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Guillermo ‘Yemo’ Díaz: Gloria de Santiago Wanderers y del fútbol chileno

Por Carlos Campos

El pasado 25 de septiembre se cumplieron 23 años del fallecimiento de Guillermo Eduardo Díaz Zambrano, recordado delantero de Santiago Wanderers y la Selección nacional de la década de los 50.

Don ‘Yemo’, como fue conocido en su trayectoria futbolística, desarrolló una destacada carrera, primero como jugador y luego como entrenador, con una profunda ligazón a Santiago Wanderers y a la ciudad de Valparaíso. 

En la que debe haber sido una de sus últimas entrevistas en vida, pudimos conocer de sus propias palabras, lo apasionado que era del fútbol.  

La entrevista

Corría el mes de febrero de 1996 y frecuentando las prácticas del plantel de Santiago Wanderers, que por ese entonces se realizaban en el complejo Expresos Viña de Reñaca Alto, nos llama de inmediato la atención un personaje de pelo cano, de frescura y vitalidad al hablar, que se pasea por los alrededores y que no muchos identifican.

Nos acercamos casi con vergüenza y respeto para salir de dudas. Nuestra intuición nos decía que era alguien importante, y no nos equivocábamos. Se trataba de uno de los más queridos y prestigiados jugadores que han vestido la divisa wanderina, el mismísimo Guillermo ‘Yemo’ Díaz Zambrano, aquel puntero izquierdo de rápido desplazamiento y habilidad, que deslumbró en el fútbol chileno entre finales de los años 40 e inicio de los 60.

Sin más preámbulo, lo abordamos para entrevistarlo, y su amabilidad y modestia nos sorprende. De partida nos dice: “Que quiere que le hable, si yo ya no juego, soy un viejo crack olvidado”. 

Pero volvemos a la carga. Casi por insistencia lo interpelamos a contar su historia, en un diálogo que a los pocos minutos, lo invade la amabilidad y la nostalgia: “Yo era de los que lloraba cuando perdía Wanderers. Vivía pendiente de sus jugadores, de los entrenamientos y de los resultados”, recuerda. 

Y así se va dando la conversación, abierta y espontánea: “A diferencia de estos tiempos, que llegar desde el fútbol amateur a integrar un cuadro profesional quizás era más fácil, porque no existían tantas divisiones menores y el seguimiento de jugadores se realizaba en los cerros y barrios de Valparaíso, Viña del Mar y en comunas interiores. De niño, jugaba por el Yelcho y el Gold Cross, que era un equipo del Colegio Seminario San Rafael. Siendo infantil pase a Wanderers, a jugar en el equipo juvenil junto a otros muchachos que con el tiempo llegaron al primer plano, como Francisco ‘Paco’ Molina, Reinaldo Coloma y Hugo Núñez, quien después jugó en Universidad de Chile, entre otros”.

Con nostalgia y emoción, recuerda su debut en 1948, ante River Plate de Argentina en el estadio Valparaíso, a sólo un año de haber sido ascendido por el técnico ‘Tito’ Velasco al cuadro de honor. Reconoce que su ascenso fue muy rápido en comparación a otros jugadores de la época: “Tuve mucha suerte, pero con los años que he vivido y sin ser vanidoso, creo que para esto nací. Desde muy pequeño, Dios me dio las condiciones innatas para el fútbol, las que supe aprovechar. Es así, que tras debutar a los 17 años, a los 18 ya estaba nominado a la Selección nacional, luego jugué un Mundial, algo que indudablemente tiene que haber sido gracias al factor suerte”.

Junto a él, se juntaron jugadores técnicamente exquisitos en el trato al balón que destacaron en el medio nacional, apreciación que el cano ex delantero reafirma: “Fue un hecho muy significativo. Veníamos de juveniles con Francisco ‘Paco’ Molina y llegamos a encontrarnos con el ‘Negro’ Fernando Campos, con el rosarino Enrique Valdebenítez, y con mi gran amigo de toda la vida, José ‘Peta’ Fernández, que se quedó viviendo en Viña del Mar (fallecido el 5/11/2009), con quien jugamos 13 años juntos, en Santiago Wanderers en Palestino y en la Selección. En 1949, esa era una delantera de oro como se nos llamó por aquellos años de esplendor. Me recuerdo que le hicimos 7-0 a Everton, en la mayor goleada que se ha dado en un clásico porteño a favor de Wanderers”, rememora con lucidez.

Su vitalidad para recordar es notable, llegando a la emoción cuando se le recuerda su paso por el fútbol español, siendo pionero para los jugadores chilenos que luego irían a la madre patria: “El año 1953 fui a España, al Real Zaragoza, por seis meses, y fui el primer futbolista chileno en jugar profesionalmente en la madre patria. Humildemente creo que, a pesar de mi corta estancia, sirvió para que posteriormente fueran otros grandes, como Andrés Prieto, Jaime Ramírez y mi amigo ‘Paco’ Molina, quien adoptó su doble nacionalidad, por ser hijo de españoles y se quedó por más tiempo”. 

Sin embargo, la nostalgia lo hizo regresar, pero regresando a jugar por Palestino. “La nostalgia, el cariño de la familia, los amigos, me hicieron volver. Además, que el fútbol de esa época en Chile se jugaba más por amor al arte que por dinero, y fue Palestino que en 1955 contrató a la dupla que formábamos con el ‘Peta’ Fernández, con tan buena suerte que fuimos campeones por primera vez con el cuadro de colonia y mi contrato se extendió por cinco largos años, en una institución de la que guardo muy buenos recuerdos”.

Los buenos años en Palestino lo consolidaron en la Selección nacional, donde destacó, incluso marcando goles importantes en torneos sudamericanos: “En ese tiempo escaseaban los punteros izquierdos con habilidad, desborde y que además marcaran goles. Afortunadamente en mi paso por Palestino conjugué esas tres facetas, y es así como se me abrió el camino en la Selección, asistiendo al Sudamericano de 1955 realizado en Chile; las Eliminatorias para el Mundial de 1958 en Suecia, al que desafortunadamente no concurrimos. Desde 1950, cuando fui al Mundial en Brasil, hasta casi finales de la década, vestí la roja de todos con orgullo y hombría”.

Al final, el cariño por Santiago Wanderers le hizo terminar su carrera de futbolista vistiendo la enseña verde, la misma que comenzó a lucir en sus años de adolescencia: “Luego de mi paso por Palestino, volví a Wanderers hasta 1963, para tentar suerte en Canadá, país en que no se me respetó el contrato en lo económico, lo que me hizo regresar nuevamente a Chile y por supuesto a Santiago Wanderers, en el que jugué hasta 1964, debido a una lesión al tendón de Aquiles, el que se cortó dos veces. Aunque pude seguir jugando, preferí iniciarme como director técnico, amparado en lo aprendido a través de los años de muchos buenos entrenadores que tuve. Fueron más de 20”.

¿De todos ellos, alguno que destacara sobre el resto? 

Destaco a José ‘Gallego’ Pérez, quien hizo mucho por mí y por todos aquellos jóvenes, que con condiciones para el fútbol, necesitaban el guía y el maestro para formarse, no sólo como futbolistas, sino como personas. Ejemplos hay muchos: Jorge Dubost, Reinaldo Coloma, Armando Tobar, Raúl Sánchez, Juan Olivares, Luis Acevedo, Elías Figueroa, etc. Hay otros que hicieron mucho por el fútbol, como el húngaro Francisco Platko, que en su tiempo revolucionó el fútbol chileno y al que nunca se le reconocieron sus méritos. Destaco también a Alejandro Scopelli, un extraordinario entrenador. Todos ellos me marcaron para mi labor de técnico, aunque uno siempre comete errores, sobre todo cuando se inicia y cree saberlas todas, apelando a la soberbia y perdiendo su humildad para con los demás”.

Así era este hombre de sienes canas, que al momento de resumirnos su historia de futbolista, tenía 65 años. Sincero, íntegro, amable, evocaba su pasado y el de Santiago Wanderers con la misma alegría y picardía con que desbordaba por el ala izquierda del ataque. Guillermo ‘Yemo’ Díaz, una gloria de siempre, que se mantiene en el recuerdo y en la historia del fútbol chileno. 

Trayectoria

Nacido el 29/12/1930 en el populoso cerro Playa Ancha de Valparaíso. Hijo de Eduardo Díaz y Rosa Zambrano, desde temprana edad destacó como un incisivo y habilidoso wing izquierdo en el campo amateur por el Club Deportivo Yelcho del cerro Merced, y en el equipo de Gold Cross del Seminario San Rafael.

Siendo infantil, en 1946 con sólo 15 años, pasó a las filas de Santiago Wanderers, donde que debutó por el primer equipo en un encuentro amistoso ante River Plate de Argentina en 1948. De ahí en adelante su avance al primer equipo fue vertiginoso. A punta de fintas, velocidad y goles por la banda izquierda, se constituyó en pieza insustituible en las delanteras del conjunto porteño. En 1949, formó parte de la denominada delantera de oro, junto a Fernando ‘Negro’ Campos, Enrique Valdebenítez y José ‘Peta’ Fernández, que obtuvo el vicecampeonato tras Universidad Católica.

Sus destacadas temporadas con la camiseta verde lo hicieron un recurrente en las nominaciones a la Selección nacional adulta, en la que debutó ante Bolivia en La Paz (26/02/1950) y le valieron su nominación al Mundial de Brasil 1950, jugando los encuentros ante España (0-2) e Inglaterra (0-2). Con anterioridad había disputado el Sudamericano Juventud de América 1949 en nuestro país.

Terminado 1952 le llega la oportunidad de emigrar al fútbol europeo, siendo el primer chileno en vestir la camiseta del Real Zaragoza de España, alcanzando a jugar en la Primera División española entre los meses de enero y abril de 1953. 

La nostalgia lo trae rápidamente de regreso a Santiago Wanderers, manteniendo sus condiciones intactas. Su notable carrera la prosigue en Palestino (1955-1960), entidad en la que alcanza el título de campeón de 1955, conformando el ala izquierda con su amigo José ‘Peta’ Fernández.

Lo anterior, lo ratifica en la Selección nacional, participando en el Sudamericano de Uruguay 1955; Panamericano en México 1956; Copa Pacífico 1953; Copa O’Higgins 1975 y la Eliminatorias al Mundial de Suecia 1958. 

Tras triunfar en Palestino, en 1961 parte al Montreal de Canadá, retornando a los pocos meses a Chile para cerrar su etapa de futbolista en Santiago Wanderers (1964), e iniciar la carrera de entrenador. 

 

 

Como D.T.

En esta nueva faceta, sus inicios fueron en 1963 en el Club Marcos Serrano de Tomé del torneo Regional Central. Entre 1964 y 1966 dirige al club Luis Cruz Martínez de Curicó en Segunda División. En 1967 asume por primera vez la banca de Santiago Wanderers en Primera División, y en 1968 va a Unión San Felipe. Luego por un largo período, estuvo en Universidad Católica (1969 a 1974) como ayudante técnico de José ‘Gallego’ Pérez y jefe de cadetes. En 1975 asciende a la máxima categoría por primera vez al modesto Deportes Ovalle, club en el que se mantiene hasta 1977. 

En 1978 logaría el ascenso con Santiago Wanderers en una campaña impecable, que lo coronó campeón de Segunda División, alcanzando a dirigir parte de 1979 en la división de honor.

De Valparaíso cambia de puerto y recala en San Antonio Unido, donde permaneció por tres temporadas. En 1981 dirigió a Deportes Cobresal, en 1982 nuevamente regresa a Santiago Wanderers, dirigiendo al equipo las temporadas 1984, 1985 y 1986, para luego hacerse cargo de la Unidad Técnica de la institución. Sus últimos años como entrenador los vive en Deportes Ovalle en Tercera División, concluyendo su periplo en 1991 en el banco de Provincial Osorno, retirándose de la actividad al ver resentida su salud.

En sus últimos años de vida, se radicó en Santiago, y se alejó del fútbol profesional, pero siempre añorando el puerto de Valparaíso y a su querido Santiago Wanderers. Falleció en Santiago el 25/09/1997, a la edad de 66 años.

 

Bibliografía y fuentes consultadas

– Revista Verde N° 1, primera edición, Club Santiago Wanderers, 1996

– Revista Estadio

– Diario La Estrella de Valparaíso

– Diario El Mercurio de Valparaíso

– www.partidosdelaroja.com

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