A 34 años del gol agónico de Caupolicán Escobar, que significó el primer título profesional para un club del sur austral de Chile.
El 26 de enero de 1991 Provincial Osorno escribió uno de los hitos más significativos de su historia. Esa tarde de sol en el césped natural del Parque Schott, un gol lleno de precisión por parte del delantero taurino Caupolicán Escobar le valió al elenco lechero su primera estrella en lo que actualmente se conoce como la Primera División “B”.
Es justo decir que este logro fue tomando peso real con el paso del tiempo, ya que en su momento la hinchada osornina tenía motivos de sobra para su efervescencia con el trofeo de Campeón del Ascenso del Sur, que permitía el acceso a la Primera División, un sueño anhelado desde la fundación del club, el 5 de junio de 1983, y que había sido particularmente esquivo.
Masivos festejos, celebraciones por semanas, plazas coloreadas con banderas de un vivo celeste. Así, efusivamente, la comunidad osornina recibió los logros de sus héroes deportivos de la campaña 1990. Crédito: Archivo Diario Austral de Osorno.
El hecho de que los rivales históricos de Provincial Osorno no hayan conseguido el título en sus respectivos primeros ascensos, le daba un plus que a los seguidores del Toro les encanta enrostrar a sus adversarios. Deportes Valdivia no pudo festejar ante Deportes La Serena en 1987, y Deportes Puerto Montt subió siete puntos detrás del cuadro granate en 1996, es más, si no le hubieran restado tres unidades a Cobresal por mala inscripción de un jugador los albiverdes habrían tenido que jugar su opción en la azarosa liguilla de promoción.
GÉNESIS DE UNA HAZAÑA
Si alguien hubiera apostado por quiénes serían los clubes que lograrían trepar desde la segunda serie del balompié criollo a Primera a mitad de 1990, con seguridad Provincial Osorno no habría estado entre los candidatos. Y no sería para reprochar nada, porque en el último de los campeonatos de Apertura de la Segunda División de la época la campaña de los “lecheros” fue deficiente, con apenas 4 triunfos, 10 empates y 8 derrotas, en sus 22 partidos disputados, con 28 goles a favor y 32 en contra, para un vergonzoso noveno puesto entre doce equipos de la Zona Sur.
El domingo 8 de julio y ante una pobrísima asistencia de 275 personas, Provincial Osorno caía en casa ante Lota Schwager por la cuenta mínima y cerraba así su participación en el Apertura. Muy lejos de lo que había exhibido un año antes en el torneo de arranque, donde actuaciones contundentes le habían permitido ser el único elenco de la “B” entre los seis finalistas de Copa Chile.
René Nannig Winkler, el presidente gestor de una temporada 1990 extraordinaria para Provincial Osorno. Crédito: Archivo Diario Austral de Osorno.
Pero el ‘Yemo’ Yávar sabía lo que hacía, y resistiendo los duros reproches de una hinchada siempre exigente, se la jugó por estrujar el Apertura para experimentar con todo el recurso humano del que disponía hasta llegar a una escuadra equilibrada, con históricos del club encabezados por José Manuel Muñoz, Leonel Barrientos, Carlos Llaitul, Gerhard Reiher y Guillermo Valle; con la zona de creación reforzada por Juan Jesús Monjes; el despliegue de marca enteramente como tarea del incansable Carlos Céspedes; un ataque robustecido por Eduardo Espinoza para sumarse a Javier Grandoli y Félix Silva, y en defensa se cambiaba la rusticidad de años anteriores por una dupla de centrales técnicos como Marcelo Gutiérrez y Eduardo Sepúlveda. A ellos se sumaban nombres donde no había puntos bajos, la mezcla perfecta entre experimentados que jugaban de memoria y jóvenes con ambición de abrirse camino en el fútbol profesional, todos fervientes creyentes de un técnico caracterizado por imponer disciplina dentro y fuera de la cancha.
LA RUTA DEL ÉXITO
Y ya con la página en blanco, se empezaba a escribir otra odisea de Provincial Osorno. Con 2.649 reencantados y valientes seguidores enfrentando la lluvia inclemente, el Parque Schott volvía a rugir el domingo 22 de julio de 1990, con goles del constructor de fútbol en los Toros, Leonel Barrientos, para un dulce 2-0 sobre Deportes Valdivia. El campeonato oficial partía con un triunfo en el “Clásico del Sur”, y el molde de las victorias en casa se repetía para un 3-0 con Deportes Lozapenco y Curicó Unido, pasando por un aplastante 10-0 sobre Deportes Linares, que por problemas internos había presentado un equipo alternativo en el ágora de Cochrane con Casanova.
Vendrían victorias sufridas en casa, como el 2-1 a Lota Schwager y el 1-0 a Deportes Colchagua, en la misma semana, y con el argentino Javier Grandoli como protagonista rompiendo redes. Si como visita el equipo aún no cosechaba resultados parecidos, ese patrón se rompería al cierre de la primera rueda, donde el ‘Vasco’ Espinoza marca el gol con que los ‘Toros’ vencen en Chillán a Ñublense, y con eso se quedan con el primer puesto de la tabla de posiciones.
Proveniente de Unión Española, Eduardo ‘Vasco’” Espinoza fue clave en la ofensiva de la escuadra del “Yemo” Yávar. Crédito: Archivo Diario Austral de Osorno.
El 14 de octubre, en un cerradisimo encuentro, ante 5.206 personas, el derby más austral del mundo parecía quedar en empate sin goles, hasta que el ariete lechero, rebautizado en radios locales de entonces como ‘San Grandoli’, con borde externo le cambia el lado al meta albiverde Alberto Torres en un penal lleno de precisión y limpieza, y en el minuto 66 decreta el 1-0 con que Provincial Osorno doblega a Deportes Puerto Montt, y la llama de la esperanza taurina sigue más encendida que nunca.
LIGUILLA AL TODO O NADA
Y tras ganar en un cotejo infartante 3-2 a Ñublense de local, con gol en los descuentos de Marcelo Gutiérrez con un cañonazo con efecto, a ras de suelo desde mitad de cancha, que adquirió una curva insospechada y se clavó en el poste más alejado de José Zamora, el guardián de los ‘Diablos Rojos’”, los ‘Toros’ entraban a la Liguilla de Ascenso en condición de punteros, con 22 partidos sumando ambas ruedas y un desglose de 13 victorias, 5 empates y 4 derrotas, con 40 goles convertidos y 17 recibidos.
Sin embargo, ya en tierra derecha parece trastabillar el Toro. Un decepcionante empate como local, sin goles y en un partido falto de chispa, ante Deportes Temuco, en casa, y el triunfo de Rangers por 1-0 en el Federico Schwager ante Lota, dejaban la punta de la tabla con un punto de distancia. La fecha siguiente, el 2 de diciembre de 1990, el Fiscal de Talca será un infierno para los ‘lecheros’, la lesión de Reiher provoca el ingreso del meta Leonardo Vinés, de descollante actuación, hasta que Cristián Montecinos termina por anotar el tanto con que Rangers gana y pasa a liderar la tabla, con 33 puntos, uno más que Osorno.
Los argentinos Javier Aníbal Grandoli y Carlos Alberto Céspedes fueron esenciales para la excelente temporada de los Toros. Crédito: Archivo Diario Austral de Osorno.
Ese golpe habría derrumbado a cualquiera, pero a Provincial Osorno le viene bien la emoción, el sacrificio y en esa amarga jornada el viejo bus taurino atravesaba la noche del Maule con un grupo de guerreros que maduraba la rabia, y que se juramentó no volver a sufrir otra derrota. Y cumplió… El miércoles 5 de diciembre empieza una racha de triunfos taurinos que consideraron el 1-0 a Lota Schwager y 2-1 a Deportes Colchagua, de local, y 1-0 a Ñublense y 3-1 a Deportes Temuco, de visitante. Con la baja de los delanteros, el poder de fuego osornino corrió por cuenta de los mediocampistas Leonel Barrientos y Carlos Céspedes, los defensores José Manuel Muñoz y Eduardo Sepúlveda, y los talentosos juveniles de casa, Víctor Monje y Christian Riadi.
TRIUNFO TRAMPOLÍN
Un sol radiante y aire puro eran el fondo que acompañaba el paisaje del domingo 30 de diciembre de 1990 en Osorno, centro de la entonces Décima Región de Los Lagos. La urbe sureña vive una jornada inolvidable en el Parque Schott, con 10.853 espectadores controlados para un partido que tiene un lugar especial en la memoria de los seguidores del Toro.
Rangers había solicitado a la A.N.F.P. árbitro de Primera División y máxima seguridad en el recinto osornino, y se le cumplía. El juez Iván Guerrero desempeñaría una correcta labor en un cotejo que incluso pudo haber tenido un desenlace adverso para los dueños de casa, cuando a los 21 minutos de juego Jaime Gaete desvió un penal frente al portero osornino Gerhard Reiher, tras eso los ‘Toros’” se acrecentaron y los del Piduco sintieron el peso de un público enfervorizado que nunca dejó de alentar a su oncena disminuida por las ausencias de los titulares Barrientos, Grandoli, Sepúlveda y Céspedes.
A los 33 minutos el delantero Caupolicán Escobar recibe una pelota de espalda al arco, gira y la clava arriba, al primer palo del arquero Víctor Ibarra, y como si se tratara de los efectos especiales de una película hollywoodense de las hermanas Wachowski, todo pareció ralentizarse mientras el Parque Schott expulsa desde sus añosas entrañas al cielo un dantesco, unificado e interminable grito de gol que se materializó en alegría incontenible en todo el territorio taurino, desde Paillaco hasta Puerto Varas.
El grupo humano que logró lo que parecía inalcanzable en esos tiempos. Arriba: Manuel Ibarra (utilero), Cristian Ramírez (utilero), Gerhard Reiher, Marcelo Flores, Eduardo Sepúlveda, Leonardo Vinés, Adolfo Baeza, Marcelo Gutiérrez, Guillermo Valle, Gerardo Manzanares (kinesiólogo) y Luis Soriano (paramédico). Medio: José Manuel Muñoz, Adolfo Yávar (preparador físico), Andrés Díaz, Carlos Céspedes, Eduardo Espinoza, Juan Jesús Monjes, Félix Silva, Guillermo Yávar (entrenador) y Javier Grandoli. Abajo: Víctor Monje, Eladio Villablanca, Leonel Barrientos, Patricio Arancibia, Christian Riadi, Caupolicán Escobar, Carlos Llaitul y Hugo Vera. Crédito: Archivo Diario Austral de Osorno.
¿El resto? Osorno volcado en ataque, con dos tiros en los postes del arco de Rangers, que, tras el pitazo final, se iba de regreso al Maule con tres puntos menos que el ‘Provi’ en la tabla. La carrera por el ascenso directo del sur estaba decretada, tras ganarle a Lota en el Federico Schwager por 3-1, los “lecheros” sacaban un medido empate en San Fernando, ante Deportes Colchagua, pero era suficiente, considerando que Deportes Temuco sorprendía a Rangers con un 4-2, y a falta de una fecha la escuadra de Guillermo Yávar daba la vuelta olímpica, que repetiría en casa y con la copa de campeón del sur, sellando en el Parque Schott con un 3-0 ante Ñublense el que había sido un campañón: 20 victorias, 7 empates y apenas 5 derrotas, con 54 goles a favor y tan solamente 21 en contra.
EL PRIMER TÍTULO
Con mesurada alegría se vivió en la ciudad del Rahue, el empate 0-0 conseguido el sábado 19 de enero de 1991 en el estadio “Francisco Sánchez Rumoroso” de Coquimbo, a sabiendas de que se había logrado resistir el asedio de un elenco extremadamente peligroso e impredecible, como lo era el Coquimbo Unido de José Sulantay, pero que quedaba todavía el partido de vuelta.
En los jardines de una residencial descansaban los jugadores del plantel sureño, producto de no haber vacantes en los hoteles de la zona en plena época estival, según revelaría Leonel Barrientos para el live del Instagram de la plataforma de análisis deportivo ‘Todos por el Provi’ recién hace unos pocos días. Asunto que refrenda su compañero en la creación, Juan Jesús Monjes: “Era la humildad de nuestro grupo, todos convencidos de que teníamos que buscar el triunfo en las condiciones que sean. Nunca nos agrandamos, nunca tratamos mal a nadie y eso fue clave en el logro, el tener cariño y respeto por las personas antes que nada”.
En casa, quedaba el último partido, un extra, pero con la tarea primordial -el pase a Primera División- ya realizada. Y Coquimbo Unido sería lo esperado, en un cotejo trabado, mayoritariamente disputado en medio terreno, con despliegue constante de piezas, entre Yávar y Sulantay no se sacaban ventajas en el tablero de césped natural del Parque Schott, hasta que el hombre de los goles trascendentales, Caupolicán Escobar saca un remate picante que pasa justo entre el último defensa y el arquero, la pelota remolinea en la malla y casi 8 mil almas vuelven a estallar en éxtasis.
El momento exacto de la anotación de Escobar, para la conquista del primer título del Ascenso de los Toros. Crédito: Archivo Diario Austral de Osorno.
La celeste del Chaurakawin -definición territorial asignada a Osorno y alrededores desde la visión cultural mapuche huilliche- volvía a ser defendida con honor por sus combatientes ese sábado 26 de enero de 1991; el título del Ascenso era para Provincial Osorno, la primera de tres estrellas de plata hasta la fecha, en 41 años de historia, y la única lograda con calidad de invicto como dueño de casa.
PROVINCIAL OSORNO 1-0 COQUIMBO UNIDO
26/01/1991 Estadio Parque Schott de Osorno Público: 7.575 Recaudación: $ 4.190.350 Árbitro: Jorge Massardo
PROVINCIAL OSORNO: Gerhard Reiher; Christian Riadi (71’ Víctor Monje), Eduardo Sepúlveda, Marcelo Gutiérrez, José Manuel Muñoz, Adolfo Baeza, Leonel Barrientos, Juan Jesús Monjes, Félix Silva (62’ Caupolicán Escobar), Carlos Céspedes y Eduardo Espinoza. DT: Guillermo Yávar.
COQUIMBO UNIDO: Rolando Rivera; Javier Toledo, Jaime Muñoz (62’ Eugenio Julio), Daniel López, Sergio Rivero, Roberto Barraza, Orlando Mondaca, José Miguel Álvarez, Juan Carlos Araya (59’ Eladio Ocaranza), Ariel Fabbiani y Álvaro Vergara. DT: José Sulantay.
GOL: 91’ Caupolicán Escobar (1-0).
La calidad de las personas y la sólida unidad de equipo siempre han caracterizado a los planteles taurinos. Los campeones del Ascenso de 1990 se siguen reuniendo, la camaradería y los recuerdos mantienen vivo el espíritu que los llevó a grabar sus nombres en la historia del fútbol chileno.
Referencias:
- Diario Austral de Osorno
- Revista Minuto 90.
- Todos por el Provi (Instagram).
- Recuerdo Toros (Fotolog).
- Todos Toros (Blog).