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¡Yo lo vi jugar!, Romario

Por Fabián Mardones

El 9 de mayo de 2001, Deportes Concepción recibió, en el Estadio Municipal de Concepción, a Vasco da Gama por los octavos de final de la Copa Libertadores. Enfrentó al cuadro brasileño tras vencer, de manera épica y agónica a Wilstermann de Bolivia, no sin antes protagonizar una recordada batalla campal luego de su triunfo ante los argentinos de San Lorenzo de Almagro.

Las más  de 30 mil personas que llegaron aquella tarde-noche de miércoles al principal reducto deportivo de Concepción no solamente lo hicieron para alentar a los lilas, sino que también para ver a una de las máximas estrellas que ha dado el fútbol brasileño y mundial: Romário de Souza Faria, quien estaba quemando sus últimos cartuchos en el cuadro carioca con 35 años.

Después de una accidentada y alocada carrera, que en su punto culmen lo tuvo vistiendo la camiseta del Barcelona de España y levantando la Copa Mundial de la FIFA en Estados Unidos el año 1994, el astro brasileño cumplía su segunda etapa en el club que lo vio nacer como futbolista.

FOTO ROMARIO CAMPEÓN
Crédito: Daniel García.

Esa tarde, y luego de cumplir mis obligaciones estudiantiles y caminar desde la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Concepción hasta la avenida Collao, llegué cerca de media hora antes del inicio del encuentro y el estadio ya estaba absolutamente lleno. En esta época los teléfonos celulares no estaban tan masificados como ahora, por lo que no logré encontrarme con el grupo de amigos con los que había visto los encuentros previos del ‘León de Collao’, por lo que me ubiqué bajo el antiguo tablero marcador de goles, detrás del arco sur del recinto penquista.

Vasco da Gama había ganado sus seis duelos en la fase de grupos y no solamente eran los favoritos para quedarse con la clasificación frente a los lilas, sino que también figuraban entre los principales candidatos para titularse campeones del principal torneo internacional de clubes que se disputa en Sudamérica.

 

Desarrollo del partido

Vasco da Gama se adueñó de las acciones en el inicio, sin embargo, antes de los 10 minutos, Carlos Verdugo desató la euforia de los miles de hinchas lilas al abrir la la cuenta tras un error del arquero Hélton,  quién  dio un rebote luego de un tiro libre de Cristián Montecinos.

En estos primeros instantes, nuestro protagonista, Romário, no tomaba mucho contacto con el balón y, cada vez que lo hacía, era asediado por más de un defensa lila, por lo que Euller, su compañero de ataque, se transformó en el valor más peligroso para el arquero penquista,  el experimentado Carlos Fernando Navarro Montoya.

Abrir la cuenta le permitió imponer sus términos a Deportes Concepción, equipo que tenía en Darwin ‘Jíbaro’ Pérez y Cristián Montecinos a sus mejores valores en ofensiva. Sin embargo, a los 20 minutos, Euller, en un arranque por la banda derecha, alcanzó la línea de fondo y sacó un centro para que Juninho, tras cabecear cerca del punto penal, dejara sin opciones al ex golero de Boca Juniors y pusiera la igualdad en el marcador.

Y así, igualados en el marcador y bajo una ovación de la parcialidad lila, se fueron al descanso. Digno papel de Deportes Concepción, que tuvo en tiros de larga distancia de Montecinos el principal factor de riesgo; mientras que en la visita, la velocidad de Euller resultaba difícil de frenar para Iván Cañete y el joven zaguero argentino Carlos Javier López.

¿Y Romário? Un opaco primer tiempo,  con poco contacto con el balón y retrasando continuamente su posición para poder entrar en juego, pero sin descollar ni desequilibrar.

FOTO ROMARIO BARCELONA
Crédito: Archivo Diario Marca, de España.

 

Segundo tiempo

En la segunda etapa, Vasco da Gama llevaría sus cargas hacia el arco sur, por lo que vería de más cerca a uno de mis ídolos futbolísticos de la adolescencia, aquel que fue figura en el Mundial jugado en Estados Unidos y que, además de sus grandes dotes con el balón, era conocido por su vida alocada, lo que le trajo problemas en varios de los clubes que le tocó defender.

Sin embargo, el fútbol no fue lo que captó mi atención en los primeros minutos, sino que un amago de incendio, en la parte baja de la tribuna oficial, que afortunadamente fue rápidamente apagado por voluntarios de Bomberos que se trasladaron hasta el lugar.

¿Y Romário? Sin involucrarse mucho en el juego, mientras Deportes Concepción buscaba el gol de la ventaja y Vasco da Gama se acomodaba en el campo de juego tras el descanso.

Avanzaba el partido y, pese a que el cuadro brasileño comenzaba a tomar el control de las acciones, ‘O Baixinho Infernal’ no entraba mucho en acción. Los visitantes apelaban a la velocidad de Euller y Juninho, ex jugador del Atlético Madrid, para inquietar a la defensa lila que no pasaba mayores zozobras ante sus rivales.

Hasta que llegó el minuto 19 de la segunda mitad. El elenco ‘vascaíno’ pudo romper la presión que ejercía el conjunto local, se asoció por la banda izquierda, Pedrinho recibió sin marca cerca del centro del área, desde donde sacó un remate arrastrado que se iba desviado, ante la mirada de Navarro Montoya y la pasividad de la línea defensiva local que pedía posición de adelanto, hasta que Romário se encargó de empujar el balón a las redes para decretar la ventaja de los visitantes.

El gol de uno de los mejores delanteros que había visto en televisión (coincidió con Iván Zamorano en España, cuando Megavisión transmitía dos partidos de la liga hispana cada fin de semana) me provocó cierta emoción que debí contener, ya que al no poder ver el match con  mi grupo de amigos de siempre -con quienes compartí en mis tiempos en el Colegio Salesiano y solía reunirme para alentar al elenco de mi ciudad-, no sabía cómo podrían reaccionar los desconocidos que se encontraban viendo el partido mí alrededor.

En el fútbol se acostumbra a decir que los grandes goleadores pueden pasar desapercibidos gran parte del tiempo, pero que cada vez que son requeridos aparecen para desatar la mayor alegría que este deporte entrega, el gol, y Romário, en este encuentro, hacía carne aquel viejo adagio del argot futbolero.

Después de la anotación de Romário el partido entró en un desorden generalizado y no hubo grandes chances de gol en ambas porterías. Deportes Concepción, con más ímpetu que fútbol, buscó el empate, siendo el histórico Cristián Montecinos su atacante más peligroso, mientras que Vasco da Gama esperaba replegado causar más daño a través del contraataque.

Finalmente, ya en los descuentos de la segunda etapa, el crack brasileño fue reemplazado por Dedé, y salió de la cancha resentido en uno de sus tobillos y entre las pifias del respetable, tal vez por el gol que marcó ante los lilas o, quizás, por su bajo rendimiento en la cancha, ya que estuvo ausente del juego la mayor parte del tiempo y, claramente, no respondió a las expectativas que se habían generado en torno a su presencia en Concepción.

Cuando el partido expiraba, un balonazo largo del arquero Hélton encontró al mundialista Viola, quien, tras un taquito magistral, habilitó a Juninho, el que ingresó solo al área y, con un fuertísimo remate de derecha, batió a Navarro Montoya para decretar el 3-1 con el que terminó el partido, demasiado castigo para el buen cotejo que realizó Deportes Concepción.

En resumen, fuimos a ver a Romário, pero terminamos presenciando la figura de Juninho, quién no por nada jugó en las mejores ligas de Europa y fue citado constantemente a la selección brasileña a finales de la década del 90.

Por antecedentes, se esperaba más de Vasco da Gama en este partido, sin embargo, no marcó grandes diferencias ante el cuadro lila, incluso las últimas tres amonestaciones del conjunto carioca fueron a jugadores que retardaron el reinicio del juego.

Siete días después se jugó la revancha en Sao Januario, en la que el conjunto ‘vascaíno’ derrotó por la cuenta mínima al ‘León de Collao’, con anotación nuevamente de la figura de esta llave, Juninho, asegurando, así,  su clasificación a cuartos de final de Copa Libertadores, donde caería eliminado inapelablemente por Boca Juniors, cuadro que a la postre se titularía campeón.

 

Deportes Concepción 1-3 Vasco da Gama

09/05/ 2001. Octavos de Final Copa Libertadores. Estadio Municipal de Concepción. Árbitro: Ubaldo Aquino, de Paraguay.

Deportes Concepción: Carlos Navarro Montoya; Marco Bautista, Jorge Torres, Javier López; Darwin Pérez (67’ Frank Lobos), Luis Aravena, Alexis Garrido, Iván Cañete (57’ Juan Carlos Ibáñez); Patricio Almendra; Cristián Montecinos, Carlos Verdugo. DT Fernando Cavalleri.

Vasco da Gama: Hélton; Clébson, Géder, Alexandre Torres, Jorginho Paulista; Paulo Miranda, Fabiano Eller, Pedrinho (73’ Viola); Juninho; Euller, Romário (90’+1’ Dedé). DT Joel Santana.

Goles: 9’ Carlos Verdugo (DCON); 20’ Juninho, cabezazo (VDG); 65’ Romário (VDG); 90’+6’ Juninho (VDG).

Tarjetas Amarillas: J. Torres, M. Bautista (DCON); Jorginho Paulista, Paulo Miranda, Juninho, Alexandre Torres, Hélton (VDG).

 

Fuentes:

  •  livefutbol.com.
  • Youtube.
  • Archivo personal.

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