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Consecuencias deportivas de la ley Bosman en el fútbol

Por Diego Barrios
Antecedentes

Jean Marc Bosman fue un jugador que cambió la dinámica del fútbol para siempre. Nacido en Bélgica, en 1964, no tuvo una carrera muy destacada a nivel europeo, desarrollando su trayectoria en su país natal. Una vez terminado su contrato con el RFC Lieja, en 1990, llegó a un acuerdo con el USL Dunkerke, de la segunda división francesa, sin embargo, su club se negó a realizar el traspaso sin recibir una indemnización de parte del club francés. Bosman demandó a la liga belga, al RFC Lieja y a la UEFA (Unión Europea de Fútbol Asociado, en español) ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, con sede en Luxemburgo, porque dicha reglamentación transgredía el Tratado de Roma de 1957, el que establece la libre circulación de europeos dentro de la Unión Europea (UE).  El 15 de diciembre de 1995, el tribunal dictó sentencia, eliminando las indemnizaciones por traspasos y los cupos extranjeros a los ciudadanos de la UE.

Consecuencias

A partir de dicha sentencia y otras decisiones adoptadas por la UEFA, el fútbol cambió para siempre. En el continente europeo se potenciaron las ligas de las naciones económicamente más poderosas en el futbol, como España, Inglaterra, Alemania e Italia, debido a que pudieron contratar en mayor cantidad a los mejores jugadores del resto de Europa. Muchas ligas importantes en la década de los 80 y la primera mitad de los noventa, vieron partir muy jóvenes a sus figuras no pudiendo competir con las “cuatro grandes” a nivel europeo; incluso la liga francesa, considerada la segunda liga más competitiva por la UEFA en 1995, vio un éxodo de sus figuras tras esta sentencia, como Zinedine Zidane, quien emigró desde el Girondins Bordeaux a la Juventus (en 1996); Youri Djorkaeff, quien pasó del Paris Saint-Germain al Internazionale, de Milan (1996); y David Ginola, quien también dejó el PSG, pero con rumbo al Newcastle United, de Inglaterra (en 1995). Caso contrario ocurrió con la Premier League inglesa, que se encontraba en quinta posición en ese momento según el Coeficiente UEFA (medición del nivel de las ligas en Europa de acuerdo a su competitividad),  que reforzandosé con figuras extranjeras se transformó en una de las ligas más poderosas del mundo. Lo anterior queda de manifiesto con el primer título europeo de un club británico posterior a la Ley Bosman: la Recopa Europea (oficialmente Copa de Ganadores de Copa) obtenida por el Chelsea, en 1998, equipo que tenía en su escuadra titular a ocho jugadores extranjeros (un pionero en este ámbito dentro del futbol británico).

Para hacer más expreso lo expuesto anteriormente, los campeones de la Copa de Europa (llamada Liga de Campeones desde 1992) en los 10 años previos a la sentencia venían de siete países:

  • Italia (AC Milan, en 1989, 1990 y 1994).
  • Países Bajos (PSV Eindoven, en 1988, y Ajax, en 1995).
  • España (FC Barcelona, en 1992).
  • Francia (Olympique Marsella, en 1993).
  • Rumanía (Steua Bucarest, en 1986).
  • Portugal (FC Porto, 1987).
  • Yugoslavia (Estrella Roja, en 1991).

Posterior a la fecha de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, sólo el FC Porto, en 2004, pudo romper la hegemonía de las cuatro grandes ligas del viejo continente (España, Inglaterra, Italia y Alemania) en los últimos 25 años (1996-2020).

A nivel de selecciones, da la casualidad que de los últimos cuatro campeones mundiales, tres han sido selecciones de las cuatro grandes ligas europeas: Italia, en 2006 (cuya base era el AC Milan subcampeón de la Liga de Campeones de 2005); España, en 2010 (conformado principalmente por jugadores del FC Barcelona campeón de Liga de Campeones de 2009); y Alemania, en 2014 (conformado por la base del Bayern München campeón en 2013 de la Liga de Campeones). La excepción es Francia, que pudo ser campeón mundial en 2018, pero que en su equipo titular tenía a la mayoría de sus jugadores militando en La Liga (España) y la Premier League (Inglaterra). En los últimos cuatro mundiales de fútbol, Brasil, el mejor representante sudamericano a este nivel, sólo pudo llegar a semifinales en 2014 (torneo en que fue local y sufrió la peor goleada de su historia, 1-7 ante Alemania), mientras que Argentina, otro de los campeones mundiales de este lado del planeta, sólo pudo traspasar la barrera de los cuartos de final en el mismo campeonato de 2014, cuando perdió en la final ante los propios alemanes. Uruguay, por su parte, alcanzó el cuarto puesto en 2010, en Sudáfrica; es decir, apenas tres de los últimos 16 equipos semifinalistas del Mundial de Fútbol fueron sudamericanos, el resto, todos europeos.

La realidad en Chile y Sudamérica

En Sudamérica, los torneos nacionales han tenido una drástica caída en competitividad en comparación con Europa. Actualmente se ve casi imposible el nacimiento de un equipo como el São Paulo de Telê Santana, bicampeón intercontinental en 1992 y 1993. Para confirmar lo anterior debemos ver el desempeño de los diferentes equipos en la Copa Intercontinental, dominada por los equipos de la Conmebol hasta 1995, con 20 títulos contra 14 de los representantes de la UEFA.   Poster a la ley Bosman, sólo Boca Juniors, en 2000 y 2003, pudo quedarse con el trofeo, que se jugó hasta 2004. En cuanto al Mundial de Clubes, competición que en 2005 reemplazó a la Copa Intercontinental, sólo equipos brasileños pudieron ganarla en cuatro oportunidades, siendo ganadas las 11 restantes por elencos europeos,  siendo Corinthians, en 2012, el último team sudamericano en quedarse con el campeonato.

A nivel local, el impacto en el futbol chileno ha sido notable. Grandes jugadores locales animaban nuestra Primera División, e incluso se podía disponer de figuras extranjeras como Alberto Acosta, Néstor Gorosito, Sergio Fabián Vásquez, Marcelo Espina y Leonardo Rodríguez, todos seleccionados argentinos. La selección chilena que disputó el Mundial de Francia, en 1998, estaba conformada casi en su totalidad con futbolistas que disputaban el torneo local, salvo Iván Zamorano, que jugaba en el Inter de Milán, Marcelo Salas, de River Plate, y Fabián Estay, que militaba en el Toluca, de México.  Dicha situación dista en forma considerable con lo ocurrido en el año 2014, último Mundial disputado por Chile, en el cual sólo cinco integrantes del plantel jugaban en Chile: Cristopher Toselli, en Universidad Católica; José Rojas y Johnny Herrera, en Universidad de Chile; y José Pedro Fuenzalida y Esteban Paredes, en Colo-Colo. Incluso se daba el anecdótico caso de Mauricio Isla, quien aún, seis años después aún no ha jugado en profesionalmente en algún club chileno.

En la Primera División de España, por ejemplo, antes de la comentada ley Bosman, sólo 17 jugadores chilenos habían militado en clubes de aquella competición; mientras que desde 1996 son 30 los futbolistas chilenos que han probado suerte, con distinta fortuna, en cuadros de La Liga.

Cosa similar ocurre con la Premier Legue, de Inglaterra, donde los 13 chilenos que la han disputado lo han hecho desde la ‘sentencia Bosman’. Por su parte, en la Serie A, de Italia, sólo uno (Hugo Rubio) de los 33 futbolistas chilenos que jugó en ese torneo lo hizo antes de 1996; mientras que en la Bundesliga, al igual que en la Premier League, los ocho chilenos que pasaron por pastos alemanes lo hicieron tras el dictamen del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Conclusión

Hemos evidenciado que cada vez las diferencias entre las cuatro principales ligas europeas con las del resto del planeta se han acentuado. Este proceso ha marcado el desempeño de las selecciones nacionales en los últimos mundiales y cuyo responsable fue un jugador que, sin pensarlo, cambió el orden del tablero en el deporte rey.

Referencias

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