El año 1950, estuvo marcado por la euforia futbolera del Mundial que se realizó en el país de la samba Brasil, marcada por el Maracanazo y la sorpresiva derrota del local ante la garra charrúa uruguaya, que enmudeció a los 173.850 espectadores controlados (se presume cerca de 200.000 aficionados) en Río de Janeiro.
A 5.400 kilómetros al sur de Río de Janeiro, un mes antes del mundial, el martes 9 de mayo y entusiasmados por la fiebre futbolera, se reunía la Asociación de Fútbol de Punta Arenas con el cuerpo de delegados para entregar el listado de jugadores que previo informe del entrenador Alejandro Karelovic, relacionado con la asistencia a los entrenamientos, estado físico y rendimiento, realizarían la gira más grande de las que se tenga recuerdo de una selección de fútbol en Chile, cubriendo de punta a punta la angosta y estrecha franja de tierra, es decir desde el sur Punta Arenas hasta el norte de Arica, unidos por un balón de fútbol, una verdadera odisea jamás igualada y que en tiempo duraría un poco más de dos meses.
El recorrido fue auspiciado por el Departamento de Deportes del Estado, que dirigía el general Osvaldo Puccio y los componentes del Círculo de Cronistas Deportivos de Chile, cuyos personeros se encargaron de la organización y atenciones en las diferentes ciudades donde llegaría la delegación magallánica.
La ciudadanía se entusiasmó y apoyó la iniciativa organizando comités para reunir fondos que permitieran solventar los gastos de los seleccionados puntarenenses, por ejemplo, los señores José y Salvador Imperatore, que siempre se distinguieron por su altruismo en favor de los deportes de la ciudad, enviaron la suma de cinco mil pesos, como asimismo otras firmas comerciales, estancias, clubes deportivos y particulares que se suscribieron con mil pesos.
Un gasto que merece destacarse y que representa el espíritu de otros tiempos, es el que adoptó la Asociación de Ping Pong, que en esa época era tal vez la única entidad deportiva que no disponía de dinero ni para financiar las actividades internas de la institución, pero igual se las arreglaron para aportar doscientos pesos y una copa que sirviera de premio al goleador de la gira.
El entusiasmo por cooperar traspasó las fronteras y en la vecina ciudad argentina de Río Gallegos, los chilenos residentes, se movilizaron para hacer llegar a nuestra localidad su contribución económica, gesto que fue valorado y apreciado por los dirigentes e instituciones magallánicas.
Importante es resaltar que anterior a esta gira hubo varios equipos que viajaron de manera colectiva al norte del país; en atletismo fue invitada en diciembre de 1938 una delegación a la inauguración del Estadio Nacional en Santiago, integrando dicho equipo don Alejandro Andreuzzi (padre de Renato Andreuzzi ) actual socio de ASIFUCH).
En diciembre de 1946 el Deportivo Ferronave de la Liga Comercial de Fútbol, realizó una gira jugando en Puerto Montt, Castro, Puerto Varas, Valdivia y Temuco.
El último dato de una gira se desarrolló en octubre de 1949, cuando viajaron a Melipilla las selecciones de básquetbol de Punta Arenas y Puerto Natales, en el marco de los 25 años de la Federación Nacional de Básquetbol, pero ninguna gira de las nombradas anteriormente recorrería tantas ciudades y que permaneciera tanto tiempo fuera de nuestra región.
En el vapor “Alondra” se embarcaron el 8 de junio de 1950, rumbo a esta verdadera aventura, don Hermógenes Sandoval a cargo de la delegación, directivos Francisco Mijalic y Luis Luckachesky, Alejandro Karelovic director técnico, Alejandro Pesutic árbitro, Emir Valenzuela ayudante (premiado con el pasaje por el concurso de popularidad deportiva), Olegario Gómez y Pedro Bórquez periodistas, quedando la redacción deportiva a cargo de Marco Davison.
Los seleccionados que viajaron fueron los siguientes: Ricardo Mulatti, Antonio Dobronic, Belfor Diaz, Roberto Barrientos, Dimans Toledo, Héctor Cárdenas, Mario Urbina, Francisco Creps, Olegario Velásquez, Antonio Rispoli, Santiago Torrejón, Néstor Cárdenas, Daniel Galindo (papá de Mario Galindo exjugador de Colo-Colo), Wenceslao Weber, Rodolfo Bórquez, Hugolino Santana, Aurelio Santana, Luis Ojeda, Bernardino Ovando, Vicente Andrade y Pascual Fernández.
Si bien la gira contemplaba en un principio dos encuentros en Puerto Montt y Osorno, el director de Deportes Osvaldo Puccio quería que el debut del seleccionado fuera en Santiago, por lo que en Puerto Montt y Osorno pernoctaron solo una noche, en el Regimiento Sangra y Regimiento Arauco respectivamente, esas dos noches la delegación sufrió un ataque de los famosos “chinches”, insectos desconocidos en la tierra austral. En Puerto Montt, el delegado Luckachesky se levantó como sonámbulo gritando: ¡Los mataré! ¡Los mataré! Miraba bajo los catres y al capturar los insectos con aire triunfador, exclamaba: ¡Los encontré! ¡Los encontré! Se acostó sólo una vez que exterminó a todos los chinches.
El largo viaje en barco y luego en tren para llegar a Santiago, demoró trece días, arribando a la Estación Central el 21 de junio, si bien fue un trayecto difícil de ninguna manera influyó en el ánimo de los jugadores, quienes mantuvieron muy en alto el concepto de responsabilidad en esta gigantesca empresa deportiva que era admirada por los aficionados de Santiago y de provincias del sur y centro del país.
Al arribar la delegación fue objeto de especiales atenciones y la primera actividad fue reunirse con el director de Deportes, quien era gestor de cumplir el sueño anhelado por muchos años, de unir por primera vez en la historia deportiva de Chile, que puedan alternar deportivamente las ciudades de los dos extremos del país.
Nuestra delegación se alojó en el Estadio Nacional recibiendo la hospitalidad del Administrador Sr. Palma y los empleados que trabajan en el hoy Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos, por otra parte, son muchas las visitas que reciben los magallánicos, especialmente de los puntarenenses radicados en Santiago.
A su debido tiempo se hicieron presente en el Estadio Nacional varios de los directores del club deportivo de la Universidad Católica, en efecto, por acuerdo de la directiva diariamente recibieron cajones de frutas surtidas, colocando además a disposición los medios para que los jugadores se movilicen durante su estadía en Santiago.
Otro gesto recibido por la delegación llegó de manos del señor Trioni, representante de los principales teatros de la capital, quien libera entradas para nuestros jugadores y directivos a todas las salas que administra la empresa a su cargo.
El viernes 23 de junio al mediodía nuestra delegación rindió homenaje a Bernardo O´Higgins, depositando una corona de flores al pie del monumento del prócer en la avenida O´Higgins, a continuación, fueron recibidos por el ministro de Defensa, general Guillermo Barrios Tirado, para más tarde asistir al gran banquete ofrecido por don Ramón Benavides, en el local del club militar.
En lo deportivo, se programó el debut para el domingo 25 de junio en Peñaflor frente a uno de los mejores equipos amateurs de la zona central, el poderoso “Bata”, desde el Estadio Nacional viajaron en un microbús especial hasta dicha localidad.
En su debut en las canchas de las provincias de Santiago, el seleccionado de Punta Arenas venció al equipo local, teniendo un auspicioso debut y aun cuando en el primer tiempo solo empataba a uno, posteriormente hizo valer sus mejores condiciones, marcando dos nuevos goles, ganando de esta manera por tres goles contra uno.
El equipo austral formó con; Dobronic, Cárdenas, Diaz, Creps, Galindo, Torrejón, Andrade, Urbina, Bórquez, Ovando y Weber. La cuenta fue abierta a los 10 minutos de juego por el puntero izquierdo de la fábrica “Bata” Pozo, pero a los 28 minutos Daniel “mula” Galindo se encargó de igualar el partido.
A los 20 minutos del segundo tiempo el magallánico Bernardino “guata” Ovando anoto de penal, aumentando la ventaja a los 28 minutos Rodolfo “negro” Bórquez, marcando el último gol del encuentro.
Después de terminado el partido, el plantel puntarenense fue invitado por el equipo local a su sede para un aperitivo, posteriormente les fue ofrecido un almuerzo campestre, con asistencia de las autoridades de la región y altos jefes de la fábrica de zapatos Bata, la cual visitaron íntegramente conociendo que la fábrica ocupaba a cerca de 800 obreros, todos chilenos y que parte de la materia prima, para orgullo de los magallánicos, la proporcionaba la lejana provincia que enviaba cerca de 50 mil cueros de inmejorable calidad para los fines que se destinaban.
En su segundo partido amistoso el sábado 1 de julio, cumpliendo un magnífico desempeño el equipo de Punta Arenas empató frente a “Colo-Colo”, que alineó al mismo cuadro que unos días antes venció categóricamente a “Unión Española”.
Después de un juego intenso en el primer tiempo, el partido alcanzó momentos emocionantes en la etapa final. Las vallas de ambos elencos pasaron momentos de apremio, siendo perjudicado el equipo magallánico al no validar el árbitro Rivas de un autogol de Garrido ante un fuerte tiro de Antonio Rispoli.
En el cuadro austral el portero Antonio Dobronic fue la figura más alta del equipo, contando con una buena actuación además Belfor Diaz y Francisco Creps.
Si bien este partido estaba programado para el jueves 29 de junio, el pulpo profesional que no miraba y hoy no mira más allá que el problema monetario, se opuso a las pretensiones puntarenenses para jugar ese día con Colo-Colo, no autorizando a la entidad alba para actuar porque se realizaba en Santiago algunos partidos por la competencia de apertura “Copa Carlos Varela” situación que incluso los diarios locales no entendían y que con esa tinterillada se cerraban las puertas a los futbolistas magallánicos.
Por esa causa se jugó el sábado 1 de julio en el estadio de la “Universidad Católica”, fracasando de este modo el partido que se debía efectuar con Wanderers en Playa Ancha.
El lunes 3 de julio los seleccionados magallánicos se embarcan a las ocho de la noche desde la Estación Central para dirigirse en tren al norte de nuestro país, una verdadera aventura y recorrido con alto grado de sacrificio que además incluía el factor del calor al que poco acostumbrados estaban los hombres crecidos en el rigor del frío magallánico, el periplo implicaba recorrer en tren hasta Antofagasta, conociendo en carne propia el rigor del viaje, en donde la atención prestada por el Servicio de Ferrocarriles fue escasa en donde en Coquimbo por ejemplo se quitó el coche comedor viajando toda una tarde y noche sin tomar once ni comer, para colmo de males no había una bebida refrescante y ni el agua se conocía en el tren. Afortunadamente se viaja en tiempo de invierno y el calor, aunque sofocante para los magallánicos no era tan aplastante como en el verano.
Después de dos días y tres noches viajando sin ninguna comodidad, en la madrugada del miércoles 5 de julio llegó a Antofagasta. En la estación los esperaba un viejo conocido que trabajó en Punta Arenas, el teniente Clericus que los embarcó en 3 camiones del regimiento motorizado N° 5 de Antofagasta, viajando hasta dicho recinto militar, donde los esperaba un suculento desayuno, gesto que la delegación agradeció efusivamente.
Luego de permanecer durante todo el día en Antofagasta se embarcaron en un avión FACH hasta Arica, donde numeroso público aguardaba el arribo de la delegación la cual fue objeto de un cálido homenaje.
En la tarde del viernes 7 de julio se efectuó el partido que por primera vez unía alrededor de un balón a las dos ciudades más extremas de nuestro país, Arica por el norte y Punta Arenas por el sur.
Los equipos que saltaron a la cancha fueron por Arica; Molina, Godoy, Albarracín, Burgos, Cortes y Buch, Cisterna, Calderón, Pratti, Toro y Diaz. Por el cuadro de Punta Arenas; Dobronic, N. Cárdenas, Diaz, Torrejón, Galindo y Creps, H. Santana, Ovando, Bórquez, U. Santana y Weber.
De partida comenzó bien el cuadro austral, pero al paso de iniciar el encuentro los ariqueños comenzaron a controlar las acciones. Se empezaron a notar que los australes realizaban esfuerzos para acostumbrarse a jugar en una cancha a la que no estaban acostumbrados (las canchas del norte eran de pura tierra), por eso no fue sorpresa que los ariqueños se fueran al descanso por tres a cero con goles de Cortes, Cisterna y Calderón respectivamente.
En el segundo tiempo con más garra que fútbol los visitantes se fueron con todo en busca del gol y tanto machacar tuvieron su recompensa al convertir Olegario Velásquez (que entró por el “negro” Bórquez), el tanto del honor, pero el cuadro magallánico siguió buscando acercarse en el marcador, pero cuando faltaban pocos minutos para terminar el encuentro, un contragolpe de los ariqueños fue convertido por uno de los delanteros nortinos y finalizó el encuentro con un cuatro a uno, que si bien fue inobjetable, las diferencia es muy abultada en base a lo que sucedió en la cancha.
Al igual que en las otras ciudades nuestros seleccionados fueron agasajados con diferentes manifestaciones de cariño, antes de emprender nuevamente el viaje de retorno esta vez en la barcaza “Grumete Luciano Bolados” de la Armada, rumbo al puerto de Iquique, un viaje no exento de problemas donde más de la mitad de los seleccionados sufrieron mareos y vómitos hasta recalar en el histórico puerto de la Tierra de Campeones, alojándose en el regimiento “Dolores” recibiendo las mismas atenciones y muestras de afecto que en los recintos militares anteriores donde pernoctaron.
El domingo 9 de julio se enfrentaron en el estadio municipal al seleccionado local de Iquique que tenía pergaminos de sobra para ser un adversario de calidad, siendo varias veces campeón amateur, recinto iquiqueño los magallánicos entraron con la misma formación que enfrentó a Arica, salvo los cambios de Olegario Velásquez y Pascual Fernández que reemplazaron a Bórquez y U. Santana.
El equipo sureño entró decidido a mostrar toda la garra y ganas de dejar una buena impresión, convirtiendo al portero Ibáñez de Iquique en una de las figuras del encuentro, a nadie extrañó que en un avance gestado por Daniel Galindo tira al arco Mario Urbina rechazando muy corto el defensa iquiqueño Rivera para que entrará el rápido Pascualito Fernández para poner en ventaja a los magallánicos.
Este tanto da nuevos bríos al partido y los locales sintiendo la estocada, se fueron en busca del empate que llegaría a los 29 minutos por intermedio de Ortiz que recibe un centro de Peirano ex jugador de Magallanes de la capital, para irse al descanso empatados en uno.
El segundo tiempo presentó varias modificaciones, siendo la principal para el conjunto visitante la salida del portero Antonio Dobronic por lesión en el muslo entrando Mulatti, el partido desde un comienzo adquirió también un inusitado colorido, la rapidez de los locales era contrarrestada con el tesón de los puntarenenses quienes en uno de los ataques logran convertir el segundo gol, al aprovechar Urbina un tiro de córner de Weber.
No terminaban de festejar los sureños y el árbitro en una dudosa jugada cobra penal a favor del local, el tiro de los locales lo ejecuta Morales dejando el marcador igualado, pronto el cansancio y calor comenzaron a notarse en el equipo sureño, es así como en dos contragolpes rapidísimos del puntero izquierdo Gallegos que fueron aprovechados por el centrodelantero Cárcamo, dejando el marcador cuatro a dos a favor del local.
En los últimos diez minutos con más corazón que fútbol los magallánicos se fueron en busca del empate, logrando un descuento después del cabezazo de Weber que estrechó las cifras, ya casi sentenciado el marcador en la última jugada Ovando saca un tiro de distancia que pasó rozando el horizontal, terminando el partidazo con el marcador a favor del local por cuatro a tres, el pitazo final fue acompañado -al igual que en Arica- con un caluroso aplauso de los espectadores que supieron agradecer el esfuerzo realizado por el equipo puntarenense.
Pero la delegación tenía poco tiempo para pensar, zarpando a primera hora en la barcaza “Grumete Bolados” hacia Tocopilla donde empataron uno a uno con la selección local, marcando para los tocopillanos el puntero izquierdo Muñoz, empatando para Punta Arenas la mejor figura de la tarde Dimans Toledo.
Al término del partido compartieron una merienda para salir esa misma noche rumbo a la localidad salitrera de Pedro de Valdivia, donde actuarían frente a la selección pampeana.
Una vez instalados en el Norte Grande, la altura les jugó una mala pasada, en el primer tiempo la selección de Punta Arenas ganaba fácil y holgadamente por tres a cero, pero, en el segundo tiempo llegó el calvario, prácticamente el equipo no se podía movilizar en el campo de juego, cerebro y piernas no tenían coordinación, todo esfuerzo y sacrificio fueron inútiles, resultando vencedor el equipo de Pedro de Valdivia por cinco a tres.
Poco acostumbrados al calor en Pedro de Valdivia, el periodista Pedro Bórquez se colocó a la sombra de un puesto de venta de “mote con huesillos”, pidió un vaso, luego otro y otro. El calor hizo presa del periodista, que se quedó dormido. Al abrir los párpados vio que los jugadores regresaban del partido, uniéndose a la delegación con su sencillez característica y sin darle importancia al incidente.
De vuelta en Antofagasta antes de emprender el viaje de regreso a Santiago, la colonia croata por medio de su club deportivo Sokol, realizó una manifestación de afecto con los integrantes de la delegación magallánica que contaba con varios integrantes croatas como; Antonio Dobronic, Francisco Creps, Alejandro Karelovic, Alejandro Pesutic, Francisco Mijalic y Luis Luckachesky.
Lo mismo sucedió a su vuelta a Santiago, donde antes de viajar al sur, fueron invitados a la ciudad de Quilpué a recibir una manifestación de cariño por parte de los integrantes del Círculo de magallánicos en dicha ciudad, siendo recibidos con un cóctel de honor. En esta visita se hicieron gratos recuerdos de la tierra magallánica, pues todos los socios de dicho centro fueron antiguos residentes de Punta Arenas, que ofrecieron sus casas para alojar a la delegación, saliendo rumbo a Santiago en la mañana a primera hora.
Antes de emprender el viaje en tren rumbo a Osorno, la delegación agradeció las muestras de afecto y atenciones recibidas, especialmente del administrador del Estadio Nacional (lugar de alojamiento), sr. Palma, destacando las atenciones de la Srta. Teresa Urtubia encargada del comedor donde se servía la delegación, comprando un presente para dejarle de regalo como prueba de agradecimiento.
Ya instalados en Osorno la municipalidad colocó a disposición de la delegación una micro para que los visitantes viajaran a conocer el Salto de Pilmaiquén y junto con admirar la belleza turística visitaron la planta de Endesa, que suministra energía eléctrica a Osorno, Puerto Varas y Puerto Montt.
En lo deportivo empataron dos a dos con la selección de Osorno y luego en un partido con un público hostil poco característico en los encuentros en esta gira deportiva, le ganaron por la cuenta mínima a la selección de Puerto Varas, ya en el tramo final de la gira y antes de embarcarse en el vapor “Alondra” visitaron la base aérea la “Chamiza”, siendo gentilmente atendidos por el personal militar.
Después de viajar casi dos meses, la delegación magallánica vuelve los primeros días de agosto, sin saber que esta debe ser la gira más extensa realizada por una selección de fútbol amateurs, cubriendo el territorio nacional de punta a punta.