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La gran hazaña wanderina de ganar un clásico porteño “sin arquero”

Por Carlos Campos

Estadio Sausalito de Viña del Mar, domingo 26 de junio de 1966. Se juega la quinta fecha de la primera rueda del Torneo de Primera División de 1966, en la que se enfrentan los tradicionales rivales de Everton y Santiago Wanderers, protagonizando una nueva edición del clásico porteño, el que será recordado por mucho tiempo entre quienes fueron testigos presenciales de ese encuentro. 

Por entonces, el cuadro de Valparaíso aportaba algunos de sus jugadores a la selección nacional, dirigida por el técnico Luis ‘Zorro’ Álamos, quien había iniciado una gira de preparación por Europa para su participación en el Mundial de Inglaterra a jugarse ese mismo año. En dicha gira tomaban parte el arquero Juan Olivares Marambio y el joven defensa central Elías Figueroa Brander.
El técnico del elenco porteño, el argentino Donato Hernández Ucero, debió rearmar el equipo ante las ausencias obligadas de los seleccionados, en especial para suplir al experimentado y avezado golero. El meta argentino José Manuel Castro -suplente de Olivares- estaba agripado, sin poder recuperarse y solamente se contaba con el tercer portero, el joven Omar Aránguiz Carreño, quien debe asumir la titularidad.

En lo que sería un hecho inédito para la época, el locuaz y pintoresco entrenador argentino llevó al puntero izquierdo Reynaldo Hoffmann Vargas al banco como portero suplente, con tal mala fortuna que, a los 29 minutos de partido, el meta ‘titular’, Aránguiz, se lesionó, por lo que Hernández debió echar mano a Hoffmann, pero haciéndolo ingresar como delantero, reubicando -ante la sorpresa de todos- al atacante Aurelio ‘Toscano’ Vásquez Valenzuela como arquero. 

“Juan Olivares, el arquero titular de Wanderers, está con la Selección nacional en Europa, José M. Castro, el suplente, estaba en cama con gripe, Alberto Aránguiz, ‘el tercer hombre’, debió salir lesionado a los 29 minutos del primer tiempo. Donato Hernández había previsto esta contingencia e inscribió en la planilla como arquero reserva para el partido a Reynaldo Hoffmann, que es puntero izquierdo. El asunto tenía su explicación. Aurelio Vásquez, el titular en la punta izquierda, ha jugado al arco. Incluso en Audax Italiano, cuando no había cambios de guardavallas, ocupó el puesto y se condujo a entera satisfacción. Pues bien, cuando se produjo el accidente de Aránguiz, entró Hoffmann, y de inmediato el entrenador dispuso que cambiara tricota con Vásquez” (Revista Estadio N° 1.203, 30 de junio 1966). 

Aurelio Vásquez, el improvisado arquero del clásico porteño. 

(Foto: Revista Gol y Gol, junio 1966).

Los casi 14 mil espectadores (13.813 controlados) ven con asombro la extraña situación, la que trae consigo discusiones y reacciones encontradas, ya que, para algunos, aquello era una nueva astucia o avivada del técnico Donato Hernández para sacar ventajas sobre el clásico rival.

“Hubo agrias discusiones en la tribuna. Para muchos, Wanderers no había cambiado arquero, sino wing izquierdo, y eso no está permitido. Pero el director de turno aclaró las cosas, diciendo que tanto en el Congreso de Presidentes como después al refrendarse el acuerdo de la sustitución del portero, se habían contemplado casos como el que se presentaba en Sausalito y había quedado en claro que perfectamente podía procederse como lo hizo Wanderers. Después de todo, el entrenador tiene amplias facultades para utilizar a los once hombres que tiene en el campo como le parezca y convenga” (Revista Estadio N° 1.203, 30 de junio 1966).

Entonces, la hinchada de Everton se ilusiona con la posibilidad de lograr un abultado marcador a favor ante su tradicional rival, que presenta desde la media hora inicial de juego a un portero improvisado.

“Cosa de clásico, la nerviosidad que fue haciendo presa de los jugadores de Everton, y que fue en aumento a poco que Aurelio Vásquez empezó a atajar como quizás no lo hubiese conseguido ni el propio Aránguiz u otro arquero más experto. ‘¡Qué suerte!’, escuchamos muchas veces, cuando el improvisado meta desvió cabezazos muy bien colocados de Manuel Rojas o Begorre, o cuando cubrió el ángulo de tiro para algún potente remate de Véliz. Pero sucede que en todas las jugadas ‘Toscano’ Vásquez estuvo ahí, donde tenía que estar, y además salió bien, cortó bien los centros altos: lo hizo todo bien” (Revista Estadio N° 1.203, 30 junio 1966).

Con todo intentó Everton batir la valla wanderina, defendida por Aurelio Vásquez (Foto:Revista Estadio N° 1.203, 30 junio 1966).

 

Los delanteros de Everton hacen denodados esfuerzos por vulnerar la valla del improvisado arquero porteño, sin embargo, serían los dirigidos por Donato Hernández quienes abren la cuenta con la anotación de uno de sus ejes de ataque, Juan ‘Tanque’ Álvarez, a los 32 minutos de la primera etapa, tras un remate de Luis ‘Pochoco’ Acevedo que no pudo contener el meta viñamarino Adison ‘Gringo’ Aguilar.

Sorpresivamente Santiago Wanderers se pone en ventaja con el gol de Juan Álvarez (Foto: Revista Estadio N° 1.203, 30 junio de 1966).

 

“Cosa de clásico eso de que cuando Everton estaba mejor, cuando asfixiaba con su dominio intenso, con su juego aparentemente más dúctil, cuando había perdido tres o cuatro oportunidades de gol clarísimas, fuera Wanderers el que abriera la cuenta. Hasta podríamos decir que fue ‘un gol de clásico’. Una pelota  que remató de distancia Acevedo y que por fácil -iba a salir por el fondo- miró desaprensivamente la defensa evertoniana y nadie vio dónde surgía Juan Álvarez para tocarla encima del arco y alojarla en las mallas” (Revista Estadio N° 1.203,30 de junio 1966). 

Everton luchó por la paridad, la que consiguió a los 88 minutos, mediante lanzamiento penal a cargo de Daniel Escudero Pizarro, su sempiterno e histórico goleador (123 goles en Primera División). 

El improvisado arquero “Toscano” Vásquez, resultó ser un escollo insalvable para los delanteros viñamarinos. En la imagen, se arroja a los pies de Escudero (Foto: Revista Estadio N° 1.203,30 junio 1966).

 

Con el paso de los años, el delantero formado en Audax Italiano (1961-1965) ‘Toscano’ Vásquez, que vino a Santiago Wanderers por la temporada 1966, recordaba la singular anécdota de aquel clásico porteño en la sección ‘El Archivo de Chomsky’, del diario La Tercera: “En el Sausalito se lesionó el arquero Omar Aránguiz, de Santiago Wanderers, y me puse al arco. Atajé mucho, hasta que el ‘Negro’ Escudero me hizo el empate a los 87′, pero en los descuentos ganamos con gol del ‘Clavo’ Godoy” (El Deportivo, La Tercera, 6 de agosto 2018).

 

Hernán ‘Clavito’ Godoy  entra en escena

Otro de los jugadores que viviría intensamente ese clásico porteño, tal como ‘Toscano’ Vásquez, fue Hernán ‘Clavito’ Godoy, quien en el epílogo del encuentro se convertiría en protagonista estelar.

Al respecto, el fallecido exdelantero y exentrenador recordaba que “se venía la quinta fecha del campeonato, había que ir a Viña del Mar a enfrentarnos con el clásico rival. En la semana Donato nos preparaba para la contienda. La cual debía ser ganada de todas maneras. En esos días no contábamos con Juan Olivares, porque se encontraba en el extranjero con la Selección y era pieza clave del equipo. Camino a Viña nos preparábamos mentalmente para el clásico, un poco dubitativos a pesar de todo, ya que en esos tiempos era difícil ganar en el estadio El Tranque y al arco estaba el cabrito (Omar) Aránguiz”.

Pero lo de Santiago Wanderers estaba para hazaña. Se jugaban los minutos de descuento cuando, con una espectacular palomita, ‘Clavito’ Godoy estructuró el definitivo 2-1, lo que desató la locura entre la hinchada que acompañó a los verdes al Sausalito. 

“Cuando ya cerca de los 43 minutos Escudero consiguió la igualdad, se pensó que no habría más que decir. Era una lástima que ya al final hubiese perdido Wanderers lo que había defendido con tanto amor propio, pero no podía considerarse injusto. Y vino el resultado propio de clásico. En los descuentos Hernán Godoy estuvo atento para conectar un rechazo parcial del arquero viñamarino en un potente disparo del zaguero Herrera, que, como lo hizo toda la tarde, se había ido arriba, inclaudicable en su afán de triunfo” (Revista Estadio N° 1.203, 30 de junio 1966).

“Lancé un tiro libre y me acuerdo que el arquero de ellos se revolcó en el suelo y no pudo atajar la pelota, por lo que ´Clavito’ aprovechó la situación, y tras el rebote pegó un cabezazo que nos dio el gol del triunfo en el último minuto de ese partido”, recordaba Eduardo ‘Walo’ Herrera (La Estrella, de Valparaíso 20 de marzo 2025). 

Pero Hernán ‘Clavito’ Godoy, con su personalidad que lo caracterizó desde muy joven, en su alborozada celebración no halló mejor cosa que hacerlo con un carabinero que se sumó al festejo, tomando la gorra del uniformado policial, cuando la fuerza pública custodiaba el entorno de la cancha del reducto viñamarino. Aquella insólita situación la evoca su excompañero Reynaldo Hoffmann.

“Hizo el gol y corrió eufórico por lo importante del partido. En esa época alrededor de la cancha había carabineros, entonces, con toda la emoción, ‘Clavito’ le sacó la gorra a uno que estaba ahí cuidando el entorno, se la puso y siguió celebrando” (La Estrella de Valparaíso, 20 de marzo 2025).  

Con el paso del tiempo, ‘Clavito’ recordaba ese significativo gol: “‘Walo’ Herrera centra por su banda en los instantes finales, la pelota llega al área rival y convierto de cabeza el gol de la victoria porteña. El clásico era nuestro, al igual que las sonrisas”. 

También aclararía, en su peculiar estilo, la curiosa anécdota de la celebración señalando: “Recuerdo que camino al túnel hacia los camarines, ya celebrando la victoria, me encuentro con un carabinero, con quien en un súbito arrebato nos abrazamos y su gorra salió volando; la algarabía por el triunfo en los últimos minutos era total, así que nada importaba. En esos tiempos los ‘pacos’ eran milicos, milicos para sus cosas y tenían prohibido algo como esto, pero un festejo de Santiago Wanderers ante su clásico rival lo ameritaba. Días más tarde, caminando por la calle, un tipo de pelo corto me saluda.

– ‘Clavito, ¿cómo está?’, me dijo

– ‘¿Disculpa?’, no lo reconocí

– ‘Soy el paco del clásico’ 

– ‘Buena mijo, ¿cómo le ha ido?’ 

-‘Mal poh Clavito, me dieron de baja por lo del domingo, pero no importa, moriré siendo wanderino pase lo que pase’, me respondió” (www.eseaene.cl, 14 agosto 2012).  

Aquello había sido toda una hazaña.

Hernán “Clavito” Godoy anota el gol del triunfo y todos sus compañeros van en su busca para celebrarlo (Foto: Revista Gol y Gol, junio 1966).

 

‘Clavito’ y su paso por Santiago Wanderers

Hernán Humberto Godoy Véliz, nacido en San Félix, Alto del Carmen, región de Atacama, el 14 de mayo de 1941, comenzó su carrera en el Club Deportes La Serena, en el que destacó como goleador entre los años 1958-1965. 

Por sus condiciones y estilo llega la temporada 1966 a Santiago Wanderers, debutando el 15 de mayo de aquel año, en el Estadio Valparaíso, en la igualdad 2-2 ante Palestino, convirtiéndose en un impetuoso delantero, conformando un ataque de fortaleza física y goles junto a Juan ‘Tanque’ Álvarez, Ricardo ‘Gordo’ Cabrera, Eugenio ‘Pastelito’ Méndez, Reynaldo ‘Colorado Chico’ Hoffmann, más el brasileño Pedro Haroldo de Barros.

“Llegué a Valparaíso luego de que Elías Figueroa me recomendara, ya que, jugando contra él por Deportes La Serena, dijo que el delantero que más lo había hecho transpirar era Hernán Godoy. Compartí camarín con (Vicente) Cantatore, (Juan) ‘Pichi’ Becerra, Manuel Canelo, Haroldo de Barros, Juan Olivares, el ‘Negro’ (Hugo) López, ‘Pastelito’ (Eugenio) Méndez y tantos otros. Éramos guapos en casa y afuera, teníamos un estilo propio; reflejábamos  la garra del porteño, lo que quería el pescador, la gente sufrida de los cerros. Antiguamente, uno no se cambiaba de club como uno se cambia de ropa interior, porque uno se identificaba con el equipo”, declaraba hace unos años Godoy en un portal wanderino (www.eseaene.cl, 14 agosto 2012).

Una temporada le bastó a ‘Clavito’ para quedarse por siempre en la memoria y en el cariño de la afición wanderina, por su entrega y amor propio. Con la divisa verde marcó siete goles en el torneo oficial, sin ser titular a cabalidad. 

Ese año (1966), el club porteño alcanzó el tercer lugar del campeonato con 43 puntos, escoltando al campeón Universidad Católica (48) y al subcampeón Colo-Colo (44), quizás anticipando lo que acontecería dos años después.

Delantera 1966. Eugenio Méndez, Haroldo de Barros, Juan Álvarez, Hernán Godoy y Reynaldo Hoffmann (Foto: Revista Estadio N° 1.227).

 

Con el paso de los años, en su etapa de director técnico, fueron tres las oportunidades en que Hernán Godoy volvió a Valparaíso para dirigir al primer equipo de Santiago Wanderers. En 1988, en Segunda División, llega en busca de ascender, sin embargo, poniendo anticipadamente fin a su contrato, no consigue el objetivo.

En 1991, con el equipo en Primera División, sucede en el cargo al argentino Óscar ‘Cachín’ Blanco, entre las fechas 20 a 30, intentando salvarlo del descenso, lo que no consigue, dado el escaso puntaje  alcanzado por su antecesor.

Su tercera estadía en  Santiago Wanderers fue entre 2006 y 2007, en Primera División. En 2006 llega para el torneo de Apertura para suceder en el cargo a Mario Soto Benavides, manteniéndose  durante el Clausura, alcanzando el 8° lugar entre 19 equipos en la fase regular, siendo eliminado en repechaje, pero manteniendo la categoría al ubicarse en el 11° lugar de la tabla acumulada. 

En el torneo de Apertura 2007, el equipo ocupa el penúltimo (20°) lugar entre 21 equipos, por lo que ‘Clavito’ no continuaría al mando del plantel para el Clausura, instancia en la cual Santiago Wanderers termina descendiendo de categoría con Max Yuri Fernández Celedón en el banco técnico.

Aquella fue su última etapa en Santiago Wanderers, club al que siempre le guardó cariño y respeto. Hernán ‘Clavito’ Godoy falleció el miércoles 19 de marzo de 2025, a la edad de 83 años.  

En tanto, Aurelio ‘Toscano’ Vásquez, el otro héroe de esta historia, falleció el 3 de octubre de 2019, a los 76 años de edad.

EVERTON 1-2 SANTIAGO WANDERERS 

26/06/1966. 5a FECHA 1a RUEDA TORNEO OFICIAL PRIMERA DIVISIÓN 1966. Estadio Sausalito de Viña del Mar. Público: 13.813 espectadores.

Recaudación: E° 26.213,10

Árbitro: Jaime Amor.

EVERTON: Adison Aguilar; Lorenzo González, Pedro Álvarez, Daniel Sánchez, Reinaldo Gallardo; Nelson Vásquez, Manuel Rojas; Rodolfo Begorre, Manuel Núñez, Daniel Escudero y Leonardo Véliz. DT Daniel Torres.

SANTIAGO WANDERERS: Omar Aránguiz (Aurelio Vásquez); José Rodríguez, Manuel Canelo, Juan Díaz, Eduardo Herrera; Luis Acevedo, Haroldo de Barros; Eugenio Méndez, Juan Álvarez, Hernán Godoy y Aurelio Vásquez (Reynaldo Hoffmann). DT Donato Hernández.

Goles: 32’ Juan Álvarez (SW), 88’ Daniel Escudero, penal (EV), 90’ Hernán Godoy (SW).

Formación Santiago Wanderers 1966. Parados, desde la izquierda: José ‘Chorizo’ Rodríguez, Eduardo ‘Walo’ Herrera, Manuel Canelo, Omar Aránguiz, Juan Díaz y Luis ‘Pochoco’ Acevedo. Agachados, en el mismo orden: Eugenio ‘Pastelito’ Méndez, Haroldo de Barros, Juan ‘Tanque’ Álvarez, Hernán ‘Clavito’ Godoy y Aurelio ‘Toscano’ Vásquez (Foto: archivo Mundifut Chile).

 

Fuentes:

Revista Estadio N° 1.203, 30/06/1966; N° 1.227

Revista Gol y Gol, junio 1966

Diario La Estrella de Valparaíso, 20/03/2025

memoriawanderers.cl

Mundifut Chile (Instagram autor)

El Deportivo, la Tercera, agosto 2018

www.eseaene.cl

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