un letargo, Jorge Robledo decidió jugar como sabía. Se alejó del área, se juntó con los “halves” y comenzó a distribuir juego largo, para felicidad de sus compañeros de ataque, especialmente los punteros Luis Aranda y Mario Castro.

Tres veces más aplaudimos goles colocolinos. El siguiente fue el más celebrado y lo anotó Jorge con lo que la sobria revista Estadio calificó como “un disparo espléndido” a los 65’. Seis minutos después repitió la gracia. Y poco antes del final, Castro marcó el cuarto cuando el arquero Coloma había sido reemplazado por Raúl Matta, por lesión, única razón para permitir un cambio en ese tiempo, aunque sólo para el caso del arquero.

Raúl Matta se arroja a los pies de Jorge Robledo sobre el final del partido (foto: revista Estadio).

 

En esos 45 minutos Jorge Robledo anticipó lo bien que su fútbol le haría a su equipo, al campeonato y al fútbol chileno. De partida, le dio otro ritmo al juego, haciéndolo más simple y productivo. Les enseñó a los “wines” que sus desbordes tenían que terminar con centro retrasado hacia el punto penal, en vez del remate sin ángulo. Y con este simple procedimiento se hizo rico: abría el juego hacia los costados y llegaba al área para culminar las maniobras con su exquisita técnica de remate o su demoledor cabezazo. En ese campeonato anotó 26 goles en 22 partidos. Y al año siguiente otra vez fue scorer del torneo, con 25 anotaciones.

Su hermano Eduardo debutaría por Colo Colo dos fechas después, y sumaría en ese torneo 20 partidos y 0 goles.

Una vez finalizado el partido, Jorge Robledo se dirige a camarines (foto: revista Estadio).

 

Otras contribuciones de ‘El Gringo’ fueron promover la fundación del Sindicato de Jugadores y aportar las jugosas recaudaciones que provocaba su presencia en las canchas, para que Colo Colo adquiriera su preciosa y extinguida sede en la calle Cienfuegos. Y en los entrenamientos dio ejemplos de puntualidad, de amor por el trabajo y de profesionalismo.

Atilio Cremaschi, Jorge Robledo y Manuel Muñoz comentan animadamente el triunfo sobre Ferrobádminton (foto: revista Estadio).

 

COLO COLO 4-0 FERROBÁDMINTON

31/05/1953. Fecha 4 Primera División 1953. Estadio Nacional. Público: 37.275. Árbitro: Sergio Bustamante.

COLO COLO: Misael Escuti: Caupolicán Peña, Arturo Farías, Rogelio Núñez, Osvaldo Sáez, Antonio Valjalo, Juan Aranda, Atilio Cremaschi, Jorge Robledo, Manuel Muñoz y Mario Castro. DT Francisco Platko.

FERROBÁDMINTON: Raúl Coloma (84’ Raúl Matta); Luis Cabrera, Luis Zamorano, Carlos Huerta, Óscar Ledesma, Ramón Climent, Juan de Lucca, Osvaldo Valenzuela, Mario Lorca, Abdón Casales y Mario Álvarez. DT Luis Tirado.

GOLES: 47’ Farías (p) (CC); 65’ y 71’ Robledo (CC) y 85’ Castro (CC).

Fuentes

  • Revista Estadio
  • La nota original, del mismo autor, fue publicada el 21/04/2022 en www.elagora.net:
  • https://www.elagora.net/el-inolvidable-debut-de-jorge-robledo-en-colo-colo/

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