Han pasado ya 30 años, pero las emociones fuertes del corazón aurinegro no envejecen. Es por eso que recordamos las caras, los nombres, los apodos, los rivales, el ambiente, la formación e incluso a los que iban a la banca. No se ha vuelto a repetir un año tan lleno de alegrías y triunfos cada fin de semana como lo fue ese inolvidable 1991. Acá la historia de un torneo que nos tuvo a las puertas del título y que nos entregó pasajes para defender la aurinegra por Sudamérica.
1991 fue sin duda el mejor en la historia de Coquimbo Unido. En un mismo año hubo tres hitos irrepetibles: el ascenso del 12 de enero, el subcampeonato de Primera División y la consiguiente clasificación a Copa Libertadores de América, logros conseguidos con una base de jugadores que venían del torneo de ascenso 1990, como fue el caso de: Rolando Rivera, Javier Toledo, Daniel López, Sergio Rivero, Jaime Muñoz, Eugenio Julio y Orlando Mondaca. Los refuerzos para la vuelta a Primera División fueron, entre otros: Miguel Ramos, Johnny Pérez, Carlos Soto, Ronaldo Moraes (brasileño), Cristian ‘Cepillín’ Olguín, Pedro ‘Heidi’ González y el talentoso Roberto Corró (argentino).
Para José Sulantay: “No fue un equipo de picados como se dice. Lo que pasó es que pudimos detectar muy buenos jugadores en un momento complicado para ellos porque estaban jugando poco. Jugadores con enorme talento como el ‘Heidi’ González que se iba de vacaciones a Valdivia y lo trajimos. A Olguín lo fui a buscar a Tongoy en unas vacaciones. Hizo unos goles espectaculares el 91”.
Carlos Soto, quien lideró por años el Sindicato de Futbolistas Profesionales, formó parte de ese histórico plantel: “Yo venía de la Católica, pero no fue un buen año para mí el torneo de 1990. La verdad es que nunca pensé que iba a llegar a Coquimbo Unido, pero a fines de año llegó a hablar conmigo un dirigente de Coquimbo del cual no puedo recordar el nombre. Hablamos un buen rato hasta que me terminó convenciendo. Yo nunca pensé que iba a firmar el contrato en esa reunión. Al llegar a la casa mi señora no podía creer que nos íbamos de Santiago. ¡Contenta no estaba! Finalmente me vine y el cambio fue drástico si lo comparaba con la Católica. Entrenábamos y jugábamos en la playa Changa, a veces en la cancha dos que era prácticamente de tierra, así que la sufrimos harto. No viajamos nunca en avión, salvo para el partido final frente a Cobresal”.
Plantel de Coquimbo Unido año 1991. Arriba, de izquierda a derecha: José Miguel Álvarez, Roberto Barraza, Jaime Muñoz, Miguel Ramos, Rolando Rivera, Johnny Pérez, Carlos Soto, Jorge Muñoz y Luis Fuentes. Al centro: Cristian Olguín, Daniel López, Petit Aguirre (utilero), Jaime Olivares (kinesiólogo), José Sulantay (entrenador), Dagoberto Olivares (preparador físico), Hernán Espíndola (paramédico), Yerko Álvarez, Ronaldo Moraes y Carioca. Abajo: Roberto Corró, Orlando Mondaca, Javier Toledo, Carlos Núñez, Eugenio Julio, Cristian Yagnam, Wilson Miranda, Pedro González, Patricio Marzán y Sergio Rivero (foto cortesía Carlos Soto).
Si bien el torneo nacional comenzó el 28 de abril, la Copa DIGEDER, denominación de aquel año de la Copa Chile, comenzó el 3 de marzo, lo que sirvió a los jugadores para llegar con diez partidos oficiales en el cuerpo al inicio del torneo. Para el entrenador José Sulantay, fue un periodo en el que pudo dar a conocer a sus dirigidos la idea de juego y, a la vez, elegir a los más preparados para enfrentar el torneo de Primera División.
Miguel Ángel Ramos, defensor formado en las inferiores de Coquimbo Unido, recuerda como José Sulantay conformaba el equipo: “El ‘profe’ partía armando el equipo siempre de atrás hacia adelante. En ese tiempo ya jugábamos con línea de tres. Yo por la izquierda, Jaime Muñoz de líbero y Daniel López por la derecha. Cuando nos replegábamos quedábamos con línea de cinco al bajar los laterales Javier Toledo por la derecha y Sergio Riveros por la Izquierda. Los primeros 15 minutos eran claves para nosotros. Si lográbamos desequilibrar el marcador y poner más gente en ofensiva con las subidas de Toledo y Rivero, después controlábamos recuperando rápido en el medio con Carlos Soto y teniendo el balón con el excelente medio campo que componían Ronaldo Moraes, Roberto Corró y Orlando Mondaca. Y arriba González y Olguín convertían en cualquier momento”.
El ex jugador cruzado Carlos Soto, reafirma lo indicado por Ramos: “Lo primero que hice al llegar a Coquimbo fue juntarme con José Sulantay. Él me llevaba como lateral izquierdo en primera instancia pero, más allá de eso, él me explicó el sistema de juego que quería imponer. Para mí fue realmente revolucionario. Yo no había visto ni escuchado nunca esta forma de juego en Chile. Después Jozic la hizo famosa con Colo Colo, pero nosotros partimos desde principio de año jugando así. Yo siempre recuerdo que el profe tenía una particularidad muy llamativa. Cuando nos daba la charla técnica, él lo primero que hacía era poner en la pizarra como se paraba el equipo rival y de ahí ponía a nuestros jugadores. Conocía a los rivales al revés y al derecho. Fue todo muy novedoso para mí en ese sentido. Además los coquimbanos que venían de la Segunda División corrían como locos, tenía un estado físico increíble”.
“Ese equipo tenía una confianza enorme en el trabajo que estaba desarrollando y nuestro estado físico estaba al 100 %. Imagínate que ganamos el clásico, jugamos con la Católica en Santiago y, en vez de quedarnos allá para el partido frente a O´Higgins, volvimos a Coquimbo después del partido en San Carlos, entrenamos jueves y viernes, y el sábado de nuevo en bus a Rancagua. Allá volvimos a ganar”, recuerda el destacado jugador de aquella temporada Cristian Olguín.
El trabajo técnico/táctico ya daba sus frutos en las primeras fechas, lo que sumado al trabajo físico del profesor Dagoberto Olivares, hacían de Coquimbo Unido una verdadera y grata sorpresa en las primeras fechas, tanto así que recién en el décimo partido del campeonato, frente al Arturo Fernández Vial de Amatti, Ceballos, Pajón y Vergara (autor del gol), los piratas cayeron derrotados por primera vez. Sería la única derrota en calidad de local durante todo el torneo.
Luego de la sorpresiva caída frente a los vialinos, Coquimbo Unido entró en un profundo pozo hasta el fin de la primera rueda, no logrando anotar goles durante cinco partidos, claro que después del empate en blanco frente a Colo Colo en el Monumental, comenzó la levantada concluyendo las primeras 15 fechas en el liderato de la tabla de posiciones tras el triunfo sobre Cobresal.
A continuación, el detalle de los partidos de la primera rueda donde destacan el triunfo de visita sobre Universidad Católica (primer y único triunfo hasta la actualidad visitando a los universitarios), la goleada de 3-0 en el clásico en casa, y el empate 4-4 visitando a Santiago Wanderers.
ESTADIO | * | RIVAL | Goles Coquimbo Unido | |
28/04/1991 | SANTA LAURA | 2-2 | U. ESPAÑOLA | Soto y Moraes |
5/05/1991 | F. SÁNCHEZ R. | 1-0 | EVERTON | González |
12/05/1991 | REGIONAL CONCEPCIÓN | 0-1 | D. CONCEPCIÓN | Soto |
19/05/1991 | F. SÁNCHEZ R. | 1-0 | U. DE CHILE | Olguín |
9/06/1991 | F. SÁNCHEZ R. | 3-0 | D. LA SERENA | Marzán, Olguín y González |
12/06/1991 | SAN CARLOS A. | 1-2 | U. CATÓLICA | Muñoz y González |
16/06/1991 | EL TENIENTE | 1-3 | O’HIGGINS | Soto, Moraes y González |
28/07/1991 | F. SÁNCHEZ R. | 3-1 | COBRELOA | González (2) y Olguín |
4/08/1991 | MUNICIPAL VALPARAISO | 4-4 | S. WANDERERS | González (2), Toledo y Olguín |
11/08/1991 | F. SÁNCHEZ R. | 0-1 | A. FERNÁNDEZ VIAL | |
15/08/1991 | PARQUE SCHOTT. | 0-0 | P. OSORNO | |
18/08/1991 | F. SÁNCHEZ R. | 0-0 | PALESTINO | |
25/08/1991 | REGIONAL ANTOFAGASTA | 3-0 | D. ANTOFAGASTA | |
1/09/1991 | MONUMENTAL | 0-0 | COLO COLO | |
8/09/1991 | F. SÁNCHEZ R. | 2-0 | COBRESAL | Soto y Corró |
*En el resultado del partido primero se indican los goles del local.
El brasileño Ronaldo Moraes, jugador de exquisita calidad técnica y quien había sido seleccionado de su país en las Olimpiadas de Los Ángeles 1984, recuerda desde Sao Paulo, Brasil, su paso por el club: “Cuando firmé el contrato con Coquimbo Unido y vi el nivel técnico de los jugadores que componían el plantel, inmediatamente pensé que podíamos conseguir cosas importantes. A esto se sumaba la tremenda calidad humana de todos, desde el utilero Petit hasta don José Sulantay. No podíamos no alcanzar cosas importantes. Recuerdo que la prensa de Santiago decía que éramos un equipo chico y que pronto nos íbamos a ir para abajo en la tabla, pero nosotros firmamos un compromiso entre los jugadores para jugar cada partido como si fuera el último porque la ciudad así se lo merecía, y lo cumplimos”.
El talentoso Patricio Marzán refrenda lo indicado por Moraes: “Cada vez que jugábamos lo vivíamos con una motivación especial, porque don José planificaba muy bien los partidos, entonces nosotros íbamos sacando resultados y cada partido era una final. Lo jugábamos muy aplicados, muy motivados, además teníamos muy buenos recambios en la banca. A todo lo anterior hay que sumarle que la gente de Coquimbo te impregna una garra muy especial”.
En extensa entrevista para la revista Triunfo del 24 de junio de 1991, Sulantay daba algunas pistas de su éxito como entrenador: “Es cierto que mi esquema se sale de lo tradicional, pero ha sido conveniente para mí y los jugadores. Yo me siento más tranquilo y ellos menos limitados en sus funciones. Lo que ocurre es que desde niño el futbolista piensa que el ‘7’ es el puntero derecho, que el ‘6’ es el volante y el ‘3’ es el central. Sin número fijo es más fácil hacer lo que pretendemos los técnicos de hoy, que el central sea también un atacante en un momento determinado y no lo frene el número que lleva en la camiseta”. El campeón de 1992 con Cobreloa agregaba lo siguiente: “No me molesta que me comparen con Mirko Jozic porque él tiene una tremenda experiencia, pero usted sabe que mi sistema es anterior a la llegada de Mirko. ¿Le cuento cómo formaba Coquimbo Unido el año pasado en el ascenso? Rivera en el arco; Jaime Muñoz de líbero. López y Barraza de stoppers. Toledo y Rivero como laterales. Mondaca, Araya y José Miguel Álvarez como volantes. Fabbiani y Julio, otras veces Abascal o Vergara como atacantes. ¿Se fija…?”.
Si bien en todos los aspectos futbolísticos el club giraba sobre ruedas, en lo económico la situación no era muy alentadora, incluso aquel año se llevó a efecto una colecta que buscaba reunir fondos para la institución. Carlos Soto lo recuerda perfectamente: “Se hizo una “Piratón”. A nosotros los jugadores también nos llevaron a la colecta. Recuerdo que nos tocó ponernos de bajo de un toldo con Orlando Mondaca afuera de un supermercado Iduya. Nosotros en una mesita, sentados y con una caja para que la gente pusiera sus monedas y billetes”.
En la revista de Coquimbo Unido de noviembre de 1991, el presidente de la época, don Omar Yáñez, comentó que uno de los objetivos más importantes del club era: “Consolidar la situación económica para mirar tranquilos el futuro y poder contar con sede propia, como asimismo destinar recursos para las divisiones menores”. La dirigencia, formada entre otros por Gustavo Camelio, Guillermo Campos, Ángel Sandoval, Héctor Fernández, Alberto Nieme, Ignacio Iduya, Agustín Meza, Héctor Díaz y Germán González, tenía sumamente claro que debían ser capaces de darle el sustento financiero a la institución para que la permanencia en Primera División fuera de largo aliento, tal como lo sería.
En la segunda rueda el equipo siguió encumbrado en la tabla de posiciones, logrando vencer nuevamente a Universidad Católica y a Deportes La Serena, a estos últimos con un recordado gol en el minuto final del eterno Eugenio Julio. Por su parte Cristian Olguín, Pedro González, Ronaldo Moraes, Javier Toledo, Daniel López y Roberto Corró, se transformaron en las figuras de un equipo que no dejaba de sorprender, peleando palmo a palmo el título frente al mejor Colo Colo de todos los tiempos. Recordemos que los albos ese año serían tricampeones del torneo nacional y campeones de la Copa Libertadores de América. Pero, a pesar de todos esos pergaminos y de contar además con Rubén Martínez (trigoleador del fútbol chileno), no pudieron vencer a los piratas ni marcarles un gol en los dos partidos en los que se enfrentaron.
El detalle partido a partido de la segunda rueda del campeonato, es el siguiente:
ESTADIO | * | RIVAL | Goles Coquimbo Unido | |
15/09/1991 | F. SÁNCHEZ R. | 2-1 | U. ESPAÑOLA | Moraes y Toledo |
22/09/1991 | SAUSALITO | 2-0 | EVERTON | |
29/09/1991 | F. SÁNCHEZ R. | 1-1 | D. CONCEPCIÓN | Soto |
5/10/1991 | NACIONAL | 4-1 | U. DE CHILE | Corró |
12/10/1991 | F. SÁNCHEZ R. | 1-0 | U. CATÓLICA | Moraes |
19/10/1991 | LA PORTADA | 0-1 | D. LA SERENA | Julio |
26/10/1991 | F. SÁNCHEZ R. | 2-0 | O’HIGGINS | González (2) |
3/11/1991 | MUNICIPAL CALAMA | 4-0 | COBRELOA | |
9/11/1991 | F. SÁNCHEZ R. | 3-3 | S. WANDERERS | Olguín, González y Toledo |
16/11/1991 | REGIONAL CONCEPCIÓN | 0-1 | A. FERNÁNDEZ V. | Corró |
23/11/1991 | F. SÁNCHEZ R. | 4-0 | P. OSORNO | Ramos, Olguín (2) y González |
28/11/1991 | MUNICIPAL LA CISTERNA | 2-1 | PALESTINO | González |
1/12/1991 | F. SÁNCHEZ R. | 2-1 | D. ANTOFAGASTA | González y Julio |
18/12/1991 | F. SÁNCHEZ R. | 0-0 | COLO COLO | |
22/12/1991 | EL COBRE | 0-0 | COBRESAL |
*En el resultado del partido primero se indican los goles del local.
De acuerdo a la programación del torneo, el domingo 8 de diciembre se jugaba el trascendental partido que definía el título entre Coquimbo Unido y Colo Colo. Sin embargo, ese mismo día los albos debieron jugar en Japón la final de la Copa Intercontinental frente al campeón europeo, el Estrella Roja de la entonces Yugoslavia, donde cayeron por 0-3. Por ello, se reprogramó el partido para el jueves 12 siguiente, una vez que Colo Colo llegara de su viaje. El presidente albo de entonces, Jorge Menichetti, interpuso un recurso de protección ante la Primera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago por un tema relativo al permiso para televisar ese encuentro. Claro que, en el fondo del asunto, todo apuntaba a que el ‘Cacique’ intentaría por todos los medios tratar de retrasar aún más la contienda debido al extenuante viaje de sus jugadores a tierras orientales. La jugada le salió favorable a los santiaguinos y, cuando ya estaban instalados en el hotel Francisco de Aguirre de la vecina ciudad serenense, se dio a conocer que el fallo fue acogido, debiendo suspenderse el partido que se jugaría esa misma jornada en la noche. El conflicto escaló hasta la FIFA y los medios capitalinos tildaron la situación como el comienzo de una guerra dirigencial entre Abel Alonso, el mandamás de la ANFP, y el timonel colocolino.
Finalmente, el polémico partido se jugó a las 21:30 horas del miércoles 18 de diciembre de 1991. Fue, sin lugar a dudas, el partido más importante del año para los coquimbanos. Restando una fecha para el final se enfrentaban los dos mejores equipos del torneo. Colo Colo con 41 puntos y Coquimbo Unido con 38, disputaron de igual a igual el título del año 1991. Aún se daban dos puntos al ganador por lo que, de ganar Coquimbo Unido, se definiría todo en al última fecha, mientras que el empate o una derrota pirata convertían en campeón a Colo Colo en el Sánchez Rumoroso.
En un estadio que era una verdadera caldera se disputaron los 90 minutos más recordados de aquel torneo. El primer tiempo fue de dominio absoluto de los piratas, mostrando un ritmo arrollador, mientras Colo Colo especulaba y esperaba para aprovechar los contragolpes que no lograban sorprender a la defensa porteña.
Cuando restaban dos minutos para el final del primer tiempo vino el apagón de las torres de iluminación, lo que obligó al árbitro Gastón Castro a adelantar el paso al entretiempo y jugar los minutos restantes del lapso inicial junto con la segunda mitad.
Colo Colo se conformó tempranamente con el empate, mientras los piratas intentaron con Marzán, Corró, Moraes, Mondaca y Olguín, pero el balón no quiso entrar a la portería defendida por José Daniel Morón. El partido terminó con un gusto amargo para Coquimbo Unido. Fue empate 0-0.
Colo Colo logró su tercer título consecutivo pero, en un hecho inédito en la historia del fútbol chileno, los albos se negaron a recibir la copa del campeón, ya que querían que les fuera entregada en su estadio. El presidente de la ANFP, Abel Alonso, de carácter decidido y enérgico, no dudó en dirigirse, entre una multitud de personeros de la prensa que buscaban captar el momento, a la zona de camarines, mientras Carabineros intentaba controlar una situación que ya se había escapado de las manos. Entre el tumulto de gente, Abel Alonso se encontró con la puerta del vestuario colocolina herméticamente cerrada, con todos los jugadores adentro y sin ninguna intención de abrirle al Presidente del fútbol chileno. Alonso, absolutamente enfadado, decidió dejar la copa en la puerta del camarín.
La historia no terminó ahí, porque ni jugadores ni dirigentes del club albo se llevaron el trofeo del estadio. El prefecto de Carabineros, Ismael Contreras, tomó la decisión de hacerse cargo y llevar al aeropuerto la vilipendiada copa antes que el plantel albo tomara el vuelo rumbo a la capital.
Abel Alonso, después del incidente, manifestó a la prensa su malestar por lo sucedido: “No me extraña la actitud de Colo Colo. Ellos tienen permanentemente este tipo de actitudes. Se creen con el derecho de manipular el fútbol chileno, olvidándose que el fútbol nacional lo componen todos los clubes. Lo que pasó hoy es un desaire no solo para el fútbol, sino para todo el país que presenció el triste espectáculo que dieron”.
Coquimbo Unido ya no peleaba por el título en la última fecha, pero tenía a su alcance clasificar por primera vez a la Copa Libertadores de América, consiguiéndolo el 22 de diciembre con un empate en su visita al Estadio El Cobre de El Salvador. El equipo que saltó a la cancha en aquella ocasión fue con: Johnny Pérez; Javier Toledo, Jaime Muñoz, Daniel López, Sergio Rivero, Carlos Soto, Miguel Ramos, Patricio Marzán, Ronaldo Moraes, Cristian Olguín y Pedro González. En la banca estuvieron: Rolando Rivera, Jorge Muñoz, Roberto Corró y Orlando Mondaca.
El defensor Miguel Ramos recuerda: “Fue un partido especial. Ellos con el empate se salvaban del descenso y nosotros con el empate clasificábamos. Al principio Cobresal nos atacó y tuvieron opciones de convertir, pero después nosotros despertamos y ellos ya no siguieron atacando con la misma intensidad. Al final ninguno de los dos se quiso exponer demasiado. El 0-0 le servía a ambos”.
El goleador Pedro ‘Heidi’ González recordó para el libro Historia de Coquimbo Unido: “Se hizo un grupo de compañeros muy interesante, más que jugadores fuimos amigos y logramos clasificar a Copa Libertadores donde tuve ese inolvidable partido frente a Universidad Católica en el que hice tres goles con el estadio lleno”.
El recibimiento de los jugadores al llegar al aeropuerto de La Serena fue sencillamente apoteósico. Miles y miles de coquimbanos recibieron con banderas, cánticos y bocinazos a los héroes que quedarían por siempre en la memoria del hincha porteño.
El histórico dirigente coquimbano Miguel Bauzá recuerda: “El recibimiento al llegar al aeropuerto, el trayecto a Coquimbo y la multitud de gente, fueron impresionantes. Hasta el día de hoy me emociono al recordarlo. Al llegar al aeropuerto la gente entró a la losa y se empezó a meter al avión de la FACH por una puerta de atrás. Fue tanta gente la que se empezó a subir que el piloto se preocupó y tuvieron que llegar guardias para que el equipo se pudiera bajar. Cuando el equipo logró bajarse, nos subimos al bus y tardamos dos horas y medias en llegar a Coquimbo. Hubo gente con banderas en todo el trayecto entre el aeropuerto y la plaza de Coquimbo”.
Las celebraciones siguieron durante la semana, pero esa vez con una apetitosa fritanga que el volante Carlos Soto rememora con especial cariño: “Yo no conocía las fritangas. Cuando veía que tenían la paila de cobre llena de aceite, yo decía ‘noo, no me voy a comer esa cuestión´, pero después lo único que quería era que hicieran fritanga de nuevo. Era típica la celebración comiendo pescado”.
El presidente de club Omar Yáñez, en entrevista para la revista de Coquimbo Unido del año 1991, expresó que: “El éxito deportivo que hoy hemos alcanzado es producto de una planificación muy bien diseñada. Ésta se basa en tres puntos claves. Primero, renovarle el contrato a José Sulantay que estaba con nosotros desde mediados de 1990. Era el hombre más idóneo para continuar el proceso. Segundo, darle a José todas las facultades para elegir a los jugadores que estimara conveniente para su esquema. Y tercero, conformar el plantel al inicio de Copa Chile, lo que nos permitió llegar completamente afianzados al torneo nacional”.
Los aurinegros, ahora en las grandes lides, debían con urgencia comenzar a preparar el plantel y el estadio para cumplir con las exigencias de la Copa Libertadores de América. Fueron tiempos soñados para los hinchas coquimbanos, en menos de dos años los piratas pasaron de jugar en la división de ascenso a jugar con el que sería finalista de Copa Libertadores de América de ese año, como lo fue Newell’s Olds Boys. Han pasado 30 años y la historia se puede volver a repetir. Coquimbo Unido está en Primera División nuevamente, siendo la fuerza y coraje del Pirata el principal atributo que lo puede llevar una vez más por la ruta de los libertadores de América.
Fuentes:
- Revista Triunfo
- Diario El Día de La Serena
- Libro “Historia de Coquimbo Unido”
- Entrevistas a Carlos Soto, Patricio Marzán, Ronaldo Moraes y Miguel Ángel Ramos