La construcción de la identidad colectiva posee componentes espontáneos y otros que son impuestos conscientemente, con la finalidad de aportar al colectivo con elementos que la robustezcan. Estos elementos generan mayor o menor sentido de pertenencia en los integrantes de la comunidad.
En el caso del fútbol, el himno y la insignia son tal vez los elementos identitarios más relevantes de un club. En algunos casos son el único patrimonio que poseen los clubes, los cuales, sumados a la historia común de derrotas, triunfos, ídolos e hitos relevantes, permiten dar mayor robustez a la identidad colectiva.
En el caso de Ñublense, su himno es conocido por todas y todos sus hinchas. No obstante, es una composición relativamente reciente comparada con los 105 años que hoy cumple el club, pues data del 2004. Pero ¿tuvo Ñublense antes otro himno? Parece casi obvio para una institución que nació con el siglo XX.
El primer himno: La canción del Ñublense
Hasta 2016, cuando Ñublense cumplió 100 años de vida, lo poco y nada que se sabía del himno antiguo de Ñublense, era lo que consignaba Sarah Cortés (2013) en su investigación de pregrado “Los Rediablos: identidad y legitimidad 2006-2012”, donde hace alusión al antiguo himno citando una reseña periodística: “En su larga historia, la institución ha tenido dos himnos oficiales, siendo el primero de ellos uno que se refería a los socios del club, y que tenía como fin incentivar a la hinchada. En ella se nombraban a los primeros dirigentes que tuvo el club, y que formaron el Liceo-Ñublense como Gabriel Fagnilli y Carlos Godoy” (p 19). De su letra y melodía nada se conocía, pues aquella pieza musical ya no se utilizaba, y solo quedaba recurrir a la poco confiable, pero relevante, tradición oral de quienes vivieron la era amateur del club y los primeros años en el profesionalismo, cuando dejó de entonarse en ceremonias oficiales, desapareciendo además gradualmente de las tertulias informales.
En una entrevista con Carlos Flores (7 de julio de 2017), hijo del concesionario del Restaurant Ñublense, popular en la década del ’50, y que tuviera vida hasta inicios de este milenio bajo su dirección, sacó a colación la existencia de aquel himno oficial, pero que era cantado por los socios en actividades solemnes, pero sobre todo en actividades más coloquiales, y que era conocida a secas como “La canción del Ñublense”. Lamentablemente no recordaba la letra ni la melodía.
Días después, tras una entrevista en Temuco, ya con la grabadora apagada, Eduardo Cortázar (9 de julio de 2017), ex liceano, ex jugador y ex entrenador de Ñublense, al ver una fotografía de Héctor ‘Chorizo’ Carrasco, lo recuerda en reuniones coloquiales post partidos con su padre Roberto Cortázar, destacado jugador y dirigente de la era amateur del club, desclasificando que hacían el tercer tiempo a escasos metros del estadio, en su casa de avenida Palermo, donde al calor de los mostos de la zona entonaban la canción del Ñublense.
Don Eduardo Cortázar fue un gran mediocampista y excelente director técnico, pero su memoria musical le falló y no recordó íntegramente la letra. No obstante, derivó la curiosidad a don Jorge Ainardi Cament, destacado ex dirigente diablo entre las décadas del ‘50 y ‘70. Él entrega la letra y melodía de la canción del Ñublense al ex seleccionado nacional, quien la cantó con la letra y melodía original.
Más tarde, el mismo Jorge Ainardi entregaría más detalles en una entrevista del 22 de febrero de 2018. El ex secretario del club agrega: “Se hacía mención a destacados ex jugadores y que luego fueron dirigentes, como Humberto Fagnilli, Carlos Riquelme y Carlos Godoy, arquero desde los primeros años del Liceo FC”, dejando en claro que la pieza musical existía a lo menos desde la década del ’30, develando coincidencias con la versión de Eduardo Cortázar sobre la infaltable presencia en las reuniones de amigos: “La canción del Ñublense la conozco desde que tengo memoria. Cuando ya teníamos tres copas en la cabeza, nos poníamos a cantarla”.
Con el paso de los años, confesó Jorge Ainardi, los nombres que se mencionaban fueron cambiando, y, por ejemplo, en vez de Riquelme se mencionaba a Roberto Cortázar, quedando el verso: “Un Fagnilli, un Cortázar y un Godoy”, dependiendo de a quien se quisiera agasajar.
Alejandro Escobar, médico de Ñublense de fines de la década del ’70 e hijo de José Escobar, jugador de Ñublense en los años ’40, en una entrevista del 28 de julio de 2021 comenzó a tararear parte de la letra y melodía de la canción del Ñublense, evocando los recuerdos cuando acompañaba a su padre a todos sus partidos y coincidiendo en lo dicho por Cortázar y Ainardi: “Era una canción que se cantaba no en instancias solemnes, sino en actividades de jolgorio. Recuerdo haberla escuchado en los viajes cuando acompañaba a mi padre a jugar a Talca y otras ciudades cercanas”.
Si bien los relatos más recurrentes hablan de su uso coloquial, también era entonado en celebraciones oficiales, como los aniversarios del club. Así se da cuenta en el diario La Discusión del 2 de septiembre de 1936, cuando en la cena de cierre del mes de aniversario, donde luego de premiar a numerosos deportistas de las distintas ramas y tras un discurso del destacado atleta Luis Véjar, “por todos los asistentes fue cantada la canción del club” (p. 7).
En su letra, la canción del Ñublense hace referencia al apoyo masivo y popular de la institución, al apodo ‘diablos rojos’ que tempranamente adoptó y es una alegoría y, al mismo tiempo, una arenga al espíritu triunfador del club, que en la época amateur fue, junto con el Unión, una de las escuadras más ganadoras de la Asociación de Fútbol de Chillán. Reconoce en sus versos, además, a las generaciones pasadas que dieron los primeros pasos en la vida institucional y los primeros títulos a la tienda roja. Tal vez, lo más significativo es aquella reivindicación a la figura de los socios del club, sacando a relucir en el primer verso del himno una figura asociativa que hoy se encuentra muy lejana, siendo reemplazada por el abonado, un mero consumidor de un espectáculo con derecho a una entrada rebajada.
En 2020, en el marco de los proyectos Arte y Creatividad en Casa de la SEREMI de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de la Región del Ñuble, se realizó un trabajo audiovisual titulado “Rescate histórico de la canción del Ñublense”, dirigido por Nicolás Zapata, donde se narra parte de la investigación que permitió rescatar la canción del Ñublense, y se reversiona una interpretación muy fiel a los relatos de los informantes, en la voz y piano de Sebastián Arriagada. Este trabajo fue patrocinado por el Movimiento Autónomo Ñublenses de Esfuerzo y Valor (MAÑEV) y Activa Cultura Ñuble, y tuvo la finalidad de volver a poner en escena esta pieza musical que estaba destinada a desaparecer poco a poco, a medida que quienes lo cantaron alguna vez fueran dejando este mundo.
La Canción del Ñublense
Somos socios de Ñublense,
Popular institución,
Y nos llaman diablos rojos
Con justicia y con razón.
Diablos rojos, guardia vieja,
Un Fagnilli, un Riquelme y un Godoy.
Ellos fueron los primeros
Que han servido con cariño hasta hoy.
Cuando entran a la cancha
Nuestros bravos a jugar,
Ya tenemos la esperanza
Que el partido han de ganar.
Diablos rojos, guardia vieja,
Un Fagnilli, un Riquelme y un Godoy.
Ellos fueron los primeros
Que han servido con cariño hasta hoy.
Las cumbias que ocuparon el lugar vacío del himno
Ñublense vencía 1-0 a O’Higgins de Rancagua el 21/11/1976, con gol de cabeza de Sergio Pérez en la penúltima fecha del torneo de la entonces Segunda División, y se consagraba campeón, lo que le significaba subir a Primera División, logro inédito en su historia hasta ahí, tras 18 temporadas en el ascenso.
Inmediatamente en Santiago la industria disquera comenzó a moverse, es así como Máximo Clavería, un periodista radial de deportes con recorrido en el fútbol, que se había iniciado como relator deportivo y, por entonces, conducía el programa “Siga la Polla Gol” en radio Portales (Jerez, S. 1977), junto con el dueño del sello Vía Music y colega en la radiofonía, Patricio Fontirroig, comenzaron a dar forma al disco single.
Clavería tenía la experiencia de haber realizado un disco con la campaña de la Universidad Católica el año anterior, cuando se consagraron campeones de la Segunda División, por lo que le fue más fácil concretar la idea. Para ello inició la tarea de buscar un músico que creara una canción, y el elegido fue Leonardo Núñez Guerrero, un trompetista destacado en el espectáculo que pasó por la Sonora Los Caribes, la Sonora Palacios y que en aquel momento era trompetista del grupo de baladas románticas Los Galos, de los cuales hasta el día de hoy forma parte. También ha sido parte de la Sonora de Tommy Rey.
Durante su carrera, ‘Leo’ Núñez ha compuesto numerosas y famosas cumbias para distintas agrupaciones: Rumba 8, La Sonora de Tommy Rey y la Sonora Palacios entre otras, y muchas de sus composiciones forman parte de nuestra inconsciente discoteca personal, como Cumbia para adormecerte, popularizada por la Sonora Palacios, y Perdóname los celos, interpretada originalmente por Los Galos, pero que cuenta con varias versiones en toda Iberoamérica. Tal vez su rol más icónico, aunque en el anonimato, lo desempeñó durante más de 32 años, bajo una capucha negra y utilizando su fiel trompeta, ya que entre 1980 y 2013 personificó al “Chacal de la Trompeta” en Sábados Gigantes.
Pero el fútbol no es una casualidad en su repertorio musical. Núñez se confiesa fanático del fútbol, y en una entrevista realizada el 5 de agosto de 2021 rememora su niñez en un internado de Playa Ancha, Valparaíso, donde el premio por portarse bien era ir de pasapelotas a los partidos de Santiago Wanderers, sorprendiéndose por cómo volaba René Quitral. Evoca también su juventud, cuando volvió a su tierra natal y estuvo en Unión San Felipe, club de sus amores. Pero, según él mismo confiesa: “La vida de músico y el fútbol no eran compatibles”. Hasta realizó cursos de director técnico y de árbitro, ejerciendo ad honorem en algunas escuelas de Magallanes y Audax Italiano en algún momento de su vida.
No fue casualidad que Leonardo Núñez participara de este proyecto. Recuerda cómo se gestó, no sin antes hacer una importante acotación: “¿Me vas a creer que no tengo ninguna copia de ese disco? Me acuerdo del coro de la cumbia nomás: Lo prometimos, lo prometimos…”.
Quien diera vida al “Chacal de la Trompeta” rememora: “Yo trabajaba con Patricio Fontirroig, quien era muy amigo de Máximo Clavería, y cuando a Máximo se le ocurrió que Ñublense debía tener algo, habló con Patricio, y como era el director artístico del sello Vía Music, nos presenta y nos cuenta la idea de hacer una canción alegre, una cumbia. Entonces me pide que la hiciera. En un principio era una sola cumbia, pero había que poner algo por el otro lado, e hice la canción donde nombrábamos a todos los jugadores”. Todo el trabajo asegura que logró darle música y letra rápidamente: “Me hablaron un día viernes y el martes ya tenía la (primera) cumbia hecha. Cuando presenté el primer tema, el ‘lo prometimos’, me preguntan ¿qué ponemos al otro lado? Bueno, nombremos el plantel -les dije-, y me dieron la lista de todo el plantel, y en base a esa lista se hizo la segunda cumbia”.
En su periplo en los largos años que vivió entre Santiago y Miami, Leonardo Núñez recuerda que, en una ocasión, en actividades recreativas que tenía con la colonia de chilenos residentes, conversando con un futbolista retirado supo que era integrante de aquel plantel de 1976. “Solo recuerdo que se llamaba Hugo”, comenta, agregando que se presentó ante él como el creador de aquellas cumbias (N. de la R.: El único jugador con ese nombre en aquel plantel era Hugo Cisternas).
Además de estar a cargo de los arreglos, la dirección y la composición de los temas, en los estudios de grabación ‘Leo’ fue trompetista de la Sonora Caravana, agrupación a cargo de la interpretación N. de la R.: aunque en el disco se lee Fontirroig-Villagra y su agrupación). El encargado de darle voz a la letra fue Fabián Ayala, y el sello que produjo el disco fue Vía Music, de propiedad de Patricio Fontirroig. En la portada el disco muestra la insignia del club, y en la parte trasera, la fotografía del plantel formando una Ñ, obra de Jaime Bascur con la leyenda “Todo Ñuble con Ñublense”.
Al ser consultado por el pago por aquel trabajo, el trompetista de Los Galos confidencia: “La verdad con esto que le hice a Ñublense no vi ni un peso, porque fue más por amistad con Fontirroig y Máximo Clavería. Lo único que me regalaron fue cuatro discos como recuerdo, porque se hizo más por cariño.” Pero ¿Fue esta una iniciativa encargada por el club? Según explica Núñez: “Máximo y Patricio lo hicieron por su cuenta para vender discos, a Ñublense simplemente le vendieron una cantidad de discos que el club revendió”, por supuesto con un margen para hacer ingresar algo a las siempre raquíticas arcas.
A partir de entonces, las cumbias de ese disco fueron lo más parecido a un himno que tuvo Ñublense, no en su métrica, melodía ni estructura, pero sí en su uso espontáneo como una canción que hacía sentir a hinchas, jugadores y dirigentes, parte de un mismo todo. Cada vez que se logró algo, resonaban los bronces con el inconfundible barrido de la aguja sobre el vinilo de fondo. Así lo recuerdan, por ejemplo, los jugadores que se consagraron campeones de Tercera División en 1992, y las radios contribuyeron en cada logro a reflotar estas canciones que son parte del inconsciente colectivo de todo hincha de Ñublense. Ocurrió en 2004, 2006, 2012 y también en el reciente ascenso de 2020, y en cada aniversario del club es parte del rito de celebración el escucharlas.
Pasta de campeones
Ahí va… para los campeones
Lo prometimos, lo prometimos
Los de Ñublense por fin subimos (bis)
Esos diablos rojos que allá en la cancha son un ciclón
Son los de Ñublense, reflejos de la Octava Región
Llevan en sus mentes solo una meta, la de triunfar
Siguen el ejemplo de Claudio Arrau y Ramón Vinay
Lo prometimos, lo prometimos… (bis)
Recorriendo Chile, por las provincias luchando van
Trayendo victorias, trayendo puntos pa’ campeonar
Si juegan en casa, una gran goleada regalarán
Si O’Higgins viviera, no faltaría al Municipal.
Lo prometimos, lo prometimos… (bis)
Cumbia al Ñublense
¡Ñublense! (bis)
Quienes son esos diablos rojos
Que siempre luchando van
Son los diablos de Ñublense
Son de Ñuble y de Chillán
Con Muñoz y González, Cerendero y Rojas,
Con Pérez y San Juan, defendiendo van,
El ‘Pinina’ Andrade, ‘Larita’ y Marín,
Iturra y Herrera, luchando hasta el fin.
Abayay le pega, Óscar Muñoz y Lugo,
Ávila y Ulloa, le sacarán el jugo
Quiénes son esos diablos rojos… (bis)
Contreras no se achica, hay que meter la suela
Lo acompaña Cisternas, Gutiérrez, Valenzuela,
También Sergio Pérez, recibió un golazo,
Con la cara roja, se mandó un golazo,
‘Cabecita de oro’, le llaman a Ulloa,
Porque a Magallanes le dejó la escoba
Quienes son esos diablos rojos… (bis)
El concurso que dio origen al nuevo himno
El año en que Ñublense volvió al fútbol profesional, la temporada 2004, el directorio del club realizó un concurso para dotar a Ñublense de un himno. Es así como en aquel concurso anunciado por la prensa, se presentaron varios prospectos con la intención de ser elegidos como el emblema del club. Entre los participantes se encontraban, por ejemplo, René Rubio, que presentó una composición con el profesor de música de la Escuela México, León Ortíz, fallecido posteriormente en el maremoto del 27 de febrero de 2010 en Dichato, además del folclorista Luis Gómez y el músico, escritor y dramaturgo Jaime Díaz. Difícil conocer a todos los que fueron parte de este hito, pues ante el jurado compuesto por siete integrantes, debía entregarse la composición bajo un seudónimo que permitiera a los encargados elegir a la mejor obra libres de cualquier prejuicio.
De este proceso se ha logrado conocer parte de la letra de uno de los himnos participantes, el compuesto por René Rubio y León Ortiz (Rubio, 2020), gracias a la colaboración del primero:
“Entre espigas ha nacido Ñublense
La montaña es testigo y el sol,
Y Chillán es la cuna que mece
A tus hijos al grito de gol”
No obstante, la obra ganadora fue la de Jaime Díaz Jerez, un santiaguino que se hizo ñublense por adopción, obnubilado por el rincón cósmico, como él llama a Ñuble, por ser cuna de tantos y tantas artistas.
Consultado por su inspiración en la obra ganadora, el creador -compositor de la música y autor de la letra-, conocido también con el seudónimo ‘Vandango’, señaló en la entrevista del 31 de julio de 2021: “En su letra está lo que pensamos todos. Por ejemplo, nadie sabe que la Región tiene mar y cordillera, porque la mayoría de la gente de Chillán antes iba a veranear a Dichato, porque antes existía el tren (…). Yo me quería referir a tratar de aunar, por eso hablo de los barrios, de los campos, de las ciudades”, confiesa mientras se fuma un cigarro y reflexiona sobre el ideal identitario que anhela para la Región.
Sobre la música, explica que en ella están los elementos que más le gustan de su creación: “Lo que más me gusta del himno es la melodía y el cambio de tono. Si te fijas, la mayoría de los himnos tienen coro en acorde mayor y este los tiene en un acorde menor. Tiene una bajada en lugar de una subida. En el fondo está inspirando un poco de nostalgia, un poco de tristeza. Hay un sentido de unidad, pero no en la euforia”, volviendo sobre el anhelo de cohesión cultural que espera para Ñuble.
La unión y la identidad de Ñuble es un tema recurrente en él, y al profundizar en ello explica que, precisamente, participó del concurso porque vio en Ñublense un posible eslabón que podía generar esa cohesión: “En Ñuble hay una situación especial, hay muchos egos y muchos se centran en ellos, ¿y qué pasa?, es como lo que ocurre en el país: o nos juntamos todos o nos agarramos todos. Esa unión puede ser en torno a Ñublense”, reflexiona ‘Vandango’.
Díaz desclasifica una anécdota sobre el momento en que se entera que ganó el concurso: “Estaba jugando una partida de dominó en la Sociedad de Empleados de Comercio y me llaman. Iba perdiendo, así que me sirvió de excusa para evadir el juego. Partí al Club Ñuble y me recibe Sergio Zarzar (N. de la R.: Presidente de Ñublense en aquel momento), que me dice que él no votó por mi himno. Yo lo quedo mirando y le digo: ¡Qué bueno que no votaste por el mío, porque tú no eres músico!”.
Pero no solo tenía interés en la cohesión de Ñuble, también es un hombre que en algún momento de su vida vibró con el fútbol: “Yo fui arquero, pero era el arquero típico que llegaba “chuleteando” con el zapato, los abría porque usaba mucho la punta para arrastrarme. Cuando niño poníamos un par de piedras, chaquetas o bolsones y nos poníamos a jugar. Fueron tiempos muy hermosos”, evoca respirando el aire del barrio Matta que le vio crecer.
Con algo de tristeza recuerda que nadie lo menciona como el autor del himno, ni siquiera en las actividades oficiales del club, como en la gala con motivo del centenario de la institución. Acusa que ni siquiera le solicitan permisos para reversionarlo, como ocurrió con una versión unplugged lanzada el año pasado.
Al igual que las cumbias de 1976, el himno actual nació junto con un éxito deportivo. El himno de Jaime Díaz tomó rápidamente el sitial que se encontraba vacante, y fue rápidamente adoptado como himno oficial y, al mismo tiempo, con gran aceptación por gran parte de la hinchada y simpatizantes del club. Pese a que tiene solo 17 años, su letra y métrica parecen no tener tiempo. Sus versos han servido de inspiración para agrupaciones vinculadas al club y se han transformado en un elemento identitario relevante y trascendente.
Himno de Ñublense
Es Ñublense una sola bandera
Desde la cordillera hasta el mar,
Es su nombre ese grito de guerra
Todo Ñuble le quiere cantar.
Es el canto del hombre en los campos
Y ciudades de nuestra región.
Diablos rojos de todos los barrios,
Un ejemplo de esfuerzo y valor
Va Ñublense flameando en el viento
De esa espera altanera hasta el fin.
Ñublensinos de todos los tiempos,
Con la fuerza que quiere vivir
Diablos rojos de nuestra región
A Ñublense todo el corazón.
Ñublensino de esfuerzo y valor
Es Ñublense una sola canción (bis)
Agradecimientos:
Álvaro Palma Alvial, por compartir el disco de las cumbias del Ñublense.
Fuentes, bibliografía y referencias:
- AINARDI, Jorge. 2018. Entrevista personal realizada el 22 de febrero de 2018.
- CORTÁZAR, Eduardo. 2017. Entrevista personal realizada el 9 de julio de 2017.
- ESCOBAR, Alejandro. 2021. Entrevista personal realizada el 28 de julio de 2021.
- DÍAZ, Jaime. 2021. Entrevista personal realizada el 31 de julio de 2021.
- FLORES, Carlos. 2017. Entrevista personal realizada el 7 de julio de 2017.
- NÚÑEZ, Leonardo. 2021. Entrevista personal realizada el 5 de agosto de 2021.
- RUBIO, René. 2020. Conversación telefónica en diciembre de 2020.
- LA DISCUSIÓN, 1936. “Ecos del banquete del Ñublense”. Chillán, 2 de septiembre de 1936, p. 7.
- JEREZ, Sergio, 1977. “El micrófono de Máximo Clavería”. Revista Estadio N° 1781. 28 septiembre, p. 51.
- CORTÉS, Sarah, 2013. “Los Rediablos: Identidad y legitimidad 2006-2012”. Tesis para optar al título de profesora de educación media en historia y geografía. Universidad del Bío Bío.
- DÍAZ, Jaime. 2004. “Himno de Ñublense” [Canción]. [En línea] https://youtu.be/L1Isl4IxHvM (Visita: 23 de julio de 2021).
- NÚÑEZ, Leonardo, 1976. “Pasta de campeones” [Canción].Grabado por: Fontirroig-Villagra y su agrupación (Sonora Caravana). En: Ñublense [Vinilo]. Santiago: Vía Music, Turinsa. [En línea] https://youtu.be/z34th1qaw8U (Visita: 23 de julio de 2021).
- NÚÑEZ, Leonardo, 1976. “Cumbia al Ñublense” [Canción].Grabado por: Fontirroig-Villagra y su agrupación (Sonora Caravana). En: Ñublense [Vinilo]. Santiago: Vía Music, Turinsa. [En línea] https://youtu.be/tjJO_0pnB6g (Visita: 23 de julio de 2021).
- ZAPATA, N. MORA, D. ARRIAGADA, S., 2020. “Rescate histórico de la canción del Ñublense”. MAÑEV – Activa Cultura Ñuble. Fondos Arte y Creatividad en Casa. SEREMI de las culturas, las artes y el patrimonio Ñuble. En: https://www.youtube.com/watch?v=92yD_dMdTkQ (Visita: 23 de julio de 2021).